When doves cry, Prince ha muerto

Prince, la leyenda estadounidense del rock y el funk murió ayer. 
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Recientemente escuché “Rocknroll Loveafair” del ultimo álbum de Prince, HITnRUN: Phase Two, y lo hice con gusto, pues sentí cómo la leyenda del rock y funk parecía de nuevo imprimir su genialidad a la música. Hacía más de 20 años que no escuchaba una pieza así del artista nacido en Minneapolis (Junio 7, 1958, bautizado Prince Rogers Nelson). Ahora, con tristeza, sé que la muerte prematura del músico lo deja sin oportunidad de tener un nuevo asenso como estrella.

La genialidad de Prince brilló en sus álbumes Dirty Mind (1980), Purple Rain (1984) y Sign 'O' the Times (1987), en los que asentó su inconfundible estilo de funk, rock and roll y new wave, con fuerte influencia del soul. Retomó el sonido funk al que James Brown dio forma en la década de 1970, pero Prince removió en cierta forma el “cochambre” del sonido de Brown, lo estilizó, modernizó, e hizo una mezcla única que si bien parecía expiar el sonido, era radical en las letras, mucho más explícitas que las de cualquiera de sus contemporáneos.

En la segunda mitad de la década de 1990, aunque la música que creó distó de la calidad de su trabajo anterior, Prince se convirtió en uno de los críticos más feroces de las grandes disqueras, protagonizando sendos duelos legales con su compañía, Warner, a quienes acusaba de esclavizarlo. Con la caída del modelo del disco físico, se mantuvo reacio a la distribución digital de su trabajo, temiendo que compañías como Apple, Spotify o YouTube explotaran a los músicos de manera similar. Declaró que el internet había muerto y hace un año lo reafirmó en una entrevista: “dime un músico que se haya hecho rico con las ventas digitales. Sin embargo, a Apple le va bastante bien con ello, ¿no?” Y remató con un consejo para la juventud: “No conseguí lo que conseguí por una discográfica. Si no hubiera logrado un contrato, hubiera seguido tocando. Teníamos una gran banda y tocábamos. Y cada vez que tocábamos, éramos mejores. Teníamos un estudio para grabar. Y cuanto más grabábamos, mejor lo hacíamos. Las compañías no me enseñaron nada, yo tenía mis propios maestros”.

Prince fue el tipo de superestrella retraída en su estudio, grabando en todo momento, un músico prolífico; cientos de grabaciones inéditas podrían salir en los próximos años. Prince en general evitaba las entrevistas, sin embargo, como se ve en una frase que dijo a la revista NME, no hay que confundir su intromisión creativa con un egoísmo o narcisismo extremo estilo Kanye West: “No soy distinto a nadie”, decía Prince, “Sí, tengo fama y dinero y talento, pero realmente no me considero mejor que nadie que no tenga fama, dinero o talento. La gente me fascina, ¡es asombrosa! ¡La vida me fascina! Y no estoy más fascinado por mi vida que por la de los demás”.

Entre los giros que más desconcertaron a sus fans fue su fe renovada en Dios en los 90, especialmente después de haber escrito letras tan crudas e incluso lascivas. Pero para el artista existía consistencia, según declaraba al New York Times en 2004: “Siempre supe que tenía una relación con Dios … Pero no estaba seguro que Dios tuviera una relación conmigo. Siempre entendí que la sexualidad y la espiritualidad estaban entrelazadas … Eso nunca cambió, lo que resultó más evidente para mí fue la importancia de la monogamia”, decía, añadiendo que ya no usaba tanto la palabra “sexo” porque significaba cosas demasiado distintas para cada persona y porque el término había sido “manchado”.

El genio y talento de Prince nunca se esfumaron, simplemente los discos que publicaba no llegaban a la grandeza de antaño; pero sus presentaciones en vivo constataban su calidad. Su nuevo material, en cambio, sí remite a esa grandeza; es una pena que ya no vayamos a escucharlo interpretar en vivo piezas que pintaban para ser nuevos clásicos, como “Screwdriver”, “Groovy Potential”, “Black Muse” o la mencionada “Rocknroll Loveafair”. Ahora, tras su muerte, quizás podemos dar nuevo sentido a una frase de su éxito de 1984: “this is how it sounds like when doves cry”.

 

TOP 5 DE PRINCE (entre lo poco disponible en línea)

“When Doves Cry” (1984)

“Kiss” (1986)

“Cream” (1991)

“Purple Rain” (1984, versión en vivo en el Super Bowl 2007)

“Rocknroll Loveaffair” (2015)

 

 

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Sociólogo, etnomusicólogo, periodista y DJ.


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