Quintonil: comida corrida

Una reseรฑa del restaurante del chef Jorge Vallejo.ย 
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Quintonil abriรณ en marzo, y es una de las dos cosas de veras emocionantes que le han sucedido a la ciudad en 2012. (La otra: la sesiรณn de Peรฑa Nieto en la Ibero que desatรณ el desmadre que le ha dado sabor a estas tediosas elecciones.) Se han escrito ya varios textos sobre el restaurante, a veces un poquitรญn apresurados –ejemplos: Ana Saldaรฑa en 24 Horas, Jorge Toledo en El Economista–. Propongo no hablar del currรญculum del chef Jorge Vallejo o el de Alejandra Flores, jefa de sala; tampoco de los triunfos del servicio, de la arquitectura o la decoraciรณn. Propongo entrarle a una comida corrida –plato a plato.

I

Ensalada de quelites con queso cotija y jitomate asado

Un jardincito de yerbas mojadas con una infusiรณn de sรญ mismas: probarlo es como pasar por una limpia en Catemaco o alguno de los pasillos mรกs nerviosos del mercado de Sonora –ese olor intenso que parece nos puede curar de lo que venga. El quintonil viene disecado y, por tanto, mรกs concentrado que todas las demรกs yerbas. Para mayor efectividad, pedirlo cuando intuimos un principio de gripa: sus aromas limpian a fondo nariz y garganta. A ver, hรกganle asรญ: ¡Ahhhh!

Huevo sobre arroz verde con aguacate criollo y brotes de cilantro

Varias veces veremos en el menรบ de Quintonil un plato como este: no una descomposiciรณn/deconstrucciรณn de un plato de la cocina tradicional mexicana sino un juego de variaciones. En este caso, sobre el tรญpico arroz verde del Altiplano. Ese plato es parco: รฉste es lujoso; aquรฉl es seco: รฉste –huevo lรญquido, arroz en el camino a ser risotto–, untuoso. La grasa es lujo.

Crudo de callo de hacha a la talla con plรกtano macho

Acรก intuimos, por primera vez en el menรบ, los alcances visuales de Jorge Vallejo: un ejรฉrcito de rebanadas de callo de hacha hermoseadas por brotes, cรญrculos de cebolla y lรญneas de aceite verde y escudado por medialunas de plรกtano macho frito que se defienden del acoso de una mayonesa picante que blande una espada de cilantro en brote. Contemplen esta foto. ¿No parece un campo antes de la batalla desde el punto de vista de un pรกjaro al vuelo?:

II

Camarones con chile pasilla oaxaqueรฑo y arroz con setas al mojo de ajo

Es cosa rarรญsima encontrar, en cualquier restaurante, en cualquier ciudad, un plato de tรฉcnica perfecta. Los camarones con chile pasilla y arroz no son el plato mรกs imaginativo de Quintonil –podrรญa decirse incluso que son el menos imaginativo. Pero son perfectos. Es una clase maestra de cรณmo cocer un camarรณn, dejรกndolo en su punto y nada mรกs; de cรณmo terminar un arroz blanco. Y nada mรกs.

(Dos veces, que yo sepa, Vallejo ha preparado este plato con langosta en vez de camarรณn. El otro dรญa soรฑรฉ que sucedรญa una tercera.)

Chilacayotes en mole de la casa

Otra variaciรณn sobre tema de cocina domรฉstica, y un plato cuya descripciรณn deberรญa requerir un diplomado en figuras retรณricas. Un conjunto de chilacayotes en trozos y calabazas mexicanas en espiral atravesado de triรกngulos de tortilla tatemada y coronado de hojitas se eleva desde un mole ligero en un platรณn blanco y redondo. Un jardincito en una luna musulmana. Miren nada mรกs:

Trucha con verdolagas y caldillo de miltomate

El cerdo en verdolagas es un platillo que estรก en la memoria y a la mano de cualquier chilango. Es una combinaciรณn virtuosa. Varios chefs intentaron ponerlo al dรญa: Daniel Ovadรญa, en Paxia, con un codillo extremadamente pingรผe; Enrique Olvera, en Pujol y despuรฉs en Estaciรณn, con pork belly… No habรญan comprendido que la verdadera puesta al dรญa consistirรญa en una subversiรณn o una herejรญa: sustituir el puerco con una trucha pochada al vacรญo: gris brillante, suavรญsima, en conversaciรณn perpendicular con las verdolagas frescas, la salsa de miltomate y los bastones sorpresa de nopales curados. No cualquiera.

III

Sorbete de nopal con limรณn y sal de Cuyutlรกn

Si un dรญa cierra Quintonil, organicemos una marcha para que pongan a la venta, en cualquier tienda, este heladito lujurioso. Fresco como una ducha en el desierto, รกcido, cรญtrico, salado, jalador de los costados de la lengua. Todo desayuno escolar deberรญa incluir uno. Bonus points: es cortesรญa del chef. 

 

Piรฑa colada con menta y ron

No lo parece, pero este postre es el platillo mรกs anticuado del menรบ: una (ahora sรญ) deconstrucciรณn de un coctel remontada con sus elementos en disimilitud. Un plato sabrosรญsimo y juguetรณn cuyo espรญritu y cuya tรฉcnica pertenecen, sin embargo, a la dรฉcada pasada. Nostรกlgicos: apรบntense.

Quintonil

Newton 55, Polanco; T 5280 2680

 

(Fotos: Adam Goldberg/A Life worth Eating)

 

La ciudad de Mรฉxico ofrece a sus comensales nacionales y extranjeros un amplio muestrario de olores y sabores, propios de su vasta y rica tradiciรณn culinaria que se ha enriquecido con el paso del tiempo, trayendo a sus mesas deliciosos guisos, prostres y bebidas que satisfacen a los amantes de la comida mexicana. Degustar unos tacos,  unas quesadillas con tortillas hechas a mano o las tradicionales tortas, es posible en uno de los tantos restaurantes citadinos. Generalmente  para la elaboraciรณn de estos se emplean  productos de la cocina prehispรกnica, tales como el maรญz, el chile, la calabaza, los nopales, el tomate, el aguacate, entre otros, que en combinaciรณn, conforman verdaderos manjares.

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Escritor. Autor de los cรณmics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)


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