Crisis de contenidos, agotamiento de fรณrmulas y formatos, un empobrecimiento general de la oferta de entretenimiento que incluye recopilar videos “cรณmicos” de YouTube para llenar tiempo aire. La televisiรณn mexicana ha abandonado cualquier riesgo y dejado de producir comedia para vender nostalgias o simplemente repetir viejos รฉxitos.
Un ejemplo de ese estancamiento creativo puede advertirse, paradรณjicamente, en el momento que vive el comediante Eugenio Derbez, cuyos programas son reciclados, por diferentes canales de televisiรณn, 39 horas y media a la semana.
A mediados de 2006, tras la llegada a su fin de El privilegio de mandar, una sรกtira polรญtica que ridiculizaba a actores polรญticos involucrados en la elecciรณn presidencial de aquel aรฑo, Televisa decidiรณ poner fin a su barra de comedia nocturna; las producciones que se encontraban al aire fueron confinadas al horario vespertino del domingo, donde paulatinamente fueron sustituidas por realitys y programas de concurso.
Dos factores empujaron la decisiรณn: la dificultad para mantener los altos ratings durante el horario triple A hasta el inicio del noticiario nocturno, con fรณrmulas que llevaban varios aรฑos repitiรฉndose sin renovarse, y la menor rentabilidad de los programas de humor frente a los melodramas de la misma empresa.
La apuesta de la televisora fue entonces por las telenovelas con tono humorรญstico. La fea mรกs bella, en 2006; Las tontas no van al cielo, en 2008, Hasta que el dinero nos separe, en 2009, entre otras. En su punto mรกs alto, Televisa llegรณ a tener 48 puntos de rating y 67 puntos de share; es decir, que 67 de cada 100 televisores encendidos los estaban sintonizando.
Televisiรณn Azteca, por su parte, ha limitado sus contenidos de humor a segmentos de cรกmara escondida y videos caseros obtenidos de internet, con situaciones chuscas que involucran a niรฑos y animales y que son acompaรฑadas por “divertidos” efectos de sonido.
Esporรกdicamente, Televisa se ha permitido incluir en su parrilla de programaciรณn algunos sitcoms, adaptaciรณn de producciones sudamericanas, pero claramente han dejado de ser parte de su estrategia. Su continuidad incluso estรก supeditada a la transmisiรณn de juegos de futbol o eventos especiales que sean prioridad para el canal; “embarrada de comedia” ha llegado a llamarle el actor y productor Jorge Ortiz de Pinedo.
A la crisis de contenidos en televisiรณn abierta, le acompaรฑรณ el inicio de transmisiones del canal de cable Clรกsico TV, propiedad de Televisa Networks, para transmitir viejos programas de comedia de los sesenta, setenta y ochenta y capitalizar la nostalgia. Volvieron a aparecer Los Polivoces, La carabina de Ambrosio, Los Beverly de Peralvillo, que fueron semillero de escritores y comediantes. Sin embargo, la apariciรณn de otras opciones obligรณ a transformar el canal en Distrito Comedia, actualizar la imagen y renovar el contenido con repeticiones de programas descontinuados, pero producidos, la mayorรญa, en la รบltima dรฉcada. Fuera de algunas comedias que se caracterizaban por su didactismo en temas como drogas, sexo y educaciรณn, la mayorรญa de los contenidos se componen de rutinas de cuentachistes, sketches y entretenimiento altamente dependiente del albur y del doble sentido.
La sobreexplotaciรณn de los proyectos mรกs rentables se mantiene como la principal estrategia. Dos comediantes, Roberto Gรณmez Bolaรฑos Chespirito y Eugenio Derbez aparecen en pantalla 71 horas a la semana dentro de la parrilla de programaciรณn de los canales 2 y 5 de Televisa, ademรกs de Distrito Comedia, Comedy Central, Tiin y Cartoon Network, en televisiรณn de paga. Jorge Ortiz de Pinedo, es responsable como actor y productor de otras 22 horas semanales de repeticiones.
La inversiรณn en nuevos contenidos de comedia por parte de Televisa es de apenas hora y media a la semana. Treinta minutos corresponden de un programa conocido como Stand Parados, que intenta capitalizar el momento de auge del stand up comedy en Mรฉxico y de alguna manera ser una prueba piloto para adaptar eventualmente el formato a la televisiรณn abierta. El espacio ofrece a la empresa la posibilidad de competir con Comedy Central por un pรบblico familiarizado con el stand up, con el atractivo adicional de no tener que pagar por un equipo creativo y un elenco fijo, sino alternar a comediantes autores de su propio material.
La tv restringida pareciera permitir mรกs libertad con los temas y el lenguaje empleado, pero la comedia de este tipo no estรก produciendo talentos con la velocidad y el volumen que la dinรกmica de comercializaciรณn requiere. Aun asรญ, el riesgo es mรญnimo, igual que retransmitir un maratรณn de Eugenio Derbez o programar once veces al dรญa los capรญtulos de 1976 de El Chavo del 8.
Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).