Llama al perro con un silbido, le pone el collar y tira de รฉl para apartarlo un poco del borde del bosque y no quedarse los dos allรญ, plantados como flores. El dรญa estรก avanzado ya, y entre รฉl y Morten hay un pรกramo extenso, de modo que puede quedarse quieto en donde estรก. Morten va de un lado a otro por la granja, con la perrita roja siguiรฉndolo detrรกs. Es flaca y de pelo รกspero, รฉl nunca ha tenido mรกs que dachshunds. Animales pequeรฑos y agresivos que se comen la correa y los tapetes de los coches, y a Henrik no le gustan los perros pequeรฑos. Pero cuando salen a cazar zorros, Morten lleva el dachshund, y cuando van a cazar por el fiordo, Henrik lleva su mรผnsterlรคnder pequeรฑo y los seรฑuelos. Ambos se sentaban a menudo en la casa rodante del Jardinero, allรก en la ciรฉnaga, y bebรญan cafรฉ aguado en vasos de plรกstico, el aire denso con el olor a perro mojado, y hablaban sobre la ventaja prรกctica de que Henrik tuviera un perro grande para una cosa y Morten un dachshund para otra. Pero ahora, Morten estรก solo en la granja. Una รบnica luz brilla en la ventana de la cocina. Debe haberse olvidado de apagarla; el perro le llega apenas a la caรฑa de las botas. Parece estar reparando algo en la puerta del gablete. Hay muchas cosas que necesitan reparaciรณn ahora. Hay muchas cosas que estรกn a punto de derrumbarse. Henrik, por ejemplo, siempre pensรณ que era culpa de la mujer, porque a uno le daba la impresiรณn de que una de las cosas que a ella mรกs le gustaban de Morten era que no fuera suficientemente bueno. A Morten no debรญa de resultarle fรกcil estar casado con una persona que siempre estaba buscรกndole el horizonte a cualquier cosa. Era demasiado pretenciosa, y debรญa avergonzar a Morten que los alumnos que la tenรญan de profesora la llamaran “La alondra”, y eso se nota en la casa de ahรญ abajo. Las ventanas tienen marcos de madera estrecha pintados de rojo como en Suecia. Al lado de la puerta principal hay un emparrado de sauce, y al entrar no se ven mรกs que mesas largas en el salรณn, cojincitos de artesanรญa y en las paredes eso que llaman arte imaginativo.
Uno acababa sintiรฉndose fuera de lugar siempre que iba de visita a casa de Morten y su mujer. Sobre todo porque Tina parecรญa ser ese tipo de personas que no tienen el menor reparo en meter la mano dentro de un pato para sacarle las entraรฑas. Era porque habรญa crecido en el campo. Sabรญa cรณmo eran casi todas las cosas por dentro. Ademรกs le daba igual que apestaran un poco, con tal de que sirvieran para algo. No le importaba participar y ensuciarse las manos cuando le tocara su turno, pero la mujer de Morten era de esas a las que les gusta acaparar todo lo posible de sus alrededores. Las cosas debรญan tener diplomas, nombres y certificados. Hasta los perros de Morten debรญan tener pedigrรญ y nombres largos, pero a Morten eso le gustaba de Tina. Y pensaba que lucรญa hermosa con su morral del colegio, su cabello rubio y sus blusones. Le gustaba que los perros, a los que solรญa llamar Muggi, Molly o Sif para que no se burlaran de รฉl, tuvieran en el fondo nombres mucho mรกs sofisticados. El nombre autรฉntico de uno de ellos era Ariadne Pil-Nelksรธ, esta รบltima parte por un criadero de perros del norte de Jutlandia. A Morten le encantaba contar lo mucho que habรญa costado Ariadne Pil-Nelksรธ, aunque Ariadne Pil-Nelksรธ nunca fue capaz de hacer salir a un zorro de su madriguera. Henrik la matรณ de un tiro en el terrenito de atrรกs de la casa mientras escarbaba en una topera.
Como tiene que ser, piensa y baja la mano hacia su perro grande. Es el crepรบsculo, la lengua hรบmeda del perro le lame la palma de la mano. Mira a su compaรฑero de caza, que va de acรก para allรก por la granja, ahora lleva algo, parece un taladro. Morten tiene tambiรฉn al perro a su lado. Un animalito alegre, puro instinto, pero, si se mira bien, frรกgil y siempre al borde del desfallecimiento. El curioso lazo entre perro y cazador, para el que no encuentra palabras que lo definan, bien podrรญa ser como cruzar chorros de meados –y ese es el motivo por el que un cazador tiene que ser capaz de matar a su perro–. Las cosas son como son: mata tรบ mismo a tu mejor amigo, aunque, tambiรฉn, conoce tus lรญmites. Asรญ fue como lo dijo Morten aquella vez cuando, sentados en la cocina, hace casi diez aรฑos, le revelรณ que el perro que tenรญa entonces estaba enfermo de cรกncer.
–Uno tiene que conocerse muy bien a sรญ mismo para saber hasta dรณnde puede llegar –habรญa dicho Morten–. Si matas tรบ a este, yo me ocuparรฉ de ese cuando sea su turno.
Morten habรญa seรฑalado con el dedo el primer perro de caza de Henrik. Estaba tumbado delante del radiador, un perro grande que lo miraba.
Acordaron mantener el asunto entre ellos y, tal como habรญan decidido, รฉl matรณ de un tiro al perro de Morten, el enfermo de cรกncer, y tres aรฑos despuรฉs Morten matรณ al primero de los perros de Henrik. Quedaron entonces a la par, porque el siguiente perro de Henrik muriรณ sin ayuda de nadie. Pero con los perros de Morten no pasรณ lo mismo. Con sus perros fue muy distinto, aunque, en realidad, en eso no hay nada de malo. Desde la perspectiva del perro y del cazador, lo mejor es un disparo limpio. Es mucho mรกs penoso para el animal meterlo a rastras en un coche y llevarlo al veterinario. Un disparo limpio cuando el perro estรก entretenido con cualquier cosa que le guste es una buena muerte. Ojalรก alguien le pegara un tiro a รฉl tambiรฉn, un dรญa cuando estuviera montado sobre Tina. Por รฉl estarรญa perfecto, aunque ahora estรก al borde del bosque y lo cierto es que se siente un tanto incรณmodo, mientras Morten sigue trasteando en su granja en un modo que deja claro que su mujer y sus hijos se han marchado de casa. Tampoco es que fuera una sorpresa. Todo el mundo sabรญa desde hacรญa aรฑos que la mujer era de las que se largan. Durante aรฑos todo el mundo pensaba que Morten se veรญa diminuto al lado de ella. La habรญan pasado bien, ellos dos en la casa rodante del Jardinero, aunque Morten se fue volviendo un bocรณn. Siempre fueron buenos camaradas, aunque habรญa cierto desequilibrio. รl nunca habรญa traicionado el plan. Le pegรณ un tiro al primero de los perros de Morten cuando salรญa de una cueva de zorros. Al segundo lo matรณ cuando estaba por el terreno de los รกrboles de Navidad. El tercero habรญa estado sufriendo por alguna razรณn, segรบn Morten lo habรญan atropellado, pero igual podรญa haber sido cualquier otra cosa. Estaba tan mal que Henrik tuvo que tumbarlo para poder dispararle, y al perro de nombre ridรญculo lo despachรณ en el terrenito de detrรกs de la casa. Al quinto lo matรณ en el jardรญn un dรญa que no estaba la mujer, pero ahora era el รบltimo dachshund el que seguรญa a Morten por la explanada de la granja. Un hombre y su perro en el crepรบsculo, pero no solo eso. Era imposible negarlo. Tenรญa que fijarse bien, porque asรญ eran las cosas: en el interior de Morten habรญa algo que eludรญa la luz. Algo que Tina aseguraba que era como un complejo peculiar. รl no sabรญa lo que era. Tampoco sabรญa quรฉ decir, aparte de que olรญa a despojos de matanza, y de que el olor se estaba extendiendo. ~
Traducciรณn del danรฉs de Enrique Bernรกrdez.
Copyright © Dorthe Nors 2008.
Publicado por acuerdo con la Ahlander Agency.
"Nacรญ en 1970(en Herning, Dinamarca) y estudiรฉ literatura e historia del arte en la Universidad de Aarhus. Soy autora de 3 novelas-Soul, Stormesteren y Ann lie.