De seguir como vamos, muy pronto California será irrespirable. Estará envuelta en una apestosa nube de humo de marihuana, buscando soluciones a los problemas que la legalización de la droga ha provocado.
A casi tres años de la votación que abrió la puerta a la legalización de la mariguana, hemos visto que la mayoría de las promesas que hicieron los mercaderes de la droga no solo no se han cumplido, sino que han creado problemas que no existían antes y generado un sinfín de preguntas.
¿Bajó el precio de la hierba con la legalización y la competencia logró desplazar su venta en el mercado negro? La respuesta es un claro y contundente no. Contrario a las previsiones de que el precio de la hierba disminuiría porque se eliminaría la venta ilegal que tiene costos altísimos, el resultado ha sido otro. Cuesta más caro comprarla en un dispensario que en la calle. En California, el mercado negro de la marihuana es hoy casi tres veces mayor que el de la substancia legalizada, entre otras cosas porque el impuesto a la venta legal ha disparado su precio. En 2018, los consumidores pagaron $2.5 mil millones de dólares (MM), y su venta sigue creciendo a un ritmo impresionante, 23% anual. Se calcula que para 2019, el mercado legal llegará a la cifra récord de $3.1 MM. Una estratosférica cantidad que, sin embargo, es apenas una tercera parte de los $8.7 MM que seguirán gastando los consumidores comprándola en el mercado negro.
¿Se ha determinado con precisión si la droga es segura y tiene cualidades curativas o seguimos sin saber la peligrosidad de sus efectos, las dosificaciones adecuadas y la manera correcta de mercadearla? Otra vez la respuesta es no. Según el informe de la Academia Nacional de Medicina de enero de 2017, las cualidades curativas de la marihuana continúan siendo un misterio. Puede en algunos casos mitigar el dolor pero no cura a nadie de ninguna enfermedad y usarla tiene muchos riesgos de salud, especialmente entre los jóvenes.
¿Es verdad que la marihuana inhibe la violencia? Eso dicen algunos consumidores, pero Alex Berenson, un periodista investigador afiliado al Marshall Project, que dirige el ex editor del New York Times, Bill Keller, ha escrito sobre el estrecho vínculo que existe entre la marihuana, la psicosis y el crimen violento. Para Berenson, es un hecho indiscutible que la marihuana produce paranoia y psicosis, y también que la gente con esquizofrenia comete crímenes violentos con mucho mayor frecuencia que la gente sana.
¿En los estados donde se ha legalizado el uso de la droga se ha reducido la criminalidad? No, por el contrario. La criminalidad asociada a la marihuana ha aumentado en Colorado y en Washington.
¿Existe ya la tecnología para detectar el grado de intoxicación de un conductor marihuano con la misma precisión con la que la policía detecta el nivel de alcohol en la corriente sanguínea de un conductor? No. No hay forma de detectarlo con certeza.
¿Se ha normalizado la tramitación de permisos para instalar tiendas de venta de la droga y sus derivados en el estado de California? No, la inmensa mayoría de los gobiernos locales y estatales se niegan a otorgar permisos a dispensarios por los problemas que ocasiona el tráfico de viciosos. Se calcula que en el 76% de las ciudades en el 69% de condados de California se ha prohibido el establecimiento de tiendas de venta de cannabis.
¿Y qué sucede en los campos donde se siembra la marihuana y los invernaderos donde se cultiva? El olor nauseabundo a zorrillo muerto ha obligado a los vecinos a usar máscaras anti-gases y a protestar por su ubicación.
Por último, un dato que debería servir para darle perspectiva al problema. Mientras que en California el valor total del mercado es de $12 mil millones de dólares, en Alemania, es de $240 millones.
Escribe sobre temas políticos en varios periódicos en las Américas.