Dos parentescos literarios de Juan Rulfo

El 7 de enero de 1986 falleciรณ Juan Rulfo. En marzo de ese aรฑo Jorge Edwards publicรณ este artรญculo en su honor en el nรบmero 112 de Vuelta. Esta secciรณn ofrece un rescate mensual del material de la revista dirigida por Octavio Paz.
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Juan Rulfo fue un creador intuitivo, solitario. Algunas veces me he preguntado cuรกles fueron sus antecedentes literarios. Pedro Pรกramo marcรณ una ruptura e introdujo un tono nuevo, pero nada en novela sale de la nada. El hecho de que Rulfo fuera un intuitivo, un escritor de instinto, no implica una falta de filiaciรณn como novelista. Al hacer, hace poco, un curso en Estados Unidos sobre la influencia de William Faulkner en la literatura latinoamericana, uno de los casos que utilicรฉ fue el de Rulfo. No conozco las lecturas faulknerianas que pudo tener Rulfo, pero los puntos de contacto entre Pedro Pรกramo y Mientras agonizo, una de las novelas clรกsicas de Faulkner, son evidentes. Eso sรญ, Rulfo va mรกs lejos que Faulkner. La atmรณsfera de Faulkner tiene un elemento fantasmal, pero la de Rulfo ingresa directamente en el terreno de la fantasรญa pura. En este aspecto, el texto de Rulfo es mรกs alegรณrico, mรกs metafรณrico, menos ligado al realismo narrativo del siglo XIX, del que Faulkner nunca quiso desprenderse del todo. Comala, el territorio geogrรกfico y mรกgico en el que transcurre Pedro Pรกramo, corresponde al Reino de los Muertos de la tradiciรณn literaria, el Hades de los poemas homรฉricos y el Infierno de Dante Alighieri. Su originalidad, frente a esa misma tradiciรณn, consiste en que es un Reino de los Muertos enteramente americano, donde el pueblo mestizo continรบa en lucha contra la violencia y la dominaciรณn hispรกnica. Por ejemplo, uno de los aportes de Rulfo es el uso extraordinario, coloquial y a la vez poรฉtico de la lengua hablada. En su prosa, el castellano adquiere un sonido y hasta una coloraciรณn enteramente diferentes:

โ€“ยฟY por quรฉ se ve esto tan triste?
โ€“Son los tiempos, seรฑor…

Esa respuesta en plural, con su curioso fatalismo, alude a guerras civiles, a terribles trastornos colectivos, a una miseria profunda, a una atmรณsfera de sequedad desรฉrtica y de calor pegajoso que impregna todo el texto. Se repite aquรญ, pero de otra manera, de una manera que podrรญamos llamar poรฉtica, un rasgo comรบn a toda la literatura latinoamericana, a la anterior y a la actual: la presencia viva de la tierra, el poder que ejerce la naturaleza sobre los personajes.

Otro parentesco literario interesante que podrรญa seรฑalar es el de Rulfo con Marรญa Luisa Bombal, sobre todo en su novela La amortajada. Aquรญ puedo citar un testimonio interesante. Josรฉ Bianco, en un texto reciente sobre la Bombal, cuenta que Juan Rulfo le hablรณ de la enorme impresiรณn que habรญa sentido al leer La amortajada en su juventud. Esa novela de una mujer muerta, narrada desde el punto de vista de la muerte, puede haberlo ayudado a descubrir esa voz narrativa peculiar, รบnica, que utilizรณ en Pedro Pรกramo.

Conocรญ a Juan Rulfo en una comida exuberante y bulliciosa en Isla Negra, en casa de Pablo Neruda, por el mes de septiembre de 1969. Creo que Rulfo era la figura mรกs silenciosa en medio de todo ese bullicio y esa alegrรญa. Despuรฉs, en diversos encuentros, me dio siempre la impresiรณn de un escritor que se habรญa cansado de inventar y que se refugiaba en los estudios antropolรณgicos, en el examen cientรญfico de esas comunidades indรญgenas que antes habรญa descrito mejor que nadie por medio de la invenciรณn literaria. Esos estudios, por otra parte, le permitรญan tal vez recoger leyendas, historias, relatos, que eran literatura pura, literatura en estado bruto.

Rulfo no habรญa escrito demasiadas pรกginas de ficciรณn, pero en esas pรกginas, al fin y al cabo, habรญa una sรญntesis creativa extraordinaria. Probablemente sintiรณ que para รฉl no era necesario y ni siquiera posible escribir mรกs. Despuรฉs de publicar Pedro Pรกramo y los cuentos de El llano en llamas, alrededor del aรฑo 1950, entrรณ en un silencio literario casi absoluto, un silencio enigmรกtico, que intrigaba mucho a sus lectores. Recuerdo una pregunta, que sin duda se repetรญa en sus apariciones pรบblicas, durante un encuentro organizado hace cuatro o cinco aรฑos por la Universidad Interamericana de Puerto Rico. ยฟPor quรฉ, despuรฉs de las dos obras maestras de su juventud, no habรญa escrito nada mรกs? Rulfo mirรณ a la audiencia, alrededor de mil personas desplegadas en un anfiteatro universitario, y contestรณ: โ€œPorque el escritor no es una fรกbrica.โ€

El silencio de Rulfo era uno de los fenรณmenos culturales nuestros, un silencio mรกs significativo que la fecundidad o la facundia de muchos otros. Habรญa asimilado algo del sentido hispรกnico de la muerte y le habรญa aรฑadido un ingrediente que provenรญa, quizรก, de los cultos fรบnebres mexicanos. El final de fiesta consistรญa en que todo, en definitiva, resultaba recuperado por la tierra poderosa: โ€œy se fue desmoronando como si fuera un montรณn de piedras…โ€ ~

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(Santiago de Chile, 1931 - Madrid, 2023) fue escritor y diplomรกtico.


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