ConstituciĆ³n y telecom

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Al momento de escribir estas lƭneas el Senado acaba de aprobar la reforma en telecomunicaciones que le habƭa presentado la CƔmara de Diputados. Se le regresa con cambios a los diputados quienes seguramente la apro- baran rƔpidamente. La reforma va en el sentido correcto. El presidente y el poder legislativo han legislado contra actores percibidos por dƩcadas como muy poderosos.

Para disminuir la capacidad de presiĆ³n y oposiciĆ³n de los actores afectados, el gobierno optĆ³ por presentar la reforma dentro del paraguas tripartito del Pacto por MĆ©xico y con mucha discreciĆ³n y velocidad. En tĆ©rminos econĆ³micos no habĆ­a urgencia por hacerlo asĆ­. No se estaba colapsando el sistema financiero, como lo vimos en Chipre recientemente. Preocupados los legisladores de que un proceso mĆ”s largo y cuidadoso le hubiera dado a los afectados la oportunidad para diluirla, terminamos con una reforma mal calibrada.

Por sumar a tres partidos con visiones muy distintas del mundo, la reforma saliĆ³ larga y complicada y, aunque el Senado limĆ³ algunos de sus peores excesos, sigue siendo un texto pesado y complejo de implementar. En la tradiciĆ³n mexicana de la desconfianza se incluyeron en la ConstituciĆ³n y en los transitorios detalles que no se encuentran en los textos constitucionales de otros paĆ­ses. Si alguno de estos detalles resulta inoperante, serĆ” muy difĆ­cil modificarlo. Nos podrĆ­amos quedar arrastrando nuestros errores por dĆ©cadas, como lo hacemos en el sector petroquĆ­mico, donde se reservĆ³ al Estado la inversiĆ³n en la llamada petroquĆ­mica bĆ”sica, destruyendo la posibilidad de tener una industria integrada y eficiente. HabrĆ­a sido mejor una reforma donde solo se pusieran en la ConstituciĆ³n los principios fundamentales y haber procesado en paralelo las reformas legales necesarias para fomentar la competencia.

La ruta elegida implica un largo trayecto para que la reforma tenga impacto en el consumidor. Se requiere ahora una ley reglamentaria que fusione las leyes de telecomunicaciones y las de radio y televisiĆ³n, fundar los nuevos Ć³rganos reguladores, elegir a sus comisionados, emitir todo tipo de reglamentos y manuales de operaciĆ³n. Esto tomarĆ” muchos meses y en sus detalles se puede esconder el diablo y terminar con una reforma menos ambiciosa o muy difĆ­cil de operar, lo cual paradĆ³jicamente acabarĆ­a teniendo un efecto peor a haberse tardado mĆ”s en su aprobaciĆ³n, al permitirles a las empresas dominantes seguirlo siendo.

Si bien la reforma pone todo tipo de lĆ­mites temporales en los transitorios con el fin de acelerar su implementaciĆ³n, no hay sanciĆ³n si se incumplen, y se trata de responsabilidades tĆ©cnicamente complejas. Hay dos riesgos. Que se haga con prisa y mal, o que se tarden mucho mĆ”s tiempo del esperado. Mientras dure la incertidumbre, habrĆ” menos inversiĆ³n, indispensable para detonar un mejor servicio y menores precios.

Hay muchos puntos equivocados. No es una buena idea determinar a una empresa como preponderante por su tamaƱo en el mercado (el cincuenta por ciento segĆŗn un transitorio). La prĆ”ctica usual es que a una empresa que ya estĆ© operando (tema distinto es el caso de fusiones), se le impida seguir prĆ”cticas monopĆ³licas. Esto es complicado de probar, por lo que se requieren Ć³rganos tĆ©cnicos muy especializados y eficaces.

Si se pone el tamaƱo como criterio, se castiga al que crece, quizĆ”s porque hace bien su trabajo. Hoy para AmĆ©rica MĆ³vil y Telmex el incentivo serĆ” invertir poco. Ya tienen mĆ”s del cincuenta por ciento del mercado (en cualquier mediciĆ³n) y pueden ser obligados a permitir el uso de su red a precios muy bajos o a desincorporar parte de sus activos. Para las empresas mĆ”s pequeƱas tampoco hay mucho incentivo a invertir: tienen la expectativa de que les permitan usar la red del grandote o comprar sus activos a precios de ganga.

La reforma incluye un cambio de fondo en la regulaciĆ³n de competencia en todos los sectores. No hay espacio para discutirlo, pero el principio de fijarse en el tamaƱo como criterio de prĆ”cticas monopĆ³licas seguramente se harĆ” extensivo a otros sectores, salvo el pĆŗblico donde se sigue tolerando a los monopolios.

La reforma crea un organismo en telecomunicaciones muy poderoso, que tiene la responsabilidad de administrar el sector, de regular, asignar frecuencias y determinar si se viola el principio de competencia. Esto Ćŗltimo lo hacen las comisiones de competencia en la mayorĆ­a de los paĆ­ses de la ocde, dado que es un tema muy especializado y conviene tener una agencia que lo haga para la economĆ­a en su conjunto. SerĆ” ademĆ”s constitucionalmente autĆ³nomo. No habĆ­amos creado instituciones autĆ³nomas para regular a los privados. Esto contempla retos de coordinaciĆ³n de polĆ­ticas pĆŗblicas, amĆ©n de que en el Ć”nimo de evitar la gran cantidad de litigios en el sector que ha frenado todo intento de regulaciĆ³n –algo que es un cambio positivo– se dejaron pocos mecanismos de defensa contra las decisiones de estos poderosos comisionados. Aunque, por lo menos sĆ­ se abrieron espacios de defensa en algunos de los asuntos que verĆ” la nueva comisiĆ³n de competencia econĆ³mica.

El Senado matizĆ³ la lĆ³gica estatista que le daba a Telecom la responsabilidad de desarrollar la red troncal que era de CFE y la banda de los 700 mhz. EstĆ” por verse cĆ³mo se aterriza en la ley reglamentaria la idea de una red pĆŗblica, pero si se hace mal va a disuadir a los privados a invertir en un sector donde tendrĆ”n un competidor estatal subsidiado.

Toda decisiĆ³n de un Congreso es un acto polĆ­tico. Pero los valores e intereses de los legisladores deben estar apoyados por las mejores prĆ”cticas internacionales para tener el mayor impacto positivo en los consumidores. Me parece que en este caso no hemos seguido las mejores prĆ”cticas en algunos de los temas nodales.

El objetivo de una reforma como esta debe ser ampliar la cobertura, mejorar la calidad, disminuir los precios e incrementar la oferta de contenidos audiovisuales. Para ello se va a requerir que la inversiĆ³n en el sector aumente. ¿La ruta escogida es la mejor para alcanzar ese objetivo? Me parece que no. Espero estar equivocado. ~

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