El cielo es, esta tarde, una cerámica
azul. Sobre el tapiz de trigo el rombo,
lejano, de la segadora. Nubes
corren hacia el hayal, ensordecidas.
Tras el telón, no obstante, errantes sombras.
Errantes entre escombros y humo. Errantes
entre ruinas. En torno, los cuerpos insepultos.
El confín, un altar: vorágine de víctimas.
Vuela entre fuego y gritos, augurando
triunfos, la Destrucción. En lo perfecto
de las armas sí hay fe. Para el dolor
no hay un signo en los mapas militares.
Es la miel de la guerra, el dolor, río
sin orillas: en torno, entre los cuerpos
desmembrados, un ruido de banderas.
Apuñalada toda la palabra piedad.
Aquí, hacia los olivos, vuelan rasantes las urracas.
Sobre el sendero, entre corimbos de saúco,
retamas mustias ya. Se apaga mayo.
El mundo va corriendo hacia su noche. ~
Versión del italiano de Jesús Díaz Armas y Annarita Sorrentino.
(Copertino, 1939) es poeta, ensayista y traductor. Su más reciente libro traducido al español es Si la piedra florece (Ediciones La Palma, 2021).