Una idea fija domina el pensamiento occidental, al menos desde hace dos siglos: la fe en el progreso. Está tan asentada en nuestro pozo mental que es, incluso, el mínimo común denominador de rivales a cara de perro: liberales y conservadores durante todo nuestro decimonónico pasado, comunistas y fascistas durante nuestro vigesémico odio: todos creyentes fieles en un futuro mejor. ¿La diferencia?: el tipo necesario de pase de admisión para alcanzar el Paraíso en la Tierra, con sendas mayúsculas.
Como descubren en este número Gabriel Zaid y John Gray, nuestra fe en el progreso nace de la transferencia de sacralidad del mundo religioso al mundo científico, durante el siglo diecinueve, el de la muerte de Dios, hasta convertirse en el fetiche de los grandes totalitarismos del siglo xx. Idea de la que todavía somos herederos, pese a la resistencia de románticos y sus secuelas modernas.
Este número, desde el escepticismo, la duda asertiva y el sentido común, plantea una crítica radical, es decir a la raíz, de nuestra incombustible fe en el progreso. –
Einstein en la cocina
A propósito de la comprobación de la última teoría de Einstein, dos físicos hablan del vínculo entre su pensamiento y su vida privada, y del modo en que se ha transformado nuestra noción del tiempo.
Capote, de Bennett Millar
cuanto Truman Capote llegó a Holcomb, Kansas, a finales de 1959, se encontró con la bendición de una historia insuperable. El asesinato de la familia Clutter a manos de…
Por quien doblan las alertas
La Ciudad de México es una tragedia recurrente. Escribía Mark Twain que la historia no se repite, pero rima. En una rima de la historia, el 19 de septiembre, a 32 años del terremoto de…
Cartas sobre la mesa
Obituario Lamentamos profundamente la muerte de nuestro querido colaborador el escritor y filósofo veracruzano Julián Meza, acaecida el domingo 12 de febrero. Gravemente enfermo, aún…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES