Señor director:
Con gran interés leí “Para salir de Babel” (Letras Libres, mayo de 2004). Su artículo refleja el sentimiento de la sociedad respecto a la crisis de las instituciones. Un actor importante por analizar es el papel de la sociedad organizada: las organizaciones de ciudadanos —especialistas en temas específicos, y conocedores de la problemática y la solución de los sectores donde están involucrados— forman el llamado tercer sector, y se encuentra expectante.
— Agustín Martínez Herrera
Propongo que la televisión comercial quede fuera de todo poder de decisión en torno a la realización del debate. De este tipo de transmisiones podría encargarse la televisión universitaria.
— Alfonso Teja Cunningham
Sueño con un debate entre vecinos, entre colonias: un debate de barrio, con clubes de debates a lo largo y ancho del país, cuyas conclusiones se asienten en actas con los puntos en que hubo divergencias, para que se entreguen a los diputados, nuestros representantes.
— Arnoldo de la Garza Hinojosa
Existe una desconexión flagrante entre los objetivos de la política y las necesidades del país. Debemos empezar a retroalimentar al gobierno, orientarlo para que lleve a cabo sus funciones. La retroalimentación sexenal es insuficiente para que los políticos sepan si están haciendo o no lo correcto. Lo peor que podemos hacer es seguir a la deriva.
— Arturo Medina
Lo primero que se requiere es informar, a través de los medios de comunicación, acerca de las condiciones reales de los temas por debatir. El diagnóstico adecuado de la problemática debe ser validado por expertos en la materia y no por personajes involucrados en la toma de decisiones.
— Bárbara Diez de Sollano G.
Es cierto que los formatos de la televisión limitan la profundidad del debate, pero mediante la difusión de discusiones ordenadas estaríamos en una situación mejor de la que hoy vivimos. La difusión masiva de ideas bien formuladas podría ayudar a que los actores políticos se vean presionados por la opinión pública para lograr los anhelados acuerdos. Lo peor que podría pasar es que nos enfrascáramos en “el debate por el debate”.
— Daniel Karam
Si parte de la intención del proyecto es extender el debate y por ende “reeducar” a la clase política y “empapar” del mismo al público mexicano, ¿por qué no apostar por las generaciones jóvenes? Evidentemente la experiencia es necesaria para formular un debate con cierto nivel intelectual. Pero el proyecto perdería mucho si no promueve el diálogo intergeneracional.
— Daniel Ortega
Tengo dieciocho años. Me gusta mucho el ejercicio del debate y me interesa la vida política y económica de mi país. El formato del debate debe ser atractivo. Si van a debatir dos personas que no son conocidas en la vida pública, no creo que atraiga a mucha gente. Pero si se hacen estos enfrentamientos entre alguien conocido de la vida política y algún ciudadano con verdadera talla y tablas para debatir, pienso que sí llamaría la atención.
— Ernesto López Acosta
No podemos dejar que la clase política tenga secuestrado al país. Es necesario establecer bases para una educación que enseñe que el progreso se logra con trabajo y visión, aprovechando las oportunidades de la globalización. Espero que se realicen debates entre los diferentes sectores de la población para encontrar un proyecto de país viable y que permita el progreso de México.
— Francisco Javier Carrillo Ventura
Apunto unas sugerencias: No alargar más el debate sobre el debate, y comenzar ya con alguno de los formatos propuestos; debatir propuestas que obliguen a tener en cuenta los datos duros; que no haya mucho espacio para dónde hacerse, y darle vuelo al debate, con una “campaña” como las de la alfabetización de Vasconcelos; que los aportes y dineros sean voluntarios; publicar en la red los costos de todo.
— Francisco Quijano
Propongo que se cree un espacio para que jóvenes profesionistas de diversas disciplinas participemos en los debates, ya fuera brindando sugerencias para los temas o bien difundiendo las actividades de los mismos, si con ello contribuimos a elevar el nivel de la discusión política en nuestro país.
— Gilberto Suárez Baz
Ojalá que su iniciativa ciudadana logre impulsar las reformas que impiden funcionar a nuestra democracia. Me refiero a la reforma política, a la del Estado; por ejemplo, la reelección de los congresistas, fundamental para que diputados y senadores se vean obligados a rendir cuentas a sus electores. Este cambio propiciaría el pragmatismo de los políticos y dejaría de lado las consideraciones ideológicas y de partido, que en buena medida tienen detenidas reformas como la energética y la laboral. Ofrezco colaborar en tan noble tarea que se echa a cuestas.
— Héctor Barragán Valencia
[Cartas editadas]
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