El 4 de diciembre del año 2000 en las Naciones Unidas se acordó que el 18 de diciembre sería el día internacional del migrante. Esto refrendó
la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familias que se había adoptado
10 años antes por esa misma institución. La Convención entró en vigor hasta 2003 y hasta el momento sólo tiene 46 ratificaciones.
En México el Día del Migrante ha tardado en consolidarse como el día de acción mundial a favor de los migrantes. Al inició de ese primer 18 de diciembre del 2000, la fecha pasó un tanto inadvertida, salvo para los directamente involucrados en el proceso a nivel oficial. Los siguientes años, diversas instituciones realizaron alguna conferencia de prensa, algún evento cerrado y con invitación oficial. Sin embargo, los últimos años el 18 de diciembre dejó de ser una fecha que sólo algunos funcionarios recordaban por decreto. Lo que hemos atestiguado, sobre todo estos últimos 3 años, es un asombroso proceso en que la propia fecha ha ido adquiriendo una fuerza inusitada gracias a la presencia y vitalidad que se acompaña de un activismo no sólo local, sino global, que sirve para refrendar el compromiso de todos los que desde su trinchera hacen suya la bandera de los derechos de quienes por distintas razones, transitan entre países, deciden buscar un mejor futuro ante la incapacidad de encontrarlo en el propio y se integran a una sociedad distinta a la que conocen.
Si bien cada paso del proceso migratorio implica riesgos, desafíos, duelos, incertidumbres y anhelos, lo importante es que este día, 18 de diciembre, vuelve a poner en la primera escena de la información y la solidaridad local, nacional, global esta parte de la condición humana que es migrar y ahí radica la mayor fuerza de una fecha que hoy se vuelve imperativa e inolvidable para todos. Así, pudimos ver que el 18 de diciembre de este 2012 tuvieron lugar una serie de actividades que se dieron a nivel global, desde México hasta España, de Brasil a Filipinas y en cada lugar hubo una actividad para que esta fecha tome un sentido planetario y fortalezca la postura de las sociedades abiertas ante la contundencia de la movilidad de millones de personas.
En México hoy se hicieron varios eventos. Uno de los más importantes fue el que convocó una amplia red de organizaciones de la sociedad civil que los últimos años han logrado crear un frente unido ante lo que constituye la parte más dura de la migración: su criminalización y por tanto, su victimización en un sentido extremadamente cruel como ha ocurrido en el México de nuestros días. Con el ánimo de cambiar esta terrible situación, a este evento se sumaron prácticamente todas las organizaciones aliadas en este frente. El evento incluyó la presentación de la Declaración por los derechos de las y los migrantes entre las que destacan la necesidad de desvincular el fenómeno migratorio de la estrategia de seguridad nacional y establecer un enfoque de seguridad humana que ponga en el centro de las políticas públicas a las personas migrantes, sus comunidades y sus familias.
Luego del acto se realizó una marcha hasta la Secretaría de Gobernación donde una comisión fue recibida. Dicha comisión no salió con las manos vacías porque abundaron las promesas, pero tampoco salieron con un compromiso concreto de parte de los nuevos funcionarios que despechan en Bucareli. Habrá que esperar a que todos y cada uno de dichos funcionarios tomen de lleno sus puestos.
Aún sin acciones concretas de parte del gobierno, el simple hecho de haber reunido a tantos grupos y personalidades es una señal positiva, una forma de celebrar el día del migrante como debe ser, con un acto festivo pero también solemne, que en el fondo es un refrendo del compromiso que tantos tenemos con una causa que nos incluye a todos porque defender los derechos de los migrantes es defender los derechos propios. Es un gesto de humanidad, de entereza, de alegría por la vida, en un planeta donde "todos somos potencialmente migrantes”.
Profesora-investigadora y Jefa del Área de Sociología Política y Económica del Instituto MORA