Archivo Vuelta: Seis comentarios sobre crítica de arte

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En más de una ocasión Octavio Paz externó su preocupación por la escasez de la crítica de arte en México. En respuesta, la historiadora del arte escribió este artículo que apareció en marzo de 1996, en el número 232 de Vuelta. Esta sección ofrece un rescate mensual del material de la revista dirigida por el Nobel mexicano.

Da la impresión de que solo una parte de los críticos está relacionada directamente con el arte o los artistas. Hay muchos comentarios informativos, crónicas sobre arte y sobre las políticas que lo rigen, pero la crítica orientadora es más bien escasa. Lo que sigue son algunas reflexiones sobre este fenómeno, el cual tiene que ver con la índole de un género, es cierto, no siempre bien recibido por sus posibles consumidores.

1.- No es fácil definir exactamente qué debe entenderse por crítica de arte. Pero cuando menos puedo intentar una descripción en términos generales de las funciones que tiene. La crítica de arte nace de las letras, aplicada quizá como una extensión de ese quehacer. El crítico de arte escribe o habla sobre el producto artístico y sus creadores valiéndose de los espacios a los que tiene acceso.

Lo que resulta indispensable para un crítico es observar las obras de arte de cualquier periodo y género, en todos los lugares posibles y, también, tener profundamente arraigado el hábito de la lectura, no solo de cuestiones artísticas. El crítico selecciona, compara y emite juicios de valor, procurando que sus opiniones tengan el sustento indispensable para establecer cadenas asociativas pues, pese a que la crítica de arte no es objetiva sino intersubjetiva, opera por consensos.

2.- La crítica de arte en México, salvo excepciones, no pretende aleccionar; da a conocer más bien algo que considera valioso, interesante, digno de ser observado y discutido. También, aunque en menor medida, le importa lo contrario: señalar lo que es incoherente, desproporcionado o exagerado respecto de los hechos que involucran el trabajo artístico o lo que se expresa sobre el mismo. No obstante, tengo que confesar que esto último se practica cada vez menos en el campo artístico mexicano. El temor de herir susceptibilidades, de malquistarse con los allegados, personas a quienes se estima y quiere, con las instituciones culturales o con los núcleos de poder provoca, si no autocensura, por lo menos reserva. Esto no debiera suceder, pero sucede.

3.- Al escribir, el crítico de arte se dirige a sus posibles lectores, aunque no sabe quiénes pueden ser. Supone que son, en primer término, los artistas, los historiadores del arte, la gente de museos, los galeristas, los promotores culturales, los connaisseurs, los amateurs. Si el crítico es profesor pretende que sus alumnos lo lean, pero no está muy seguro de que lo lean los otros críticos debido a la gran cantidad de publicaciones dispersas a través de las que se expresa el art writing. Si se leen con cuidado dichas recopilaciones, se cae en la cuenta de que son pocos los autores que escriben sobre arte. Los superan en número quienes dedican sus textos a comentar otras cuestiones, como las políticas culturales, la sociología, la marginación, etc.

4.- Suele creerse que la crítica de arte se ocupa sobre todo del presente. El crítico de arte muchas veces también se ocupa del pasado, inmediato o remoto, y cuando lo hace no está por fuerza ejerciendo la labor del historiador del arte.

5.- Por necesidad, un crítico de arte habla de sí mismo. La voz es suya y sus reflexiones están condicionadas por su propio bagaje cultural e, incluso, por sus genes, ya que están en juego sus capacidades de percepción, así como sus incapacidades. Un crítico que no experimenta gustos y disgustos ante aquello a lo que se enfrenta es más bien un comentarista o un reseñador. Pero la crítica, para serlo, requiere que quien la ejerza se involucre con los objetos y lo que le significan en forma personal. Por ello el crítico arriesga, a sabiendas de que es sujeto de equivocación y que sus opiniones presentes pueden resultar insostenibles en el futuro, no solo ante otros, sino también ante sí mismo.

6.- Hablamos mucho de los artistas jóvenes, intentamos seguir sus trayectorias, ver qué incidencia van teniendo en diferentes ámbitos. ¿Qué es un artista joven? ¿Alguien que tiene menos de 35 años? No. Al parecer todos los artistas vivos son artistas jóvenes, a menos que tengan realmente muchos años.

Pese a lo que dije al principio, estoy por darle la razón a Mark Sagoff cuando dice que en el ejercicio de la crítica “el mirar” es solo un elemento entre otros, pues la crítica depende de las categorías que imperan en el contexto en el que la discriminación estética tiene lugar. Por otra parte, el contexto de la crítica es, desde luego, histórico, va con los tiempos. Por eso, cuando la crítica aborda el presente puede carecer de perspectiva. Digamos entonces que el tiempo es el mejor crítico del arte como de las opiniones críticas. ~

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