Luego del enfrentamiento del 12 de diciembre de 2011 en Chilpancingo, que tuvo un saldo de tres muertos, la “base estudiantil” de la Normal de Ayotzinapa continuó la disputa con sus maestros afiliados al SNTE.
En febrero de 2012 llevaban ya tres meses sin clases a causa de este pleito por nombrar a un director afín a la SNTE o afín a los estudiantes.
Una nota dice que los normalistas advirtieron a sus maestros que si no daban clases, iban a invitar a profesores de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) a dar las clases. El promotor de la iniciativa era el docente de la UAG Arturo Miranda Ramírez. Los maestros de la Normal se opusieron:
Pese a sus argumentos, los maestros locales insistieron en que su presencia [la de Miranda Ramírez] constituía una falta de respeto y fomentaba la intervención de manera irregular, “nosotros no nos metemos en la UAG y allá también hay muchos problemas, vaya a su unidad académica a facilitar la armonía”. El universitario optó por retirarse.
(El Dr. Miranda Ramírez, egresado de la normal de Ayotzinapa, es especialista “en movimientos armados de tendencia subversiva” y “fue fundador de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, ACNR, con Genaro Vázquez Rojas”. En 2013, los “directivos de la Unidad Académica de Ciencias de la Educación de la UAG” acusaron a Miranda Ramírez de “deshonesto y corrupto”).
La reunión de ese 7 de febrero, que procuraba limar asperezas entre profesores y alumnos no fue agradable, según este reportaje:
Hubo acusaciones serias de los maestros hacia sus alumnos y viceversa. Por ejemplo, los profesores recordaron que hay estudiantes que aprueban las materias solo con presentarse tres o cuatro veces en todo un semestre.
Los estudiantes reviraron la acusación al recordar que hay maestros que en plena clase miran pornografía en sus teléfonos celulares y más aún, “venden las calificaciones para incrementar sus ingresos”.
“Hemos sido cómplices, pero bajo presión”, dijeron los mentores al referirse al ausentismo que se caracteriza la vida cotidiana en el plantel.
Los padres de familia propusieron crear una comisión de vigilancia que inhiba la persistencia de dichos vicios al seno de la Normal.
El 9 de febrero los estudiantes informaron “que se está haciendo un listado de los maestros que se niegan a regresar a las aulas para entregarlo a las autoridades educativas, y se apliquen las sanciones y descuentos correspondientes”.
El 15 de febrero, el director de la normal, Eugenio Hernández García, presentó su renuncia “voluntaria”.
Los profesores de la Normal “denunciaron que en forma arbitraria las autoridades de la Secretaría de Educación en Guerrero (SEG), destituyeron al profesor Eugenio Hernández García de la Dirección de este plantel educativo”.
La SEG nombró como nuevo director a Humberto Santos Bautista, “licenciado en derecho y maestro en ciencias sociales por la Universidad Autónoma de Guerrero y doctor en ciencias sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana”.
Pero el líder del SNTE en la Normal, Santiago Díaz Silverio, dijo: “Nosotros no tenemos el gusto de conocer al señor Humberto Santos. Sabemos que tiene el consenso de los alumnos, pero a nosotros ni siquiera nos consultaron”.
Los profesores continuaron negándose a dar clase porque “las autoridades de la SEG no han acudido a la escuela para realizar la entrega formal de las oficinas de la Dirección y dar el banderazo oficial de la reanudación de las labores académicas”.
A la exigencia de los profesores se unieron los “trabajadores administrativos y de intendencia así como los de cocina”, dijo el dirigente sindical.
En conferencia de prensa, el dirigente estudiantil de la Normal, Pablo Juárez Cruz, señala que la planta laboral de Ayotzinapa es de 55 profesores, más 110 administrativos, de cocina y limpieza.
¿La Normal de Ayotzinapa tiene ciento sesenta y cinco empleados?
(Continuará…)
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.