La propuesta de la UNAM

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Leรญ la reciente propuesta de la UNAM sobre seguridad (“Elementos para la Construcciรณn de una Polรญtica de Estado para la Seguridad y la Justicia en Democracia”) con atenciรณn e interรฉs pues –se dice– es uno de los logros mรกs serios en la materia.

Su lectura me frustrรณ. Parece mรกs el manifiesto de un universitario idealista o utรณpico que el resumen del trabajo de 88 especialistas.

La propuesta es un cรบmulo de repetidas perogrulladas, no exentas de errores de ortografรญa y puntuaciรณn –ese descuido de las miniaturas demerita cualquier empeรฑo. Es previsible en todos sus puntos, carece de imaginaciรณn y no implica ningรบn reto a la inteligencia. Al acumular todas las caracterรญsticas de una democracia funcional y perfecta, mรกs justo le vendrรญa el tรญtulo de Modelo de Paรญs. No veo manera de estar en desacuerdo con ella porque abunda en obviedades del tipo “necesitamos mayor transparencia”, “debemos tener una reforma penal”, “hay que establecer una polรญtica de prevenciรณn”, “se tiene que planear a largo plazo, no solo a corto plazo”.

Porque lo quiere todo, el niรฑo no jerarquiza, ni enfatiza, ni ordena o distingue: todo le parece igualmente principal, urgente e imprescindible. De manera anรกloga, la propuesta no cesa de prescribir lo que “debe ser” y es rica en adjetivos como “importante” y “necesario”. Valga un ejemplo: es “prioritario” –es decir, primero– el respeto a los derechos humanos (p. 10), atender a los ciudadanos mรกs vulnerables (p. 12), un pacto polรญtico (p. 12), cuidar a la juventud (p. 22), resolver la violencia familiar (p. 23), ocuparse de los conflictos personales y comunitarios (p. 23) y mejorar las condiciones de los policรญas (p. 25).

Un estado de emergencia exige un plan de acciones concretas, ejecutables y urgentes. En ese plano, la propuesta tiene poca utilidad. No sugiere etapas, puntos de partida ni estrategias viables. Es inรบtil por no ser realista, excepto si se la lee como diagnรณstico de lo disfuncional. Tampoco es “econรณmica” (en el sentido ockhamiano del tรฉrmino), sino que acuรฑa nuevos conceptos y –con un tufo a burocracia rancia– multiplica dependencias, instituciones y programas.

Hacia el final de la propuesta se enlistan treinta sugerencias que llevan la mรกcula de ser generales e ingenuas, del tipo: “celebrar un pacto polรญtico y social”, “combatir la impunidad y la corrupciรณn”, “priorizar el municipio”, “acabar con la discriminaciรณn”. Queda ambiguo el inciso 25 de la propuesta, que puede entenderse como una sugerencia a la despenalizaciรณn de alguna(s) droga(s).Son cuatro los puntos aterrizados: un registro nacional de vรญctimas y ayuda a sus familiares, retirar al ejรฉrcito, perseguir el lavado de dinero con ayuda de inteligencia civil, midiendo y publicando los resultados, y una cumbre internacional para discutir los problemas.

Antes de precipitarnos a honrar a las vรญctimas, Josรฉ Antonio Aguilar Rivera pregunta oportunamente si todos los muertos son iguales.* No. De los miles de muertos, ¿cuรกntos son niรฑos, cuรกntos peatones inocentes, cuรกntos soldados o policรญas, cuรกntos son criminales? Pensar es distinguir es ordenar.

Echo de menos que al encarar un problema tan complejo y que implica jugadores externos se omita el apoyo extranjero. Hoy, el gobierno mexicano es incapaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Sin claudicar de la soberanรญa, sino por sensatez, el autรฉntico sentido de la cumbre serรญa solicitar ayuda internacional para resolver una matemรกtica adversa en tres frentes: la violencia ocasionada por el trรกfico de drogas ilรญcitas antes de llegar al consumidor final, el ingreso de armas al paรญs desde Estados Unidos, Europa, China y Rusia, y el lavado de dinero en bancos extranjeros a travรฉs de casas de bolsa mexicanas.

En esta coyuntura histรณrica se nos presenta la pregunta por el tipo de Estado y de sociedad que queremos. Se lo preguntรณ Mรฉxico hace cien aรฑos, Alemania en 1945 y, junto con Europa Oriental, tambiรฉn en 1989, Montenegro en 2006, Sudรกn del Sur hace unas semanas. La pregunta estรก en el aire y –muy con el espรญritu de la รฉpoca– es global: Europa y Estados Unidos estรกn en una crisis de identidad desatada por la situaciรณn econรณmica adversa.

En Mรฉxico, la pregunta irrumpe desde la violencia: ¿quรฉ tipo de Estado queremos, quรฉ identidad polรญtica y cohesiรณn social vamos a conquistar?

Con todo, esta propuesta es ya un hito: un primer puente entre el gobierno y los acadรฉmicos. El reto inmediato es cuidar y profundizar este diรกlogo incipiente para instrumentar estrategias eficaces que alivien la sociedad. Los cuatro puntos que destacan son aprovechables, perseguibles: nuestros posibles aztlanes para emprender el ansiado camino que culmine en la refundaciรณn de Mรฉxico. ~

 

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*“El espacio simbรณlico de las vรญctimas”, Nexos, agosto de 2011.

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Doctor en Filosofรญa por la Humboldt-Universitรคt de Berlรญn.


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