Crédito de la imagen: Pierre Bourgeault
El marchito póster en estilo de los años treinta, hallado hace un par de semanas en el laberinto sin fronteras de Google, presenta, en figura de un Santa Claus mestizado de Drácula, a un ogro dizque filantrópico que, desde una ávida, insaciable y cruel boca de túnel hacia la Nada sin fondo, aúlla su verdadero mensaje de Happy Christmas. Es una perfecta ilustración de un universal y cristianísimo Espíritu Navideño franco hasta el terrorismo, pero además es de sospechar que también iconiza al Espíritu del Sistema Fiscal que, por obra y gracia del Gobierno y los Curuleros, nos ha asestado a la atribulada tribu de tributarios cautivos una andanada de impuestos con el fin humanitario hasta la santidad de socorrer a los pobres de dineros, que no de Espíritu.
[P.S. El color de la vestimenta y la estrella en el gorro del ogro tiernísimo no indica que sea rojillo o bolchevique. Es un personaje sin signo político de un Estado en particular, es decir: es del signo de cualquier Estado entre todos los que la madre Historia ha parido. (Hoy amanecí también bajo signo de Espíritu político, me temo que más bien ácrata.)]
Es escritor, cinéfilo y periodista. Fue secretario de redacción de la revista Vuelta.