Festejo el centenario de mi universidad releyendo el āNocturno de San Ildefonsoā de Octavio Paz, recogido en su libro Vuelta (1969-1975).
Es un poema extenso sobre el tiempo y la memoria. Parte de Ć©l es una evocaciĆ³n de lo que significaba ser un joven universitario combativo (āEl bien, quisimos el bien…ā) en la Escuela Nacional Preparatoria de 1933 o 1934…
Enredo circular:todos hemos sido,
en el Gran Teatro del Inmundo;
jueces, verdugos, vĆctimas, testigos,
todos
hemos levantado falso testimonio
contra los otros
y contra nosotros mismos.
Y lo mƔs vil: fuimos
el pĆŗblico que aplaude o bosteza en su butaca.
La culpa que no se sabe culpa,
la inocencia,
fue la culpa mayor.
Cada aƱo fue monte de huesos.
Conversiones, retractaciones, excomuniones,
reconciliaciones, apostasĆas, abjuraciones,
zig-zag de las demonolatrĆas y las androlatrĆas,
los embrujamientos y las desviaciones:
mi historia,
Āæson las historias de un error?
La historia es el error.
La verdad es aquello,
mƔs allƔ de las fechas,
mƔs acƔ de los nombres,
que la historia desdeƱa:
el cada dĆa
ālatido anĆ³nimo de todos,
latido
Ćŗnico de cada unoā,
el irrepetible
cada dĆa idĆ©ntico a todos los dĆas.