Ver con los ojos del alma
Federico Campbell
Estas impresiones forman parte de la serie que el fotógrafo siciliano realizó en 1984 para la Editorial Novecento, que ese año le había dado un premio a Borges y lo había invitado a recorrer varios lugares de la Sicilia occidental, entre ellos el Valle de los Templos en Agrigento, donde perviven las edificaciones mejor conservadas de la Magna Grecia, y Selinunte.
Scianna acompañó al escritor argentino durante una semana a fin de editar un álbum por encargo de la editorial.
Borges murió y el álbum no se hizo jamás, pero las fotografías han sido rescatadas ahora por La Pléiade y en octubre podrán verse en dos exposiciones, en París y Milán.
Fue una semana inolvidable para Scianna.
Siempre ha recordado, conmovido, el tacto de Borges: los dedos que recorren las protuberancias de las piedras y las estatuas.
Recuerda también las conversaciones con alguien que nunca habría de ver sus retratos, conversaciones sobre el tema mismo de la fotografía y sobre Henri Cartier-Bresson, a quien no casualmente, por sugerencia de Borges, la misma editorial Novecento nombró como sucesor de su premio el año siguiente.
Gesto perfectamente literario y borgesiano.
Con su mejor amigo, Leonardo Sciascia, Scianna publicó en 1965 Fiestas religiosas de Sicilia y compuso en 1989 un bellísimo pequeño libro de toda su relación amistosa con el novelista siciliano, de 1964 a 1989.
Como un pasaporte de elegante color negro, pequeño, Leonardo Sciascia fotografoto da Ferdinando Scianna inaugura no sólo una colección sino una idea editorial del impresor Franco Sciardelli: la que pretende recoger una relación amistosa y creativa, entre un escritor y un fotógrafo, a lo largo de muchos años.
El próximo libro de la colección, que aparecerá en septiembre con un texto del fotógrafo, lleva por título Jorge Luis Borges fotografoto da Ferdinando Scianna.
-©Ferdinando Scianna, Magnum Photos Inc.