Hace diez aรฑos celebrรฉ en el primer libro de Julio Trujillo, Una sangre, la diรกfana conciencia de una escritura poรฉtica atenta a la mejor tradiciรณn lรญrica mexicana. Me entusiasmaba la forma en que Trujillo โescribรญ entoncesโ tenรญa la valentรญa de vivir, con todas las responsabilidades que implica, la conciencia de la tradiciรณn mรกs libre y desinteresada de la expresiรณn en lengua castellana, la de su altรญsima poesรญa.
Han pasado los aรฑos. La editorial Pre-Textos acaba de poner en circulaciรณn un nuevo libro de Trujillo, Bipolar, tรญtulo encendido y arriesgado. No me deja de halagar la justicia de mi admiraciรณn decenal y la punterรญa de mi presagio. Es un poeta diferente y, para su bien, es el mismo poeta monista, material, sobrecogedoramente atento a sus sentidos y suspendido de su mor(t)alidad.
Trujillo โlo anuncia Enrique Krauze en el รบltimo nรบmero de Letras Libresโ regresa a Mรฉxico luego de unos aรฑos en Espaรฑa. Que sea para bien.
EL PALACIO BLANCOHay espejos,
perfiles truncos y nucas inรฉditas,
imรกgenes promiscuas que se funden
en una luz lechosa y parpadeante.
Hay superficies frรญas como el mรกrmol
que duplican los nervios
de la luz,
emborronรกndolos.
Otras los agudizan como el vidrio
de los vasos formados
bocabajo,
en cuyas bases gira hipnotizado el vรฉrtigo.
Atrรกs, al fondo,
la mรกquina epilรฉptica de juegos
agoniza ignorada.
Se estรก clonando el alcohol
en ordenados paralelepรญpedos.
Cerrar los ojos es abrir la mรบsica
del infame cantautor.
Adentro se cocina
un dolor naturalmente algebraico.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.