Dos brindis, uno por la literatura, otro por la libertad

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Hace veinte aรฑos naciรณ Letras Libres. Era, literalmente, otro siglo, otro milenio, otro mundo. Pocos trรกnsitos en la historia han parecido mรกs felices. Luego de la experiencia atroz del siglo XX, la humanidad parecรญa haber aprendido la lecciรณn fundamental de adoptar y preservar la democracia, no solo porque todos los demรกs sistemas han probado ser peores sino por las dos precisas razones que apuntรณ, famosamente, E. M. Forster: โ€œDos brindis por la democracia, uno porque admite la variedad, otro porque propicia la crรญtica.โ€

Pluralidad y crรญtica fueron tambiรฉn las razones de ser de Letras Libres y lo han seguido siendo a lo largo de estos veinte aรฑos. Nuestros modelos han sido Plural y Vuelta, las legendarias revistas que dirigiรณ Octavio Paz entre 1971 y 1998, pero siempre dijimos que en la vida editorial no hay herencias, que la herencia se conquista. En ese sentido, solo la historia de la literatura, en la lejana posteridad, juzgarรก nuestro trabajo. Pero no hay duda de nuestro compromiso con las dos palabras inseparables que integran nuestro nombre. Hemos procurado servir a la literatura y a la libertad.

En 1999, no solo los totalitarismos y autoritarismos de cualquier siglo parecรญan superados. Tambiรฉn los fanatismos de la identidad. No faltaban voces (sensatas, algunas) que advertรญan los peligros inherentes a la globalizaciรณn y las reacciones telรบricas que podrรญan sobrevenir. El nacionalismo seguรญa incendiando las pasiones en ciertas zonas del mundo, como los Balcanes, pero aun en el conflicto รกrabe-israelรญ habรญa motivos para la esperanza. En Mรฉxico la rebeliรณn neozapatista (con sus justas demandas y sus visiones milenaristas) era un punto de tensiรณn, pero confiรกbamos en que la reciรฉn conquistada democracia encontrarรญa cauces civilizados para resolverla. El nuevo siglo abrรญa, en suma, bajo los mejores auspicios.

En octubre de 2001 apareciรณ el primer nรบmero de nuestra ediciรณn espaรฑola: lo titulamos Fanatismos de la identidad. El atentado contra las torres gemelas cerrรณ el siglo XX y dio comienzo al XXI. Nada serรญa igual desde entonces. Si habรญamos creรญdo que la lucha por la libertad se habรญa ganado y que ahora tocaba el turno a un ejercicio mรกs sereno y lรบdico de la literatura, estรกbamos errados. Los enemigos de la sociedad abierta estaban de vuelta. Nunca, en realidad, habรญan desertado. No estรก en su naturaleza porque los mueve el odio. El odio justiciero. El odio resentido. El odio vengativo. El odio ideolรณgico. El odio enamorado de su autoproclamada virtud. Y el odio es una gran pasiรณn, poderosa, incendiaria, inextinguible.

โ€œEl odio que es completamente vencido por el amor, se trueca en amor; y ese amor es por ello mรกs grande que si el odio no lo hubiera precedidoโ€, dice Spinoza (ร‰tica, Proposiciรณn XLIV). Ocurre a veces en las relaciones humanas pero rara vez en la polรญtica cuya naturaleza cruel tambiรฉn advirtiรณ fielmente Spinoza. ยฟQuรฉ puede hacer contra el odio una pequeรฑa revista y el sitio de internet que desde el inicio acompaรฑa, enriquece y proyecta a un pรบblico masivo, en Mรฉxico y el mundo, nuestros esfuerzos? Puede hacer poco, pero ese poco es significativo.

A lo largo de 240 nรบmeros hemos publicado a centenares de autores de nuestra lengua y de diversas lenguas. En la redacciรณn de Letras Libres han trabajado varios escritores que dejaron una contribuciรณn valiosa y emprendieron su propio vuelo en las letras y la libertad, llegando en muchos casos a alturas tan sorprendentes como merecidas. Nuestro consejo editorial es un elenco plural. La diversidad de gรฉneros literarios que hemos acogido en nuestras pรกginas โ€“ensayo literario y polรญtico, cuento, entrevista, reportaje y en especial el lugar que le brindamos a la poesรญaโ€“ nos llena de orgullo.

Un silencioso y eficaz contingente ha llevado sobre sus hombros la marcha administrativa. Hemos sido muy afortunados en contar con un sรณlido apoyo de anunciantes y patronos. En proporciรณn menor, y basados en un trato respetuoso y transparente, hemos publicado anuncios de los sucesivos gobiernos federales y estatales. Pero sobre todas las cosas, nuestra fortuna mayor es la lealtad de los lectores, que no solo se limita a Mรฉxico y Espaรฑa (nuestras sedes) sino a todo el orbe de habla hispana que, en estos tiempos, comprende todo el orbe, porque casi no hay sitio en el mundo donde no se hable el espaรฑol. La presencia fรญsica del papel se estรก desvaneciendo, pero la lectura en lรญnea crece de manera geomรฉtrica. Hay que darles calidad, sustancia, sentido a esos lectores. Herramientas para entender el mundo endemoniadamente complejo que nos ha tocado vivir. Ideas, si se puede, interpretaciones o รกngulos nuevos, o atisbos al menos, para navegar en estas aguas sin cartografรญa. Esa es la misiรณn actual de Letras Libres.

Un apunte final sobre el populismo. Siempre hemos creรญdo que su caracterizaciรณn mรกs precisa no es ideolรณgica sino sociolรณgica. Ataรฑe a la apariciรณn de un lรญder carismรกtico que toma el poder por la vรญa de la democracia para acabar con sus instituciones, sus leyes, sus equilibrios y libertades. Traicionarรญamos nuestras raรญces si no empeรฑรกramos nuestros mayores esfuerzos en criticarlo.

Al morir Daniel Cosรญo Villegas en 1976, Octavio Paz escribiรณ en Plural su obituario. Venรญa precedido de un epรญgrafe de W. B. Yeats, dedicado a Swift: โ€œImitate him if you dare, World-besotted traveller; he served human liberty.โ€ En Letras Libres, autores y lectores nos atrevemos a esa emulaciรณn. Somos esos viajeros. Servimos a la humana libertad. ~

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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