Las bardas se hacen más grandes, los operativos más frecuentes y la tecnología se perfecciona para contener su avance. Sin embargo, la ley de la oferta y la demanda se impone y los ríos de migrantes latinos en busca de empleo no dejan de fluir hacia Estados Unidos.
Ante la pasiva mirada de los gobiernos que se niegan a reconocer la necesidad de una política migratoria bilateral acorde a la realidad, la invasión silenciosa empieza a cambiar en ciertas regiones de Norteamérica la condición de minoría para la población hispana.
La Oficina del Censo de los Estados Unidos indica que actualmente hay 31.7 millones de hispanos en su territorio —11.7% de la población total—, de los cuales casi veinte millones son de origen mexicano. Por su parte, las autoridades de nuestro país señalan que actualmente los mexicanos representan el 65% de los 18 millones de latinos en Estados Unidos.
El mapa que se presenta incluye la migración que desde Centroamérica ingresa a nuestro país, principalmente a través de Chiapas y Quintana Roo, para unirse al desfile de compatriotas que viajan diariamente hacia los cuatro principales puntos fronterizos con miras a cruzar hacia un mejor destino.
Entidades de la República tradicionalmente expulsoras de migrantes como Michoacán, Oaxaca y Zacatecas aparecen en el cuadro que aquí se muestra junto a estados que antes no figuraban en esta categoría, como es el caso de Jalisco. En nuestro país, la información más actualizada sobre migración hacia el extranjero abarca hasta 1997, por lo que se realizó un ejercicio de proyección hasta el año 2000 con criterios conservadores, a partir de las tasas de población y migración oficiales.
Como se puede apreciar gráficamente, el destino de los migrantes mexicanos siguen siendo fundamentalmente los estados de California, Texas, Arizona y Nuevo México. Sin embargo, en los últimos años han avanzado paulatinamente hacia el norte, incrementando su presencia en ciudades como Chicago y Nueva York. Existen lugares como Santa Ana, California, y El Paso, Texas, donde la población mayoritaria es de origen mexicano. El porcentaje de población hispana en diversas ciudades norteamericanas rebasa actualmente el 30%, cifra que consolida el poder latino en entidades tan importantes para la federación como California.
Si bien existe información que indica claramente las tendencias respecto a la ubicación de las comunidades hispanas, es difícil obtener estadísticas actualizadas que clasifiquen a los latinos de acuerdo con su origen y lugar de residencia. El gobierno de México cuenta con datos de los principales estados expulsores de migrantes —con los cuales se elaboró el cuadro correspondiente—, pero carece de cifras que precisen cantidad, origen y lugar de residencia en Estados Unidos.
En Norteamérica, los datos oficiales de población más recientes engloban a toda la población hispana o bien contabilizan sólo a los nacidos en el extranjero. La información más específica sobre este punto es la del censo 1990 de Estados Unidos, misma que se utilizó para identificar el número de mexicanos en las principales ciudades de aquella nación.
La importancia económica que para México tienen las remesas enviadas por trabajadores en Estados Unidos se observa en el cuadro que incluye a los estados del país cuyas entradas del extranjero representan mayor porcentaje en su Producto Interno Bruto (PIB), encabezando la lista Michoacán con el 10%. Los iconos de casas dentro del mapa simbolizan el número de hogares que reciben remesas de Estados Unidos, encontrándose en este caso Zacatecas en primer lugar con poco más del 10%.
Finalmente se incluye una tabla que revela las agresiones de que son objeto los inmigrantes en su intento por cruzar la frontera. Las denuncias efectuadas ante el Centro de Apoyo al Migrante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) revelan que las principales violaciones de derechos humanos cometidas por autoridades estadounidenses están relacionadas con el racismo y la discriminación, en tanto que las nacionales se vinculan más con la corrupción. –
