Cuando despertamos, la campaรฑa electoral estaba ahรญ. El primer alarido lo soltรณ la esposa. Sobresaltado, me erguรญ con los puรฑos listos para combatir a la amenaza en turno. Pero no vi caco ni secuestrador en el perรญmetro, ni percibรญ terremoto.
Entre la taquicardia enfoquรฉ a la esposa: miraba hacia arriba con la famosa mueca de pรกnico. Fue mi turno de largar el alarido: cubriendo un par de metros cuadrados estaba el candidato Armagedรณn Patiรฑo mostrando su axila repugnante, aureolado por el escudo del prd y diciendo su lema de campaรฑa: quiero ser tu voz.
El factรณtum del barrio llegรณ con aire fatigado. “Es mi tercer candidato de la maรฑana”, dijo sacando, “pero es el primero que veo en un techo”. Entre una lluvia de yeso hizo volar una a una las grapas que fijaban el plรกstico al tirol. “Si yo fuera usted, mandaba fumigar”, dijo antes de irse.
Al sentarnos a comer vimos el vaso ahรญ en la mesa, paradito junto al salero, oloroso a trementina. Tenรญa los colores de la Patria, el redundante escudo del pri y la foto de Evelia Botello diciendo hagamos equipo. Como demostraciรณn de sinceridad mostraba un pulgar relativamente obsceno. Lo echamos a la basura reciclable pero, luego de un pragmรกtico intercambio de miradas, lo mandamos mejor a la basura definitiva.
“Se fue mi cepillo”, vino a avisarnos en la noche el hijito, cuando fue a lavarse los dientes. Era cierto: en lugar del de Hombre Araรฑa habรญa un cepillo azul con el escudo del pan, el lema dentadura para todos impreso a lo largo y la foto de Augusto Dominรณ Higgins mostrando una mazorca de dientes fotochop. El hijito anunciรณ que no iba a cepillarse con la cara de alguien.
Antes de ir a la cama verificamos que las puertas y ventanas estuvieran bien cerradas y nos tomamos una pasiflora precautoria. Pasรฉ una noche deplorable vigilando el techo y haciendo rondines entre el silencio engaรฑoso.
Pero a la maรฑana siguiente Armagedรณn Patiรฑo estaba de vuelta en el techo. Habรญa subido tres kilos y nos miraba con impaciencia mal disimulada. De su axila ciudadana salรญan mรกs pelos que ayer, asรญ como un tufo de viril desodorante mezclado con cuba libre. Su lema ahora era jalemos parejo.
La ansiedad se multiplicรณ cuando el hijito entrรณ desperezรกndose al cuarto con una camiseta roja del pt, el lema ¡todo el poder al pueblo! y la foto de Kim Jong Solares en el pechito. Entrรฉ al baรฑo. Sobre el inodoro un pegote decรญa hagรกmoslo amarillo. En la mesa de la cocina habรญa una bolsa con un kilo de galletas de animalitos, la foto de Yazbeth Bolaรฑos y el lema despierta ciudadano. En el refri, los huevos estaban pintados de turquesa y con la frase ¡a huevo! elocuentemente impresa. El cotidiano colibrรญ esmogueado llegรณ a su bebedero. Estaba pintado de morado y al batir las alas se animaba en ellas el lema participaciรณn y prosperidad. Sobre el fregadero, el candidato Lรณpez Obrador sonreรญa como un cura y decรญa vente con nosotros.
Al prender la hornilla saliรณ, junto al gas, la voz de Brandon Canseco gritando seguridad y justicia. La lavadora gritaba que el movimiento no pare. Se encendieron la tele, el radio y las compus y aumentaban de volumen a voluntad en una batalla campal de lemas y nombres, voces imperativas, รณrdenes y amenazas que se envolvรญan en un huracรกn cacofรณnico que arrasaba con todo. vota vota educaciรณn de calidad vota seguridad para todos vota tinacos y chilaquiles ¿a poco no? vota vota si votas por mรญ te beco vota vota la ignorancia es nuestro peor enemigo.
Como los controles de on/off y volumen no funcionaban, la esposa corriรณ al baรฑo a buscar algodรณn para taparse los oรญdos y los del hijito. Un nuevo alarido activรณ el Sismolรณgico Nacional. Paralizada en su grito, miraba en el espejo la jeta espeluznante de Apocalipto Sanabria, cuyo reflejo cuadraba exactamente sobre la cara de ella. El lema tu voz es mi voz salรญa de la trompa del candidato con enorme vigor, una y otra vez. Logrรฉ sacarla de ahรญ para ponerla a salvo en el clรณset, de donde saquรฉ a empujones a la candidata Yazmรญn Jimรฉnez que se estaba robando las toallas.
Tocaron a la puerta. Unos seรฑores del Instituto Nacional Electoral venรญan a insacular al hijito. La esposa saliรณ del clรณset, injertada en mรฉnade, se les puso enfrente, tomรณ aliento y les gritรณ: ¡felicidad para los niรฑos! Sorprendida por su voz –una voz de mariachi que no era la suya pero saliรณ de su boca– comenzรณ a empujarlos hacia la puerta. “¡Es que este ciudadano fue declarado apto por el Multisistema elec2015!”, decรญa el funcionario. ¡yo quiero un mรฉxico mejor!, contestรณ la voz de Apocalipto Sanabria en la boca de la esposa.
Entonces preguntรฉ: “¿Y el hijito?” Lo encontramos en su cuarto, feliz: los superhรฉroes ahora eran SuperEbrard o MuรฑozLedoMan que flotaban dรกndose de cates; los legos habรญan armado casillas de votaciรณn, los dinosaurios tenรญan escudos de partidos en los lomos y trataban de abrir la cajita fuerte. “Vรกmonos de aquรญ”, dije. ¡claro que podemos!, dijo el mariachi en la voz de la esposa. Sacรณ una maleta y se fue al cuarto. Nuevo alarido: Armagedรณn Patiรฑo estaba echado en la cama, encuerado como un manatรญ, retozando con media docena de asesoras a ritmo de reguetรณn.
No pude mรกs y llegรณ la nรกusea. Con unas poderosas arcadas vaciรฉ sobre la duela un vรณmito quemante y bilioso. Entonces el hediondo charco comenzรณ a burbujear hasta que esculpiรณ la cara del Niรฑo Verde. Me mirรณ sesgadamente con su risita de alfiler y dijo lentamente y ya es ley...~
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.