Hay mujeres que se llevan las manos a la cabeza.
Sus manos parecen tijeras. O pájaros
cuyo único sur es la angustia.
Conocí a una que perdió a un hijo en una alberca.
Un niño de seis años que flotaba
como la colilla de un cigarro en un vaso de vodka.
Hay mujeres que se llevan las manos a la cabeza.
Sus manos no son nubes.
A veces las veo pasar como si nada les pasara.
Un precipicio debajo de la sangre.
Un rencor de cebollas y de ortografía.
(El amor es una inocencia inútil.)
Hay mujeres que se llevan las manos a la cabeza.
Sus manos son tijeras. Nunca nubes.
Sé también de una Alejandra que fue violada
siete veces.
Un mordisco de metal.
Un reptil que se entierra en tu vientre.
Un cuchillo que te orina.
Siete veces.
Hay mujeres que se llevan las manos a la cabeza.
Tal vez tan sólo esperan atajar un grito sobre el aire.
Tal vez tan sólo cavan un túnel en su almohada. ~
(Caracas, 1960) es narrador, poeta y guionista de televisión. La novela Rating es su libro más reciente (Anagrama, 2011).