El mundo con Bitcoin

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Bitcoin es un software para certificar de forma irrevocable que has enviado o recibido algo. Ese algo serĆ” dinero si mucha gente lo utiliza como dinero: es lo que estĆ” ocurriendo con la moneda concreta bitcoin y con otras que utilizan ese sistema. Bitcoin es software libre: cualquiera puede ver el cĆ³digo hasta la Ćŗltima coma, modificarlo y utilizarlo. Es distribuido, de usuario a usuario; no hay una autoridad central. La moneda concreta (bitcoin) es independiente de Estados y bancos; el sistema que la propicia (Bitcoin) es una maravilla en permanente desarrollo que va a traer grandes cambios.

SegĆŗn el documento original del anĆ³nimo creador o creadores de Bitcoin (bitcoin.org/bitcoin.pdf) el objetivo es que cada apunte sea irreversible. Los actores del sistema Bitcoin anotan cada transacciĆ³n resolviendo un problema matemĆ”tico a fuerza de ordenadores. “El sistema es seguro mientras nodos honestos controlen colectivamente mĆ”s poder de procesamiento (cpu) que cualquier grupo de nodos atacantes.”

El estĆ­mulo para actuar en la direcciĆ³n ideal (honradez) es premiar con una nueva moneda a los que aportan capacidad de procesamiento. Cuantos mĆ”s nodos de la red actĆŗen en la direcciĆ³n correcta, mĆ”s difĆ­cil serĆ” que unos oponentes puedan alterar el libro de cuentas.

Al principio, validar una operaciĆ³n y obtener una moneda, un bitcoin, se podĆ­a hacer con un solo ordenador. Al aumentar los usuarios y las operaciones, el problema a resolver se complica y requiere mucha potencia de procesamiento: hay ordenadores diseƱados para este fin y granjas de servidores que solo se dedican a este trabajo.

Esta tecnologĆ­a se llama cadena de bloques: un bloque de informaciĆ³n se aƱade al anterior y para deshacer una operaciĆ³n habrĆ­a que alterar todas las que se han sellado despuĆ©s. Al hacer una operaciĆ³n se puede aƱadir una comisiĆ³n Ć­nfima para acelerar la verificaciĆ³n, que en todo caso tarda diez minutos: el tiempo en el que se crea y se adjudica una nueva moneda. El posible atacante debe reunir mĆ”s potencia de procesamiento que los que quieren mantener el sistema. Si consigue esa potencia debe decidir si le sale mĆ”s rentable obtener una moneda nueva o robar las de aquellas operaciones que estĆ”n en trance de ser verificadas, con lo que desacreditarĆ­a el sistema y el valor de lo robado. Es Borges y Kafka en un chip.

La primera anotaciĆ³n es la que cuenta y es definitiva. Se acabĆ³ la opciĆ³n “deshacer”. Hay una historia Ćŗnica. Todas las anotaciones son pĆŗblicas. Se eliminan los intermediarios, la demora, las comisiones; el intermediario ahora es el sistema, el software, que no depende de una autoridad central. El intermediario es una comunidad distribuida de mĆ”quinas actuando en la direcciĆ³n correcta y compitiendo por obtener nuevas monedas.

Las monedas concretas (bitcoin y otras muchas) pueden fracasar y desaparecer, pero el sistema abre un horizonte nuevo a un mundo que parece atascado. Las posibilidades son tan vastas como la imaginaciĆ³n aplicada a las necesidades. Bancos, empresas y Estados se toman muy en serio esta tecnologĆ­a. ibm ha anunciado un sistema de pagos propio basado en Bitcoin. A pesar de la volatilidad y la incertidumbre, signos tambiĆ©n de nuestro tiempo, el bitcoin ha fecundado ya un amplio ecosistema de negocios. La conexiĆ³n prĆ”ctica con el mundo tradicional es reciente: en EspaƱa se pueden sacar bitcoins de los cajeros automĆ”ticos. EnvĆ­as un sms con la cantidad que quieres (entre veinte y seiscientos euros) y te llega un nĆŗmero al mĆ³vil para extraer el dinero (Btcpoint.com).

AdemĆ”s del dinero, si es que hay algo mĆ”s, Bitcoin ha abierto un mundo nuevo: simbĆ³lico, cultural. Por nombrar lo mĆ”s obvio, tal vez se podrĆ­a aplicar el mĆ©todo Bitcoin para incentivar la honradez a otros Ć”mbitos necesitados de esa cualidad.

Bitcoin estĆ” creando una nueva realidad que desborda las anotaciones de cuentas. EstĆ” creando lenguaje, refrescando metĆ”foras, y va a dar novelas, cuentos, interpretaciones. Cuando internet se constriƱe como un mundo saturado, copado por las grandes compaƱƭas centralizadoras de servicios, acosado por las empresas que presionan contra la neutralidad; cuando la red ya suscita la sospecha de que fue creada como un pretexto o una trampa orwelliana para vigilar exhaustivamente a la poblaciĆ³n, surge esta novedad que expande el horizonte. Cada corporaciĆ³n funciona como un corral hermĆ©tico que confina al usuario a unos clics prefijados. En este universo que se estaba cerrando aparece este sencillo sistema abierto, pĆŗblico, copiable y mejorable, que propicia una historia Ćŗnica, una operaciĆ³n sin ambigĆ¼edad, una certeza irrefutable. Es como los primeros dĆ­as de la red. En el momento en que las personas estamos mĆ”s cerca que nunca de ser solo datos para revender, llega un aviso de algo que podrĆ­a traer un aire de libertad. Reduce la fricciĆ³n, es mĆ”s eficiente y nadie retiene tu dinero durante dĆ­as. Parece que solo va a afectar al dinero, y quizĆ” el dinero sea todo lo posible (el dinero y su reverso, la deuda mundial e Ć­ntima), pero puede haber algo mĆ”s. Bitcoin puede activar micropagos por acciones que aĆŗn estĆ”n por imaginar, puede dar realidad y esperanza a millones de personas que viven fuera del sistema financiero, del sistema en general. Con una capa, Bitcoin podrĆ­a ser el documento de identidad universal, el identificador fiscal y la llave para votar al futuro gobierno mundial. QuizĆ” Bitcoin era el detalle que le faltaba a la globalizaciĆ³n. ~

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(Barbastro, 1958) es escritor y columnista. Lleva la pƔgina gistain.net. En 2024 ha publicado 'Familias raras' (Instituto de Estudios Altoaragoneses).


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