Para contener a la ultraderecha el PSOE ha prometido ceder las competencias de inmigración a la ultraderecha. Según ha explicado Junts, esta formación se ha abstenido, permitiendo que se convalidaran dos decretos ley, a cambio de esa concesión y otras: la supresión del artículo 43bis de la ley de enjuiciamiento criminal que podía ralentizar la amnistía, la publicación de las balanzas fiscales, el reconocimiento de los derechos históricos de Cataluña en materia de régimen local, la anulación del decreto que facilitó la marcha de las empresas de esa comunidad autónoma.
Como con la belleza del paisaje y los malos olores, es útil alejarse un poco para apreciarlos: esas concesiones las obtiene un partido que representa el 1,6% de los votos en toda España, que es el quinto más votado de Cataluña y que lidera al margen de una estructura orgánica comprensible un golpista prófugo. Logra la promesa de una transferencia para una Generalitat que está en manos de su rival directo, lo que rápidamente despierta el deseo mimético del PNV, mientras parte de la izquierda descubre que Junts no es progresista, porque su xenofobia no se limita a los originarios del resto de España.
Varias de estas concesiones no se habían mencionado al contar las negociaciones y tampoco se sabe lo que significan: Junts las magnifica y el PSOE las mitiga o indica que no sabe lo que quieren decir. Se suprimirá el decreto que facilitó la marcha de las empresas: ¿acaso había uno que impedía su regreso? Si se fueron por la inseguridad jurídica generada por el procés, ¿se dan condiciones para volver ahora? Además, en esta época de constitucionalismo patafísico y marrullerías legales, esa inseguridad puede contagiarse al resto del país. ¿Dejamos de respetar la normativa europea para no entorpecer la amnistía? Tampoco parece posible. ¿Cómo se gestionará la inmigración, competencia estatal y en un país que es frontera exterior de la UE? Pide Junts que los alcaldes puedan decretar la expulsión de delincuentes reincidentes (se entiende que no los delincuentes reincidentes independentistas). ¿Por qué no el portero de la finca o la dueña del bar del pueblo? ¿Dónde los mandan? ¿A Caspe?
Como señala Francisco de la Torre, que recuerda que quienes pagan impuestos son los ciudadanos y no los territorios, la principal función de la publicación de las balanzas fiscales es recuperar el eslogan de “España nos roba”. Por una parte se va restando a lo común. Por otra, quien hace las promesas dice que no hagamos caso. Las dos partes presumen de engañar al aliado y piden fe a los suyos. ¡Confiad en nosotros, no respetamos nuestros compromisos!, nos tranquilizan los autores de los indultos, la derogación de la sedición, la rebaja de la malversación y la proposición de la ley de amnistía. Esa es la verdadera España vaciada, donde el Estado y el sentido cívico se desvanecen y solo queda el cinismo de quien se jacta de que su palabra no vale nada. @gascondaniel
Publicado originalmente en El Periódico de Aragón.
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).