Me impresionó mucho el reportaje “Treinta días viviendo como un cubano”, de Patrick Symmes, que publicaron en su número de enero. Cuba ya no es solo una cuestión ideológica –aunque los que siguen apoyando el comunismo deberían haber aprendido la lección– sino de pura dignidad material: ¿cómo puede alguien con el sueldo medio de su país pasar hambre y verse obligado a delinquir? ¡Imagínese a un español al que no le alcanzara para comer con 1.200 euros al mes!
Cine de monigotes
Educado en una facción extrema del objetivismo baziniano, siempre me fue difícil apreciar el cine de dibujos, desprovisto, por su propia razón de ser, de toda ontología. Perdí con la edad…
Sexualidad femenina y origen de la sociedad
En el siglo pasado, y todavía a principios del nuestro, una teoría en boga entre los antropólogos pretendía que en los primeros tiempos de la humanidad las mujeres…
El reality de la “niña Jobs”
Para los medios no son más que una infancia desechable. Si sus historias no producen rédito, el punto final llega pronto, como llegó con Paloma Noyola.
De la prensa, los narcos quieren silencio y complicidad (La prensa ante la violencia/5)
Para el número de julio (2011) Letras Libres convocó, en una mesa moderada por León Krauze, a cinco periodistas que se juegan la vida en sus respectivas regiones.
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