El motivo era conocer lo mejor leído, escuchado y visto durante el año. No un asunto de coyuntura, ni de las mejores producciones de los pasados doce meses; simplemente el libro, el disco y la película memorable de los pasados doce meses. Un ejercicio arbitrario y caprichoso, sin duda. Aquí la selección.– La redacción
Libro
Los libros que nunca he escrito, de George Steiner.
No es un libro nuevo (Siruela lanzó la segunda edición en 2008) pero recién lo leí en 2010. Son siete capítulos en los que el autor habla de los libros que tenía la esperanza de escribir, y no escribió. Son 7 ideas geniales bocetadas y estructuradas que van desde el tormento que sufren los jóvenes con talento que conviven con “vacas sagradas” a cómo se experimenta el sexo en otros idiomas. Cuando terminas de leer este libro estás tan entusiasmado que piensas que tú puedes ser quien tome la generosidad de Steiner y concrete una de esos libros: “Yo quiero escribir uno de los libros que Steiner no escribió”. Poco después, muy poco después, te das cuenta de que “eres tan joven y ya has hecho tan poco” y te resignas a continuar con tu humilde proyecto de lectura…
– Cynthia Ramírez
The Tiger, de John Vaillant.
Usando como pretexto la historia de un grupo de hombres rusos que, tras descubrir el cuerpo destazado de un compañero, emprenden una búsqueda para cazar a un tigre come-hombres, Vaillant da aquí una cátedra de microhistoria: su libro no solo habla del tigre siberiano y de las diversas maneras en las que ha sido percibido a lo largo de los siglos, sino que ahonda, de manera imperceptible, en la brecha entre las fuerzas que colonizaron el lejano este ruso y las culturas nativas a las que, hasta la fecha, continúan sofocando.
– Daniel Krauze
Selected Letters of Ezra Pound and William Carlos Williams
Porque es un verdadero pulso entre dos escritores que admiro, pero sin los artificios y las imposturas de la correspondencia pretenciosamente “literaria”. Pound y Williams, en muchos sentidos, no podrían ser más distintos uno de otro. El primero está siempre al día no solo de las novedades poéticas, sino también de las críticas que aparecen en todo el orbe anglófono sobre esas mismas novedades; además, por supuesto, de sus incontables referencias clásicas, que abarcan varios idiomas, siglos y continentes. Williams, en cambio, tiene una tradición distinta: en 1946, Pound le pregunta cuál es el mejor libro que ha leído en los últimos siete años. WCW dice que sería algo de medicina, probablemente los artículos del Dr. Álvarez, de la clínica Mayo (autor, por ejemplo, de una Introducción a la gastroenterología), y luego se excusa diciendo que nunca ha sido un buen lector de cosas largas, y aún más: que nunca ha sido un buen lector (nunca leyó, dice, la Biblia, ni El Capital, ni a Freud, ni Guerra y Paz). Entonces, Williams se ofusca un poco en su respuesta (“¿y todo esto por qué debería importarte?”) y ciera el párrafo ya medio desesperado: “Olvídalo. He leído lo que he querido leer y lo que he podido leer. Mis fuentes están por todas partes -indirectas, si quieres- y siempre estoy dispuesto a aprender en donde pueda, incluso a aprender a leer. No puedo leer mucho”. Esa simple carta y lo que revela de los diferentes aprendizajes posibles de un escritor merece la inclusión del libro en esta lista.
– Daniel Saldaña París
Glosa, de Juan José Saer
No es ninguna novedad el genio del rosarino, y quizá sus libros no dejarán de provocar reacciones como la mía: admiración por la maestría y enfado por haber tardado tanto en llegar a su obra. Es más bien una obviedad incluirlo en una lista así.
– Pablo Duarte
Disco
Mi ignorancia musical es proverbial pero si “music washes away from the soul the dust of everyday life” Los discos que echaron fuera ese polvo durante 2010 fueron The Suburbs de Arcade Fire y This is Happening de LCD Soundsystem.
– CR
Total Life Forever, de Foals.
El disco del año que contiene, también, la mejor canción del 2010, Total Life Forever, el segundo disco de Foals, marca el verdadero arribo de un grupo que suena como ningún otro. Desde la potencia de Alabaster hasta el melancólico crescendo de la excepcional Spanish Sahara, Total Life Forever es un disco al que no le sobra una nota. Magnífico.
– DK
The Suburbs, de Arcade Fire.
Un disco que supera a los dos anteriores de la banda canadiense. El video que Spike Jonze dirigió para la canción que da título al disco es una muestra, entre muchas posibles, del tipo de paisajes, historias y situaciones que The suburbs puede evocar.
– DSP
You are my sunshine, de Copeland.
Hasta donde entiendo, la banda ya no existe. Y, como último testimonio de la colaboración, You are my sunshine es exacto: conmovedor sin imposiciones e intenso sin histrionismos.
Y, aunque llegó tarde, apenas hace unos días, a mi playlist: el único disco de la banda inglesa The xx ha tiranizado ya la función de “repeat all”.
– PD
Película
Un prophète, el quinto largometraje de Jacques Audiard.
Es la historia de Malik El Djebena, un joven que llega a una posición que nunca habría alcanzado de no haber estado en prisión en donde conoció, aprendió y superó a la mafia corsa. La prisión como una metáfora de la sociedad.
– CR
The Social Network, de David Fincher: Aaron Sorkin y David Fincher.
Es difícil imaginar un dúo mejor para contar la historia de Adam Zuckerberg, el creador de Facebook y el billonario más joven del mundo. La película de Fincher y Sorkin luce por la efervescencia de sus diálogos y por la exquisita ambigüedad con la que mira a su protagonista. ¿Qué es Zuckerberg?, ¿héroe o villano?, ¿genio u oportunista? Nos queda a nosotros, los espectadores, decidir.
– DK
Santiago/ Una reflexión sobre el material en bruto, de João Moreira Salles.
Si el ensayo es el centauro de los géneros literarios, el documental merece un título parecido dentro de los géneros fílmicos. Un documental puede ser casi cualquier cosa, y sobre casi cualquier cosa. Santiago, por ejemplo, sería lo más parecido, en 35 mm, a un ensayo sobre el ensayo: un documental sobre sí mismo. Un documental autobiográfico que, a partir del retrato de un mayordomo, revela mucho sobre la familia para la que trabajó durante toda su vida -que es, precisamente, la de Moreira Salles.
– DSP
Ascenseur pour l’échafaud, de Louis Malle.
Por Jeanne Moreau caminando de madrugada por un París imaginario, y por la música de Miles Davis.
– PD