Señor director:
Sobre la ilusión del progreso (número 72, noviembre), pienso que vale de ella la autoeducación como fiel del desarrollo cultural alcanzado. Porque, parodiando el apotegma hipocrático, aunque hay enfermedades, lo importante es el enfermo. Y la encuentro como cuando sobre el espejo de un lago cae una piedra. Resultan a priori prácticamente inmensurables las amplitudes culturales, sociales, comunitarias que alcancen las ondas. Durante la ejecución de un concierto de la OFUNAM, una viola aumenta los decibeles de su parte sin responder a las indicaciones del director; entonces éste, con amable gesto, la invita a ocupar el sitio del solista terminando la total partitura, con la ovación del público cuando llegó a su final.
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