La ciudad sabe a mar,
de capanazos de salitre,
mece los brazos largos de sus sauces,
lame los ateridos huesos de sus plátanos,
se escapa en una enmarañada deserción.
Mueve los pies frenética en el cielo,
baila en el viento y en el agua,
y zapatea sus choclos con la lluvia, tap, tap.
Corre desesperada de callejón en callejón,
huye como si fuera la misma niebla,
y se va a pique con todo su ruidero.
Y más abajo el alma humana, se humareda,
su chimenea,
su montón de infiernillos y discordias,
sus mil pasos prendidos a cada día.
Un inmenso mar de luciérnagas,
el puerto,
sus hombres y mujeres.-
Los autores de la nación “pintoresca”
Entre 1800 y 1850 se editaron en Europa cientos de libros que, a manera de álbumes, presentaban los tipos de personas que había en cada país.
El desencanto de Ivo Brandani
Francesco Pecoraro La vida en tiempo de paz Traducción de Paula Caballero Sánchez y Carmen Torres García Cáceres, Periférica, 2018, 704 pp. Francesco Pecoraro es arquitecto. Tal vez por…
Lo que sabemos de la rosa
Lo que sabemos de la rosa, Su respiración, sus deseos de azúcar, sus deseos de abejas, Sus temblores de alas y de…
Licitación de TV abierta: ¿dónde quedó la euforia?
La licitación de dos cadenas de televisión abierta servirá para que los propios medios y otros sectores se entretengan con especulaciones de los futuros ganadores.
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES