Se van por la alta avena los soldados
mientras cantan al aire un estribillo…
Con todo el sol en sus capotes
se van por la alta avena los soldados
ligeros con qué clara ligereza
Vean el trébol verde a lo lejos
cosido con un grueso hilo rosado
y las canteras
en el fondo del valle como nubes
Ligeros con qué clara ligereza
Ajenos a la bolsa que no vacila
Y el fusil que se pinta de rojo
Se van, sin esperar, a toda prisa…
¡Ah! Vivir un exilio menos terrible
[de ese cielo tan tierno!
…
Soldados con sus cascos, en flor,
[cantando y destruyendo.
Siempre, muy lentamente,
sendas renovadas en los campos
de los camiones, los cañones, los carros.
Atenta calma.
El sol, el sol se pone
como un fardo resbala de la espalda.
…
Todo lo que se hace,
hoyos cavados
para los esqueletos de la nada. ~
Versión del francés de Aurelio Asiain.
(Saint-Denis, 1895-Charenton-le-Pont, 1952)fue poeta, fundador del surrealismo. Participó en la Primera Guerra Mundial como enfermero debido a su precaria salud.