El 132 hoy (y sobre todo maƱana)

Suceda lo que suceda, los ā€œresolutivosā€ del 132 ya incluyen marchar el 2 de julio y lanzar ā€œun proyecto polĆ­tico de trascendenciaā€. OjalĆ” que asĆ­ sea.
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Entusiasman los jĆ³venes debutando en la iracundia, armando jolgorios, marchando por las calles. Todos los ingredientes del rito de pasaje tribal, los lobatos desperezĆ”ndose, cruzando umbrales, reconociendo y reconociĆ©ndose, embriagados con la sĆŗbita importancia de su carnaval, apropiĆ”ndose de su herencia, comenzando su batalla por hacerse de un sitio en el mundo a fuerza de rechazarlo, como debe ser.

Coincido, sin embargo, con quienes observan que el 132 estĆ” tan cargado de esa energĆ­a como confundido sobre el destino hacia el cual conducirla.

En un paĆ­s como el nuestro, en estos dĆ­as, pelearse con la televisiĆ³n (con todo y sus usos y abusos de poder) se me antoja casi frĆ­volo. ¿QuĆ© no hay otros motivos de protesta, de mayor relieve? El movimiento tiende al ritual estridente pero improductivo. Entiendo el propĆ³sito de acabar con el cacicazgo de Gordillo (y lo apoyo), pero eso no depende la voluntad de nadie, sino del legislativo, al que los jĆ³venes ignoran por andar viendo la tele. Al revestirse de atributos del tipo “somos la voz del pueblo”, ignoran que de hecho esa voz la ostenta el (mediocre, mezquino) legislativo… En los mismos dĆ­as en que nacĆ­a el 132, los diputados salientes se ordenaron repartirse, con graciosa frescura,  230 millones de pesos que “sobraron”. En lugar de asediar San LĆ”zaro como ciudadanos crĆ­ticos, rodearon Televisa como clientela decepcionada…

El 132 es hasta ahora, sobre todo, imĆ”genes. Interesados en la “memoria audiovisual”, en su sitio web (www.yosoy132.mx) hay mucho YouTube pero (hasta el pasado martes) sĆ³lo un documento: la “RelatorĆ­a de la Asamblea Nacional Universitaria” de C.U. el 30 de mayo. Profusas, confusas y difusas, las 22 pĆ”ginas de “resolutivos” reĆŗnen buenas intenciones y obviedades, peticiones de principio y bulla voluntarista, desplantes de lirismo sentimental y contradicciones penosas. (La mĆ”s seƱalada: proclamarse apartidista y a la vez “desconocer como candidato” a PeƱa Nieto, como dice el punto 1 de la Mesa 9).

Si los 1968 nos manifestamos entre otras cosas para despojar al PRI-gobierno del control de los procesos electorales –lo que se logrĆ³ con el IFE ciudadanizado— los 132 no sĆ³lo desconfĆ­an del IFE, sino ya lo juzgaron culpable de un “fraude electoral” que, ya decidieron, se va… a cometiĆ³. Ante esta ominosa profecĆ­a –que obviamente desea ver cumplida— el 132 se arroga autoridad para juzgar la validez de las elecciones y se reserva el extraƱo privilegio de “hacer lo que se tenga que hacer despuĆ©s de la elecciĆ³n”. Bueno. Los 1968 podrĆ­amos decir que nadie sabe para quiĆ©n se muere…

No menos intrigantes son los “resolutivos” que ha metido al 132 la ultra que merodea en las universidades pĆŗblicas. La Mesa 10 habla de eliminar las evaluaciones acadĆ©micas (“impuestas por el FMI, la OCDE y el BM”, claro); de substituir “la estructura autoritaria que prevalece en los Ć³rganos de gobierno de las universidades del paĆ­s” por una estructura “democrĆ”tica” que permita “a los estudiantes, acadĆ©micos y trabajadores participar en la toma de decisiones”; de lograr la “transparencia y democratizaciĆ³n de la forma en que se elige a la planta docente”; de democratizar el “huso (sic) de las instalaciones universitarias” y de impartir “talleres sobre la historia del movimiento estudiantil”.

Eso Ćŗltimo estarĆ­a bien. Uno de los talleres podrĆ­a estudiar la forma en que no pocos movimientos estudiantiles que fantasearon con esa “democratizaciĆ³n” acabaron en manos de los ultras, en gloriosos desastres acadĆ©micos y en un puƱado de funcionarios poderosos. (Es inevitable recordar a “Los VĆ”ndalos” de la hoy priista Rosario Robles en la Facultad de EconomĆ­a en los ochentas, o a Mario BenĆ­tez en Ciencias, o a “Los Enfermos” de la Universidad de Sinaloa…)

Por lo pronto, suceda lo que suceda, los “resolutivos” del 132 ya incluyen marchar el 2 de julio y lanzar “un proyecto polĆ­tico de trascendencia”. OjalĆ” que asĆ­ sea, y que ese proyecto polĆ­tico entienda que es necesario regresarle la voz del pueblo al legislativo. De aquĆ­ a las elecciones se celebrarĆ”n y se cantarĆ”n a sĆ­ mismos. Luego, al parecer, “trascenderĆ”n”.

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Es un escritor, editorialista y acadƩmico, especialista en poesƭa mexicana moderna.


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