Y habrá quien me explique ¿por qué en las mismas páginas web de la cámara de diputados se explica que en octubre de 2007 fueron erogados 2 millones 283 mil 649 pesos del erario público por concepto de “gastos médicos” de los diputados y diputadas?
Es decir, que además de dietas, prebendas, canonjías, extras, imprevistos, anticipos y todo lo demás, cada uno de los quinientos diputados nos cuesta en promedio 4 mil 567 pesos mensuales por concepto de “gastos médicos”.
¿Qué acaso no están inscritos en el IMSS o en el ISSSTE o en alguna de esas otras instituciones que ellos mismos legislaron que debían encargarse de velar por la salud pública?
Y si acaso no están inscritos a esas instituciones, ¿qué, con sus 147 mil pesos mensuales, no les alcanza para pagarse un médico privado?
Y, sobre todo, ¿qué demonios comen, o beben, o se meten, o se sacan, o huelen, o agarran, o hurgan, o manosean, o respiran, o escuchan para enfermarse de esa manera?
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.