Lo bueno, lo malo y lo feo del primer foro del Frente Amplio por México

El foro entre los aspirantes del FAM fue un bienvenido y necesario espacio de deliberación, pero también mostró algunas de los retos y carencias de la oposición rumbo a 2024.
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Ayer se realizó el primer foro del Frente Amplio por México, con la participación de los cuatro aspirantes a la candidatura presidencial del PRI-PAN y, tal vez, el PRD. Comparto aquí algunas reflexiones al respecto.

Lo bueno. Un aspecto positivo es la voluntad de los contendientes por recuperar la capacidad de deliberación que se ha perdido en los últimos años en México. Nuestra política se ha vuelto tan disfuncional, y se ha sumido con tanta velocidad en la demagogia, que por momentos se nos olvida que el respeto entre contendientes y la capacidad de elaborar ideas con un lenguaje claro y civilizado es una condición básica de la democracia que no podemos perder.

Lo malo, en la forma. El formato del evento fue una mezcla extraña de entrevista, debate y discursos que no terminó de adquirir sabor a ninguna de esas tres cosas. Fue demasiado desordenado para ser entrevista, demasiado breve para que se pudieran dar buenos discursos y demasiado acartonado para ser un buen foro de contraste de ideas y propuestas. Sí, ya sé que la excusa es que el INE “prohíbe” hablar de propuestas, pero esto me parece más un pretexto para no innovar que una restricción real.

Lo malo, en el fondo. Falta un mensaje central claro del lado opositor. Ninguno de los aspirantes del Frente Amplio por México pudo colocar un mensaje simple, inmediato, claro y emotivo de por qué es mejor para México votar por la oposición en vez de seguir votando por Morena. Peor aún: sus discursos están, en mayor o menor medida, centrados en la figura, la personalidad, el lenguaje y el estilo del presidente López Obrador, lo cual es un pasaporte a la derrota.

Lograr que la mayoría piense que López Obrador es el problema es una batalla muy cuesta arriba con muy pocos dividendos. Quien ya lo piensa y ya lo siente así, va a votar por el FAM, o por Movimiento Ciudadano, o se va a abstener. Quien no lo quiere entender, quien rechaza la evidencia y la sustituye con el relato del presidente no va a votar por el Frente Amplio nunca. Y quien todavía se encuentra indeciso no es porque no se dé cuenta de cómo está México: es porque sigue intuyendo que votar por el PRI y el PAN no es tal vez la mejor forma de resolver el problema. Esos indecisos necesitan argumentos favorables al Frente, no contrarios a AMLO.

La idea que la mayoría de los mexicanos tiene de AMLO es como el muro fronterizo: puedes intentar derribarlo, o puedes sobrevolarlo, ponerle una escalera o cavar un túnel por debajo. Decir que AMLO es un “accidente histórico” es querer derribar el muro a patadas. Decir que “la 4T es un virus” (¡para luego hablar de reconciliación!) es querer derribar el muro a patadas. Decir que te lanzaste a la presidencia porque AMLO no te dio derecho de réplica es querer derribar el muro a patadas. Tanto Beatriz Paredes como Enrique De la Madrid y, sobre todo, Xóchitl Gálvez, tienen elementos para construir una narrativa alternativa a la de López Obrador que permita superar la lógica “ellos” vs. “nosotros” en la que el presidente lleva todas las de ganar. En la medida en la que encuentren esa narrativa y la usen con disciplina en sus mensajes, aumentarán sus posibilidades de conectar con públicos clave para ganar la elección, como los indecisos, los arrepentidos y los que votan por primera vez.

Lo feo: la comunicación del Frente Amplio por México. A estas alturas, resulta imposible explicarse la ausencia de una política de comunicación profesionalmente diseñada y ejecutada por parte del FAM El resultado ha sido un proceso que tal vez estuvo bien diseñado e implementado, pero que se ha comunicado muy mal. Primero, se difunde por todos lados que Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera han logrado cumplir el requisito de las firmas para, después, anunciar que quedan fuera del concurso sin que haya total claridad y transparencia hacia el público en el por qué. Tal vez lo que le dolió más al PRD fue la humillación pública a sus dos figuras, y por eso ahora la alianza se tambalea. El Frente está todavía a tiempo de corregir y adoptar estándares de comunicación a la altura del desafío que tienen por delante y del país que pretenden gobernar. ~

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Especialista en discurso político y manejo de crisis.


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