Ilustraciรณn: Raรบl Arias

Mexicano universal

Para Vargas Llosa, Octavio Paz dio en sus revistas voz al liberalismo en un momento en que la mayor parte de los intelectuales creรญa solo en la revoluciรณn. En esta entrevista recuerda al Paz polemista y crรญtico brillante, pero sobre todo al poeta y amigo.
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La descripciรณn que de Octavio Paz hizo Mario Vargas Llosa en uno de sus artรญculos podrรญa aplicarse tambiรฉn al Nobel peruano: “No fue nunca un diletante ni un mero testigo, siempre un actor apasionado de lo que ocurrรญa.” En la siguiente conversaciรณn, Vargas Llosa detalla su amistad con Paz, el legado de sus dos emblemรกticas revistas y el espรญritu polรฉmico con que se condujo hasta el final.

¿Cuรกndo y cรณmo se produce su primer encuentro con Octavio Paz?

Con su obra, en los aรฑos cincuenta, cuando estaba en la universidad. Un amigo mรญo, el escritor y ensayista Luis Loaiza, me prestรณ un dรญa una pequeรฑa plaqueta: era “Piedra de sol”. Todavรญa recuerdo la enorme impresiรณn que me produjo y lo sigo considerando uno de los grandes poemas modernos de la lengua. Asรญ conocรญ a Octavio Paz y, desde entonces, comencรฉ a leer su poesรญa, que llegaba a Perรบ en las ediciones del Fondo de Cultura Econรณmica. Aรฑos mรกs tarde, vivรญa en Europa y ahรญ descubrรญ sus ensayos que me revelaron a un gran pensador. En los aรฑos sesenta lo conocรญ personalmente en Londres, en donde nos vimos con frecuencia. La simpatรญa fue recรญproca y, desde entonces, mantuve con รฉl una amistad que nunca se interrumpiรณ, que nunca tuvo sombras. Incluso, cuando en Mรฉxico yo hablรฉ de la “dictadura perfecta” en el Encuentro Vuelta, que รฉl organizรณ, tuvimos una cierta discrepancia, pero no un distanciamiento. La amistad nunca se rompiรณ. ร‰l sabรญa de la enorme admiraciรณn que yo le tenรญa, una admiraciรณn que primero se dirigiรณ al poeta; y que se extendiรณ luego al ensayista y, mรกs tarde, a la persona. En Octavio se dio la conjunciรณn poco frecuente de un gran poeta, de un pensador importante y de una persona que siempre fue, desde el punto de vista cรญvico e intelectual, un modelo de coherencia. Por el espรญritu con que actuรณ siempre –sin temor de ir contra la corriente–, fue una figura excepcional, marginal y que nunca cediรณ al oportunismo.

De entre la vasta obra poรฉtica y ensayรญstica de Octavio Paz, ¿cuรกl es la que siente mรกs prรณxima a usted?

La obra maestra de Octavio Paz es Sor Juana Inรฉs de la Cruz o Las trampas de la fe. Para mรญ es, quizรกs, el libro de crรญtica mรกs importante que se ha escrito en lengua espaรฑola en el siglo XX. En el pasado, solรญa pensar que el mejor libro en ese rubro era el de Ezequiel Martรญnez Estrada dedicado a Martรญn Fierro, un volumen realmente extraordinario que, a partir del poema de Hernรกndez, sostiene una magnรญfica interpretaciรณn de lo que es Argentina y de la problemรกtica latinoamericana. Sin embargo, aun con ese antecedente, Las trampas de la fe es mรกs rico. Es uno de esos libros donde se conjuga la erudiciรณn con la rigurosa investigaciรณn histรณrica, y que al mismo tiempo estรก escrito con elegancia, con belleza estilรญstica, con profundidad. Al igual que la obra de Martรญnez Estrada, Paz utiliza como punto de partida un tema –la vida y obra de Sor Juana– para trazar un mural asombroso, en este caso, de lo que fue la vida en la Colonia, no solo en Mรฉxico, sino en toda Amรฉrica Latina. Situรณ a la regiรณn en el contexto, por una parte del pasado prehispรกnico y, por otra, del presente occidental, europeo. Lo leรญ con verdadero deslumbramiento.

¿Cuรกl es, a su consideraciรณn, la mayor virtud de Octavio Paz como ensayista?

Me costarรญa trabajo decir si fue mejor poeta que ensayista. Creo que fue importante en ambos รกmbitos. Es poco frecuente el caso de un escritor que puede abandonarse a la pura inspiraciรณn –a la fantasรญa, a esos vuelos surrealistas en que la intuiciรณn, las emociones y el sueรฑo devoran a la razรณn– y, al mismo tiempo, ser un ensayista que acude siempre a la inteligencia y al conocimiento para desarrollar una tesis. Octavio Paz era un autor que, ademรกs, conciliaba intereses locales y globales. Fue un apasionado de Mรฉxico –escribiรณ constantemente sobre el pasado y presente mexicanos, sobre las manifestaciones del arte y la literatura de su paรญs– y tambiรฉn fue un ciudadano universal, un hombre que se movรญa con gran facilidad en el mundo de las letras norteamericanas, francesas, europeas. Era un ejemplo de lo que debe ser un intelectual de nuestro tiempo: afincado en su mundo, pero con la mirada abierta hacia todas las perspectivas; incapaz de sucumbir a la visiรณn pequeรฑita, provinciana, regionalista, nacionalista. Con todo, al revisar su vida, uno no deja de sorprenderse de lo activo que fue: por un lado, como funcionario, debiรณ de atender preocupaciones diplomรกticas y, por otro, como hombre de cultura, siempre estuvo al tanto de la actualidad polรญtica y literaria en distintos idiomas. Tenรญa mรบltiples intereses y una curiosidad profundamente universal.

En 1971 nace en Mรฉxico Plural, una revista cuyo aliento continuarรญa en las pรกginas de Vuelta durante muchos aรฑos. ¿Quรฉ evaluaciรณn harรญa hoy de la impronta que dejaron esas dos publicaciones?

La apariciรณn de estas revistas fue fundamental, en tanto dieron voz y expresiรณn a todo un movimiento latinoamericano que carecรญa de tribunas. En ese momento, ninguna revista habรญa alcanzado el nivel de Sur, o de El Hijo Prรณdigo, ambas con influencia continental. Cuando Octavio lanza Plural llena un vacรญo flagrante y desolador. En Plural, Amรฉrica Latina era sin duda una preocupaciรณn primordial, pero nunca fue percibida como un continente aislado; tenรญa que tener todas sus puertas y ventanas abiertas al resto del mundo, interesarse por lo que ocurrรญa del otro lado del ocรฉano y tratar de que lo latinoamericano tambiรฉn encontrara una audiencia. Por otra parte, en el plano polรญtico, tanto Plural como Vuelta cumplieron una funciรณn importantรญsima: cuando apareciรณ la primera, la vida intelectual estaba todavรญa marcada por el marxismo y por el mito de la revoluciรณn armada; la izquierda de ese momento habรญa devaluado la democracia porque pensaba que era la mรกscara de la explotaciรณn y un instrumento del imperialismo. La izquierda actuaba, convencida que solo la revoluciรณn resolverรญa los problemas sociales, las grandes desigualdades y las injusticias en nuestros paรญses. Las revistas de Octavio fueron otra voz, una que defendรญa la cultura democrรกtica y la libertad. Al mismo tiempo, se trataba de publicaciones muy abiertas, donde todos los matices polรญticos encontraban expresiรณn. La funciรณn que tuvieron esas dos revistas fue importantรญsima para la literatura latinoamericana, quizรก debo decir, para la literatura en lengua espaรฑola.

Usted, a partir de la entrada de los tanques soviรฉticos a Checoslovaquia, pero sobre todo con el encarcelamiento y posterior exilio del poeta Heberto Padilla, se aleja definitivamente de la Revoluciรณn cubana. Paz, tengo entendido, no se habรญa pronunciado pรบblicamente sobre el particular, pero en 1971 lo hace. ¿Tuvo usted contacto con Paz en ese aรฑo? ¿Hablaron del caso?

La posiciรณn democrรกtica de Octavio fue siempre muy clara. Durante mucho tiempo debiรณ de ser desgarrador para รฉl tener un cargo diplomรกtico bajo el rรฉgimen del pri, un sistema que de algรบn modo estaba en contradicciรณn con su postura polรญtica. Sin embargo, luego de la matanza de Tlatelolco y tras su renuncia a la embajada, su posiciรณn fue mรกs clara. Octavio mantuvo una lรญnea de gran coherencia democrรกtica. En ese sentido, su posiciรณn tambiรฉn sirviรณ para que muchos escritores que se sentรญan marginados por la aplastante presencia del marxismo y el socialismo radical entre los intelectuales latinoamericanos, pudieran manifestarse y sentirse, por decirlo de alguna manera, menos huรฉrfanos. Pienso que, en ese sentido, la obra de Paz es tambiรฉn una obra impagable.

En un artรญculo, usted cuenta que tuvo un encuentro con Paz posterior a aquel episodio en que su efigie es quemada frente a la embajada estadounidense. Dice usted que, en vez de deprimido, Paz se veรญa regocijado, como un colegial. ¿Quรฉ pasaba con Octavio?

Paz se mantuvo joven hasta el final. Las polรฉmicas no lo desmoralizaban, sino lo enardecรญan, porque era muy buen polemista. Todas las polรฉmicas de Octavio son magnificas, tanto las polรญticas, como las literarias, de tal manera que no era un intelectual que se dejara amedrentar. Polemizรณ con gente muy joven en Mรฉxico, por ejemplo, y siempre los tratรณ con gran respeto. Era un intelectual difรญcil de derrotar en un debate por la riqueza de su formaciรณn y tambiรฉn por su poder persuasivo. Creo que conservรณ ese espรญritu juvenil prรกcticamente hasta el final. Quizรกs en un รบltimo momento la enfermedad y ciertos desengaรฑos lo abatieron un poco. Las dos รบltimas veces que lo vi lo encontrรฉ mucho mรกs deprimido y mรกs apagado que antes, pero la mayor parte de su vida se mantuvo en un estado de juventud espiritual y emocional admirable.

Usted tambiรฉn cuenta que en el congreso de intelectuales de 1987 en Valencia, atestiguรณ cรณmo Paz se arremangaba los puรฑos para defender a Jorge Semprรบn.

Sรญ. Hubo un provocador, en una de las sesiones, que agrediรณ a Semprรบn mientras estaba hablando. Era un fanรกtico polรญtico, pero fue muy divertido que Octavio Paz se arremangรณ inmediatamente la camisa para salir a enfrentar al agresor y, despuรฉs, dentro de un grupo de amigos le dijimos: “Octavio, pero ¿cรณmo se te ocurre?” Tenรญa ya 73 aรฑos. Y รฉl respondiรณ: “No podรญa permitir que le pegaran a mi amigo Jorge Semprรบn.” Octavio estaba dispuesto a pegar puรฑetes si la ocasiรณn lo requerรญa.

¿Cuรกndo fue la รบltima vez que vio a Octavio Paz?

Poco antes de su muerte fui a visitarlo a su casa de Coyoacรกn. Me dio mucha tristeza porque lo vi muy abatido. Cuando entrรฉ a su casa algo me impresionรณ mucho: tenรญa, en una pared, unos libros chamuscados que habรญan sobrevivido al incendio de su departamento. Los tenรญa ahรญ, a la entrada; esos libros recibรญan al visitante. A รฉl lo encontrรฉ desalentado e irritado. La enfermedad habรญa avanzado mucho, sentรญa que el final estaba cerca. Me impresionรณ mucho, salรญ de esa visita convencido de que estaba ya en la etapa final. ~

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Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perรบ, 1936) es escritor. En 2010 obtuvo el premio Nobel de Literatura. En 2022, Alfaguara publicรณ 'El fuego de la imaginaciรณn: Libros, escenarios, pantallas y museos', el primer tomo de su obra periodรญstica reunida.


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