Mi libro favorito de Ignacio Martínez de Pisón depende del día de la semana. Algunas veces mi novela preferida es El día de mañana, que cuenta la historia de un delator al servicio de la policía franquista. Otros días prefiero la compasión y la fuerza de La buena reputación, la polifonía tragicómica de El tiempo de las mujeres o algunas escenas y personajes inolvidables de Dientes de leche.
Tengo debilidad por Carreteras secundarias, sobre un padre y un hijo que van de un lado a otro en la España de mediados de los setenta, mientras agoniza el dictador. Cuando lo leí por primera vez, a mediados de los noventa, tenía la edad del protagonista. Por sugerencia de Fernando Trueba, que producía la película, hice una prueba con Antonio Resines para la adaptación cinematográfica que realizó Emilio Martínez Lázaro y que protagonizó Fernando Ramallo.
Otros días, mi preferido es un libro muy distinto: el ensayo narrativo Enterrar a los muertos, sobre la desaparición y asesinato de José Robles Pazos, republicano leal y traductor de John Dos Passos que murió por orden del espionaje soviético durante la Guerra Civil española. Esa investigación apasionante ilumina una parte de la contienda. También, como indica el título, tiene algo de reparación de una injusticia. En ella, el rigor, el relato meticuloso de las pesquisas y la honestidad sobre los puntos muertos sustituyen cualquier tentación de énfasis, y resultan más eficaces.
Miggie Robles, la hija del traductor, que fue fundamental para que Pisón pudiera escribir su libro, falleció poco después de la publicación en 2005. Pudo sin embargo ver cómo la investigación aclaraba un misterio y limpiaba la reputación de su padre. Hace unos días, en presencia de uno de los nietos de José Robles Pazos, el profesor de literatura inglesa Mario Ortiz Robles, me enteré de un pequeño epílogo de esta historia.
Casi al final de su libro, Ignacio Martínez de Pisón señalaba que la traducción que José Robles hizo del libro Manhattan Transfer, una obra que tuvo una enorme influencia en la novelística en lengua española, nunca había dejado de publicarse desde su aparición en 1930. Hasta la década de los setenta figuraban el nombre y los dos apellidos de Robles. Los “duendes de la imprenta” hicieron desaparecer el nombre de traductor en los años ochenta. La cosa fue a peor: en las ediciones posteriores a 1984, la traducción no se atribuía a José Robles Pazos sino a José Robles Piquer.
Poco después de la aparición de Enterrar a los muertos, el editor de Edhasa, Daniel Fernández, llamó a Ignacio Martínez de Pisón para decirle que iba a publicar Manhattan Transfer y que gracias a su libro podía poner correctamente el nombre del traductor.“¿Y a quién se le pagan los derechos?”, preguntó Pisón. El escritor le dijo que los derechos no eran de la editorial Planeta (que se había apropiado de ellos al reimprimir la edición de Cenit de 1930), sino de los herederos de José Robles. La hija de Robles Pazos recibió un pago por los derechos de autor de la traducción poco antes de morir.
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Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).