Canta el grupo espaƱol Jarabe de Palo el estribillo de āen lo puro no hay futuro, la pureza estĆ” en la mezclaā: justamente esa pureza es consecuencia de circunstancias contrastadas y factores asimilados, tal como sucede con los futbolistas que son producto de entornos atĆpicos.
Cristiano Ronaldo, nacido mĆ”s cerca de Ćfrica que de Europa en la isla portuguesa de Madeira, y Zlatan Ibrahimovic, sueco de pasaporte pero balcĆ”nico de sangre, son un buen ejemplo de lo que la cadenciosa canciĆ³n de Jarabe de Palo pretende seƱalar.
Entre uno y otro han implicado este verano el movimiento de unos 170 millones de euros, que son aproximadamente 240 millones de dĆ³lares, que son mĆ”s de 3 mil millones de pesos, que son buena parte del Producto Interno Bruto de pequeƱos paĆses del Caribe o de la Ćfrica mĆ”s necesitada.
La historia de Cristiano Ronaldo parece mĆ”s representativa de un futbolista latinoamericano o africano que de un europeo: a diferencia de lo que sucede con los mayores talentos del llamado viejo continente, este ofensivo lusitano empezĆ³ a jugar en calle y playa, en medio de piedras, eludiendo anomalĆas del asfalto, soportando la rudeza excesiva de rivales superiores en edad, estatura y fuerza, sobreponiĆ©ndose a disfunciones familiares como la muerte de su padre por problemas del hĆgado (todo apunta que por excesos con el alcohol).
En una entrevista que nos concediĆ³ en enero del 2008 en Manchester, el delantero decĆa: āMadeira es humilde, es el lugar en el que nacĆ. Madeira yo la recuerdo como un jardĆnā¦ Un jardĆnā. En ese jardĆn parece seguir jugando y disfrutando con la disciplina tĆ”ctica europea, con el ritmo de los cercanos tambores africanos y con la capacidad para improvisar o crear caĆ³ticamente, consecuencia de un carĆ”cter latino y una mezcla de influencias regionales muy diversas.
Cristiano Ronaldo
El caso de Zlatan Ibrahimovic es todavĆa mĆ”s complejo.
Si algunos afirman que Jozip Broz āTitoā fue el Ćŗnico verdadero yugoslavo, Zlatan, nacido en el exilio un aƱo despuĆ©s de la muerte de Tito, podrĆa ser algo muy cercano a esa nociĆ³n de identidad yugoslava repatriada.
Hijo de madre croata y de un inmigrante bosnio que habĆa vivido en Serbia, empezĆ³ a jugar en un equipito denominado Balkan: por tanto, Ibrahimovic luce como el sueƱo fallido de Tito hecho futbolista y casado con una top-model sueca.
AdemĆ”s, su nombre da para interpretaciones filolĆ³gicas y culturales: Zlatan, que significa āhecho de oroā, estĆ” considerado uno de los nombres mĆ”s neutros en el entorno bosnio, es decir, lo mismo podrĆa ser portado por un croata, un serbio, un macedonio, un montenegrino, un kosovar o un bosnio.
El apellido āIbrahimovicā quiere decir en lengua eslava āhijo de Ibrahimā, manera Ć”rabe y en general musulmana de llamar al patriarca bĆblico Abraham: o sea que se refiere a una nociĆ³n islĆ”mica pero en idioma serbo-croata: imposible hallar mayor integraciĆ³n en una persona de todo lo que quiso ser integrado en una naciĆ³n (como dirĆa el cineasta Emir Kusturica: āĆrase una vez un paĆsā).
La manera de jugar de āIbraā no es mĆ”s fĆ”cilmente definible que sus orĆgenes: potentĆsimo, pero virtuoso; tĆ©cnico como el que mĆ”s, pese a sus 192 centĆmetros; vikingo sueco para rematar y genio balcĆ”nico para conducir; en su contra, lĆder distraĆdo, inconsistente: lo mismo carga fruncidamente con el colectivo que se pierde en su melancolĆa gitana.
Ellos dos, el isleƱo Cristiano Ronaldo y el sueco-balcĆ”nico Zlatan Ibrahimovic han convulsionado el mercado futbolĆstico este verano: lo siguiente es que se pongan a jugar y a demostrar que la pureza de su futbol radica justamente en la mezcla de donde procede.
ā Alberto Lati
Zlatan Ibrahimovic
Corresponsal que intenta usar el deporte como metƔfora para explicarse temas mƔs complejos.