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La planeación urbana reafirma ideologías y configura la disparidad

¿Qué tiene que suceder para que las ciudades sean herramientas para combatir la desigualdad?
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“[…la segregación racial] surgió del interés y la codicia, pero también del deseo y de la negación del deseo. Con su codicia, exigía cuerpos negros –en el sentido más físico– con el fin de consumir su energía en forma de trabajo. Con su ansiedad respecto a los cuerpos negros, también creaba leyes para apartarlos de la vista.”

-J.M. Coetzee

Contra la censura

 

Vagando en Internet, encontré las fotografías de Johnny Miller sobre arquitectura y planeación urbana de Ciudad del Cabo durante el apartheid. Una ciudad diseñada con la ideología institucionalizada de la exclusión, que todavía, después de que el Congreso Nacional Africano ganara por mayoría de votos las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica (las elecciones que llevaron a Nelson Mandela de la prisión a la presidencia), hace veintidós años, determinan la desigualdad como forma de vida en una sociedad poscolonial.

No conozco Sudáfrica, pero resulta que el asentamiento informal más grande del mundo, en el 2011,ya era “Neza-Chalco-Itza”, aquí a unos kilómetros, entre nosotros.

Dispersión urbana en el Estado de México, México WWF

Las fotografías de Miller, tomadas con drones, bien podrían ser retratos de la disparidad social y económica mexicana: espacios en los que conviven construcciones de lujo, habitacionales y comerciales, con casas de piso de tierra y techos de aluminio, sin agua corriente. Escenarios que acumulan lo mismo riqueza que pobreza, que habitamos, a los que nos hemos acostumbrado, que brotan y crecen desorganizadamente ante a nuestros ojos, y que por transitarlas día a día de frente no percibimos sus dimensiones masivas. Incluso si leemos las noticias, nosotros, puñado de privilegiados, si atendemos a las estadísticas, nos perdemos de las consecuencias de ver los casos concretos de lo que esas categorías y porcentajes de hecho significan.

¿Cómo no crisparse entre el encabronamiento y claro, ni modo, también la culpa?

No hay manera de que las imágenes no sean escalofriantes, muestran un fracaso fundamental: cómo la planeación urbana reafirma ideologías y configura la disparidad; la normaliza, y cómo estas ecuaciones arquitectónicas producen y reproducen nuestra indiferencia.

Pausando nuestra creciente pérdida de fe en la humanidad: ¿qué tiene que suceder para que las ciudades sean herramientas para combatir la desigualdad?

La colección de fotografías se titula Escenas desiguales y puede verse aquí.

CityLab, una página sobre cómo habitamos las ciudades, le preguntó a Miller qué provocaba con sus fotografías. Él respondió que observar la ciudad desde arriba hace de la desigualdad prácticamente “un problema matemático que necesita solución, un problema de diseño”; mientras que despiertan “emociones muy serias” que inician la conversación, “espero que inspiren a la gente a usar la tecnología y los medios creativos para contar estas ‘viejas’ historias”.

https://youtu.be/AytnwP0dACI

 

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