Las 33 obras de la Colecciรณn Jumex seleccionadas de un conjunto mucho mayor que pertenece a la fundaciรณn del mismo nombre โcreada sin fines lucrativos por Eugenio Lรณpez en 1995โ se presentan desde el 21 de abril en el Museo Carrillo Gil. Con una certera museografรญa que permite generar espacios autรณnomos y relaciones coherentes entre uno y otro objeto (de ahรญ el estricto recorte numรฉrico), la exposiciรณn conforma un hecho inรฉdito dentro del Distrito Federal. Por primera vez, en efecto, seรฑala el boletรญn de prensa, se muestra en esta ciudad parte de una colecciรณn internacional centrada en los รบltimos treinta aรฑos de producciรณn visual, organizada por una empresa local. En tal contexto, lejos de privilegiar criterios regionalistas, la exhibiciรณn permitirรก, sin duda, a aquellos artistas y espectadores que no pueden viajar a bienales y ferias realizadas en otros paรญses, confrontarse y conocer, cara a cara, ciertas lรญneas de acciรณn, y concepciรณn, que circulan en centros extranjeros. E insisto, tambiรฉn el criterio curatorial de la colectiva contribuye a esa reflexiรณn in situ, o en presencia concreta, de las obras escogidas, cuyo enclave responde al minimalismo, el conceptualismo y el posminimalismo.
ย ย ย ย ย El ojo reflejado por un aparato proyector sobre una esfera hecha en fibra de vidrio opera como disparador simbรณlico de los cambios en la percepciรณn visual que impulsa el arte contemporรกneo. Se trata del estadounidense Tony Oursler (1957) y el montaje, titulado nada menos que Franquenstein (1996), parece movilizar el absurdo y un dejo de burla, sobre las convenciones tradicionales de la mirada. Anรกlogamente, Sherrie Levine (Estados Unidos, 1947) recupera un canon ilustre, el mingitorio duchampiano, para vaciarlo en bronce y llamarlo Buda (1996), en una revisitaciรณn satรญrica de la solemnidad que, a ochenta aรฑos de su lanzamiento, encierra a los comienzos de la ruptura. Otra impostura humorรญstica estรก en el Beso del huevo (1998), ensamblaje minimal de Gabriel Orozco (Mรฉxico, 1962). Y una mรกs, sutil aunque explรญcita, que alude a las polรญticas dominantes en el รกmbito de la divulgaciรณn artรญstica, se observa en las letras metรกlicas pegadas sobre un muro que forman la palabra BOOM, realizada por Jack Pierson (Estados Unidos, 1960). Muchos autores de esta รฉpoca trabajan asรญ, introduciendo el toque analรญtico, cierto distanciamiento, como rรกfaga fugaz, conscientes de su inmersiรณn en una realidad que asumen como propia. Desconocer esos hechos reales, las modalidades del mercado entre otros aspectos, serรญa dar un neutro paso al costado por parte de crรญticos e historiadores. Cabe pensar, ademรกs, que la neutralidad, en cualquier รกmbito, frecuentemente desenvuelve posiciones poco edificantes.
ย ย ย ย ย No falta, en esta colectiva, un despojado realismo volumรฉtrico a travรฉs del coche blanco realizado en yeso por los suizos Fischli & Weiss (1952 y 1946). Tampoco falta uno de los decisivos โjunto a Richard Deacon y Martin Puryear, entre otrosโ transformadores del concepto escultรณrico: Donald Judd (Estados Unidos, 1928-1994), con una magnรญfica sucesiรณn de bloques color naranja adosados a la pared. Por su lado, el instalador brasileรฑo Ernesto Neto (1964) presenta una escultura blanda de logradรญsimo engarce visual. Estรก, asimismo, Fabrice Hybert, el joven y talentoso dibujante-pintor-instalador francรฉs top del momento. En una colecciรณn de arte actual la presencia de consagradรญsimos exponentes de la escena mundial se hace insoslayable: Charles Long (Estados Unidos, 1958), Joseph Kosuth (Estados Unidos, 1945), Tony Cragg (Inglaterra, 1949). El desplazamiento espacial, la posibilidad de que una obra complete su sentido dividiendo su implantaciรณn es lo queinvestiga el italiano Mauricio Catelan (1960) con las dos bicicletas que, cuando el visitante pedalea desde otro lugar del museo, enciende un sistema de luces situadas en la sala. Cabe seรฑalar, ahora, las interlocuciones entre pintura y objeto: un relieve en poliรฉster y fibra de vidrio de John McCracken (Estados Unidos, 1934) que, a distancia, parece pintado, y, en sentido contrario, la puerta del inglรฉs Gary Hume (1962), a cuya superficie se adosa un รณleo sobre tela. Finalmente, la รบnica nota francamente disonante: una ensamble de John Chamberlain (Estados Unidos, 1927) cuyo procedimiento muestra cierta pรฉrdida de vigencia sesentera. –