El concierto de los Rolling Stones este viernes en La Habana se unirá a una serie de eventos cruciales que han marcado el deshielo entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría. Hay conciertos que han constatado el cambio de los vientos políticos y les han dado más fuerza, como el de Roger Waters en el Berlín reunificado en 1990 o la gira de Silvio Rodríguez por Estados Unidos en 2010. También hay algunos conciertos que se adelantaron a su tiempo y sembraron las semillas del cambio, como fue el caso de Billy Joel en la Unión Soviética en 1987 y el Buena Vista Social Club en 1998 en Carnegie Hall.
El son cubano parecía ser una música inocua y quizás por ello se toleró otorgar la visa al ensamble para presentarse en Estados Unidos. El caso de Silvio con su abierto apoyo al régimen cubano fue consecuencia de la primera fase de la lucha de Obama por restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba. El caso del rock es más complejo, pues siempre representó un arma de doble filo para los países del antiguo bloque comunista. Simpatizaban con sus ideas anti-establishment y con ciertos valores que contradecían al capitalismo; al mismo tiempo, importar rock implicaba abrir la puerta a la cultura occidental, y se corría el riesgo de que ese sentir contestatario se manifestara de igual forma ante un establishment comunista que uno capitalista. Esa dualidad hizo del rock un género ideal para tender puentes entre públicos afines y acelerar el deshielo entre los viejos enemigos de la Guerra Fría.
En el contexto del concierto masivo gratuito de los Stones en La Habana, aquí un Top 5 de los conciertos que marcaron el inicio del fin de una era, y que contribuyeron al deshielo en las relaciones entre los antiguos bloques capitalista y comunista.
Billy Joel – Tour Soviético, Agosto de 1987
Aprovechando la apertura de la Perestroika y poniendo una buena cantidad de dinero de su bolsa, el cantante estadounidense se embarcó en la primera gira de gran escala de un rockero estadounidense en la Unión Soviética, ofreciendo seis conciertos en locales cerrados, tres en el Estadio Olímpico de Moscú y tres en Leningrado. Entre las piezas del set list estuvieron dos cóvers , “Back in the USSR” de Los Beatles y “The Times they are a’ Changing” de Bob Dylan. El cantante manifestó en varias entrevistas posteriores su miedo y nerviosismo por estos conciertos, y cómo la gente se mostraba tímida al inicio, pero con el paso del concierto enardecían.
Bruce Springsteen – Berlín Oriental, 19 de julio de 1988
Ya desde 1987 se habían organizado conciertos en Berlín Occidental, con las bocinas apuntando estratégicamente hacia el otro lado del muro, agitando así a los fans rockeros del lado comunista. Fue precisamente después de un concierto de David Bowie, Phil Collins y Eurythmics, que las autoridades del sector comunista decidieron organizar un concierto de Bruce Springsteen para tratar de calmar los ánimos. Aunque el gobierno procuró hacer creer a la gente que el músico respaldaba al régimen con su show, Springsteen fue enfático: “No estoy a favor o en contra de ningún gobierno. Vine a tocar rock and roll para ustedes con la esperanza de que las barreras puedan ser derribadas”. Después, con escuchar a los 300 mil asistentes cantar con ímpetu “Born in the U.S.A.”, podría saberse que el muro no tardaría en caer.
https://youtu.be/XK6nB_e3Ve0
Roger Waters: The Wall Live in Berlin, 21 de julio de 1990
Ocho meses después de la caída del Muro de Berlín, Roger Waters montó un espectacular concierto basado en el célebre álbum The Wall (1979) que lanzó cuando formaba parte de Pink Floyd. Ubicado estratégicamente entre la Potsdamer Platz y la Puerta de Brandemburgo, en un terreno que había sido parte de la tierra de nadie en torno al muro, en el escenario estaba montada una pared similar a la de la portada del álbum de Pink Floyd, a la que se le añadía un efecto de grafiti, aludiendo al Muro. Al final del concierto, esta pared escenificada sería derribada.
Buena Vista Social Club – CarnegieHall, Nueva York, 1 de julio de 1998.
El bombazo cultural internacional que resultó ser el disco Buena Vista Social Club y la presentación de éste en el Carnegie Hall, contribuyó al deshielo de las relaciones. No solo se presentaba un proyecto cubano –radicado en La Habana– en el mítico foro neoyorquino, sino que el disco y el ensamble habían surgido a partir de una amistosa colaboración entre músicos cubanos, estadounidenses y un productor inglés. Aunque no se trata de un concierto masivo como los de Springsteen o Waters en Berlín, el concierto en Carnegie Hall tuvo una gran fuerza simbólica –magnificada por el filme de Wim Wenders sobre el proyecto– y dejó ver que había una pequeña apertura del gobierno estadounidense hacia los artistas cubanos radicados en la isla.
Silvio Rodríguez – Gira Estadounidense, Junio de 2010
En febrero de 1979, Silvio Rodríguez se presentó junto a Pablo Milanés en la Brooklyn Academy of Music; desde entonces, le fue rechazada la visa de artista en múltiples ocasiones, incluyendo cuando fue invitado al concierto de 2009 en que Pete Seeger celebraba sus 90 años. Finalmente, en 2010 pudo realizar una gira que inició en Carnegie Hall, y pasó por Oakland, Los Ángeles, Washington y Orlando (lo más cerca que pudo estar de Miami). Según reportó el New York Times, no faltaron las manifestaciones tanto de cubanos opositores como partidarios de Castro afuera de la sala de conciertos. Rodríguez dedicó una de sus piezas más políticas (“Canción del Elegido”) a los Miami Five, un grupo de cinco agentes cubanos que fueron arrestados en 1998 por realizar actividades de espionaje.
Sociólogo, etnomusicólogo, periodista y DJ.