Beckett grotesco II

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Bueno, principiemos con un ejemplo y pasemos luego a consideraciones más generales. El ejemplo de página grotesca (que también trae Thompson) está tomado de una de las primeras novelas de Samuel Beckett; a mi juicio es una delicia y merece ser compartido (en realidad todo este mecano no es más que una débil justificación para copiarlo en calidad de regalo a sus “inconcebibles y acaso inexistentes lectores”). Beckett antes de ser Beckett (el autor de la trilogía Molloy, Malone meurt, L’innommable y de En attendant Godot) escribió, entre otras cosas, tres regocijantes novelas (Murphy, Watt, Mercier et Camier). Son, si se quiere, tanteos, buscas (también Mondrian antes de ser Mondrian pintó paisajes y Schoenberg hizo cuartetos que parecen, digamos, del doctor Schumann), pero ya está Beckett en ellas; el incorruptible de la República de las Letras, preciso, inexorable y puro ya despunta en sus páginas. El pasaje que copio a continuación, en calidad, como digo, de regalo, pertenece a Watt y en él conoceremos a una cierta familia Lynch que encarna, a su manera, la alegría de vivir.

Tom Lynch, viudo de ochenta y cinco años de edad, confinado permanentemente en el lecho por sus constantes dolores, de desconocido origen, en el intestino ciego, y sus tres hijos sobrevivientes, Joe, de sesenta y cinco años de edad, impedido por el reuma, Jim de sesenta y cuatro años de edad, jorobado y borracho, y Bill, viudo de sesenta y tres años, de movimientos corporales grandemente limitados por la pérdida de ambas piernas, a resultas de un resbalón, seguido de caída, y su única hija sobreviviente May Sharpe, viuda de sesenta y dos años de edad, en plena posesión de todas sus facultades, salvo la de la visión. Luego, estaba la esposa de Joe, née Doyly-Byrne, de sesenta y cinco años, afectada de la enfermedad de Parkinson, pero, por todo lo demás, en excelente estado de salud, y Kate, la esposa de Jim, née Sharpe, de sesenta y cuatro años de edad, cubierta de arriba abajo por unas llagas supurantes de origen desconocido, pero por lo demás en excelente estado.

Luego, estaba el hijo de Joe, llamado Tom, de cuarenta y un años de edad, que tenía la desgracia de ser víctima de ataques de exaltación, lo que le impedía todo género de esfuerzos, alternados con ataques de depresión que le impedían mover ni un dedo, y el hijo de Bill, llamado Sam, de cuarenta años de edad, paralítico, aunque la providencia, siempre piadosa, solamente lo había dejado paralítico desde las rodillas para abajo, y desde la cintura para arriba, y Ann, hija soltera de May, de treinta y nueve años de edad, cuya mente y cuerpo estaban gravemente limitados por una afección congénita que no se puede mencionar, y el chico de Jim, llamado Jack, de treinta y ocho años de edad, pobre de espíritu, y los inseparables mellizos Art y Con, de treinta y siete años de edad, cuya altura era, en calcetines, de un metro con diez centímetros, y que, desnudos, pesaban unos treinta y cuatro kilos, todo hueso y magras. Y también estaba la joven esposa de Tom, llamada Mag, née Sharpe, de cuarenta y un años de edad, cuyas actividades, dentro y fuera del hogar, quedaban grandemente limitadas por unos mensuales ataques subepilépticos, en cuyo curso sacaba espuma por la boca y se revolcaba por el suelo de la casa, o por el patio, o por el huerto, o por la orilla del río, y rara vez dejaba de producirse heridas, por lo que se veía obligada a guardar cama todo los meses, y a permanecer en cama hasta que mejoraba, y también estaba la esposa de Sam llamada Liz, née Sharpe, de treinta y ocho años de edad, quien tenía la suerte de estar más muerta que viva, a resultas de haber ofrecido, en el curso de veinte años, a Sam diecinueve hijos, de los que sobrevivían cuatro, y que estaba en estado de esperanza una vez más, y la esposa del pobre Jack quien, como se recordará, era pobre de espíritu, llamada Lil, née Sharpe, de treinta y ocho años de edad que estaba mal del pecho. Y después, con lo que pasamos a la generación siguiente, estaba el joven Simón, hijo de Tom, de veinte años de edad, quien entre otras anormalidades indescriptibles padecía (?) y su joven esposa y prima, hija del tío Sam, de diecinueve años de edad, de la que lamentamos mucho tener que decir que su belleza y capacidad estaban grandemente limitadas por el hecho de tener ambos brazos atrofiados y ser coja de una pierna, defecto este último de insospechable origen tuberculoso, los dos hijos supervivientes de Sam, llamados Bill y Mat, de dieciocho y diecisiete años de edad respectivamente, quienes, por haber venido al mundo ciego el uno, y cojo el otro, eran llamados Bill el Ciego y Mat el Cojo, respectivamente… [continuará.] ~

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(Ciudad de México, 1942) es un escritor, articulista, dramaturgo y académico, autor de algunas de las páginas más luminosas de la literatura mexicana.


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