Aquí está la cañada, una tira de piel que cubre la brecha como un puente colgante. Del grosor de un paño, tiembla con la sangre que corre debajo. Algo menos tangible cursa allí también, una burbujeante zanja de imágenes: el gato casero que se estira; llaves de coche que suenan y atrapan la luz; duelas con nudos de oscuros ojos de animal; la ventana con su cambiante cuadrante de cielo. Todas las cosas iguales, cada una un asombro, y todo sin que medie el habitual agarre de la mente a un por qué y a un y qué. Frunces el seño ante una descolorida piña en el papel tapiz, y la membrana palpita más fuerte. Tengo cuidado al peinar tu ralo pelo castaño. Al cantar tu nombre me apropio de un tono que nunca uso al hablar. Las palabras no importan; estoy diciendo bébeme mientras puedas, como leche. Déjame ser carne y franela, manos que sueltan tu arrugada manta. Conóceme por el olor antes de saber mi nombre, antes de que las manijas se vuelvan manijas, antes de que las puertas suelden. ~
Traducción de Pedro Serrano
|
Trumpismo
Los líderes del GOP ahora se sorprenden al descubrir que, después de permitir que ese extraño moho proliferara en las bases del partido, sus propios votantes están eligiendo a un bufón…
Los viajes son el tesoro y el mapa que trazan el itinerario de tu existencia
Los viajes te brindan historias y te llenan de lugares que se llaman de formas distintas y de los que disfrutás siempre, aunque solo hayas estado allí un ratito, mientras esperabas otro tren.
El pájaro urbanita
En un poema reciente, Eugenio Montejo se lamenta de lo mal que les sientan las ciudades a los pájaros. Aunque escrito con su habitual ritmo civilizado y trabado perfectamente con recursos que…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES