Las imรกgenes de dos ciudades son el contacto primigenio con estas vidas. Ciudad Juรกrez, en Mรฉxico, y Texas, en Estados Unidos. Calles, edificios, vehรญculos, el dรญa y la noche montados en secuencias que se disuelven unas con otras, planos abiertos que intentan capturar el ritmo y la desmesura de su propio pulso. En algรบn lugar de estas urbes, dos episodios, en apariencia sin nada en comรบn, son el vaticinio de la violencia oblicua instalada en la frontera.
En el cambio de siglo, la cineasta mexicoestadounidense Lourdes Portillo (Chihuahua, 1943 – San Francisco, 2024) presentรณ dos obras que se unieron a los primeros cuestionamientos de otras mujeres como Gloria Anzaldรบa, e instaron a reflexionar sobre el lugar en que se colocaba a la mujer dentro de la cultura latinoamericana y la cultura fronteriza:ย Corpus:ย A home movie about Selenaย (1999), un rรฉquiem casero dedicado a la cantante Selena Quintanilla, yย Seรฑorita extraviadaย (2001), una vista panorรกmica sobre los primeros feminicidios en Ciudad Juรกrez.
La carrera de Portillo se gestรณ en las fronteras, cobijada por la producciรณn independiente y un estilo personal subversivo. Desde su primer cortometraje, Despuรฉs del terremoto (1979), codirigido con Nina Serrano; su retrato de las Madres de Plaza de Mayo en Las madres de Plaza de Mayo (1986), codirigido con Susana Blaustein Muรฑoz, que les valiรณ una nominaciรณn al รscar como mejor documental, hasta su trabajo de videoinstalaciรณn en diferentes espacios pรบblicos y museรญsticos, la cineasta se interesรณ por la mezcla en los tipos de registro, el juego entre la ficciรณn y el ejercicio documental, asรญ como en abordajes distintos al cine documental militante que caracterizaba la producciรณn en Amรฉrica Latina por aquel entonces.
Este espรญritu curioso e intuitivo la hizo potenciar los temas, las historias, las geografรญas y las vidas que filmรณ. Corpus y Seรฑorita extraviada se sitรบan en un momento en que la vieja frase positivista de orden y progreso abrรญa sus fauces a la globalizaciรณn, el libre mercado y al movimiento vertiginoso de una sociedad que moldeaba el imaginario de la mujer latina, regido bajo esquemas conservadores, รบnicamente flexibles a conveniencia: la idealizaciรณn de la mujer buena, hogareรฑa, virginal, pero que tambiรฉn estรก expuesta a un sistema de explotaciรณn laboral, sexual y de cuidados. La mujer salรญa, al fin, al espacio pรบblico, solo para sostener una doble jornada de trabajo.
Corpus es grabada cuatro aรฑos despuรฉs del asesinato de Selena Quintanilla, ocurrido el 31 de marzo de 1995. Lo que parece ser un ejercicio de entrevistas a familia, fans y gente de a pie, se convierte en un anรกlisis revelador sobre el fenรณmeno cultural que ha dejado tras de sรญ la artista. Portillo filma a una serie de mujeres jรณvenes โla mayorรญa niรฑas y adolescentes, hijas de migrantes latinosโ que encuentran en la mรบsica y carrera de Quintanilla la posibilidad del sueรฑo americano.
En este anhelo romรกntico, la cineasta tambiรฉn identifica pequeรฑas manifestaciones disruptivas en la generaciรณn joven: saberse bellas y talentosas sin importar su color de su piel, la forma de su cuerpo, su acento, su origen migrante. Estas mujeres, entre la seriedad del canto y las risas del juego, se sienten existir por primera vez. โยฟSelena? Ella era fantรกsticaโ, una evocaciรณn del pasado que nunca podrรก ser el futuro de la mujer que lo dice frente a cรกmara.
Al mismo tiempo, Portillo da espacio a la reflexiรณn crรญtica. En esta economรญa global, la explotaciรณn comercial de Selena, la mano dura e inflexible de su padre en su carrera, el interminable camino para alcanzar el รฉxito monetario, asรญ como la hipersexualizaciรณn de la cantante, muestran los claroscuros de un fenรณmeno cultural como el de la artista. En un gesto inesperado, Portillo filma y coloca una conversaciรณn que sostienen algunas mujeres, figuras relevantes e importantรญsimas dentro de la cultura chicana como Cherrรญe Moraga y Sandra Cisneros, sobre los alcances de la hibridaciรณn cultural en una figura pop, latina, migrante y fronteriza como Selena. La crรญtica, por supuesto, es hacia todos esos elementos patriarcales, coloniales y sexistas que inevitablemente estuvieron alrededor de ella.
En este tenor, Portillo estrena en 2001 un puente de diรกlogo que insiste en estas cavilaciones, pero ahora sorteando un contexto doloroso y violento. Si Corpus nos lanzaba una suerte de profecรญa sobre el costo a pagar por ser una mujer que ocupa el espacio pรบblico, Seรฑorita extraviada es la confirmaciรณn de algo mucho mรกs terrible: la violencia estructural que permea en la imparticiรณn de justicia para las mujeres, una misoginia institucional tan inclemente como el desierto norteรฑo.
Con Seรฑorita extraviada Portillo alcanzรณ notoriedad artรญstica internacional al ser seleccionada en una variada parrilla de festivales de cine y ganar reconocimientos como el Premio Especial del Jurado en el Festival Sundance en 2002 y el Premio Ariel a Mejor Largometraje Documental en 2003, pero, contrario al recibimiento cinematogrรกfico, las aproximaciones al asesinato de decenas de mujeres en la frontera eran voces sin eco.
El tratamiento artรญstico que elige la cineasta da lugar al cuerpo โlos cuerposโ que se exhibe y, aunque los trabajos tienen contextos distintos, desembocan en la misma raรญz: la mujer. Ambos documentales se alejan por completo de la imagen descarnada y artificialmente frontal y, por el contrario, encuentran en la sugerencia el espacio para potenciar las vidas de esas mujeres. En Corpus es a travรฉs de los rostros risueรฑos de esas niรฑas y adolescentes que imitan a capela las canciones de Selena como una manifestaciรณn del deseo y la promesa; en Seรฑorita extraviada es la voz en off de Portillo una estrategia autorreferencial que logra describirnos al monstruo que devora cualquier posibilidad para ellas y cualquier mujer en Mรฉxico.
En su obra, Portillo se hace presente como una mujer que tambiรฉn vive los procesos culturales, polรญticos y sociales fronterizos. En Corpus, la voz de Lourdes es audible en un par de ocasiones, es la voz entrevistadora de alguien curiosa por comprender las repercusioness culturales de otra mujer, mientras que en Seรฑorita extraviada esa mujer curiosa otra vez quiere entender. En su constante presencia se sugieren los alcances de la violencia: les pasa a ellas, le pasรณ a Selena, me puede pasar a mรญ, te puede pasar a ti.
El trabajo de Portillo se adelantรณ a su tiempo, es una evocaciรณn del futuro al ser uno de los primeros registros audiovisuales sobre los feminicidios en el estado fronterizo, y probablemente el รบnico que problematiza una figura mediรกtica y querida como Selena. Con tรฉcnicas como el barrido, el uso del material de archivo o la cercanรญa al ensayo audiovisual, la directora consigue evocar la fragilidad de un futuro posible para todas esas niรฑas que miran con ilusiรณn los aparadores de las zapaterรญas, modelos que quieren lucir y que significan largas jornadas de trabajo; un par de zapatos que, paradรณjicamente, serรกn un remanso para identificar los cuerpos abandonados en el desierto.
Traer a la memoria a estas mujeres, lo que pueden ser o lo que fueron, es un sello distintivo en la obra de Portillo, un estilo, un lugar, una dignidad, que en el presente es casi inexistente. Con su muerte el 20 de abril de este aรฑo, apenas unos meses atrรกs, Lourdes Portillo deja un legado vital para demostrar que el cine, la imagen y el registro, es uno de los recursos mรกs convincentes que tenemos contra el silencio. ~