Pablo Pรฉrez, un periodista freelance de Ciudad de Mรฉxico, estaba conduciendo a travรฉs del anรกrquico estado sureรฑo de Guerrero con dos compaรฑeros de la capital y cuatro reporteros cuando fueron capturados por un grupo de hombres armados. Pรฉrez estaba trabajando en un reportaje sobre lugareรฑos desplazados por la violencia relacionada con las drogas.
โAcabรกbamos de dejar una de las zonas mรกs peligrosas y pasรกbamos por un puesto de control del ejรฉrcito, lo que nos hizo pensar que estรกbamos en una zona seguraโ, dijo Pรฉrez poco despuรฉs del incidente el 13 de mayo. โPero no, un kilรณmetro y medio mรกs adelante nos parรณ un grupo de entre unos ochenta y cien hombres jรณvenes, muchos de ellos armados. Saquearon nuestros coches y nos robaron todo el equipo, dinero e identificaciรณn. Cogieron uno de nuestros coches y nos dejaron con el otro. Nos dijeron que tenรญan informadores en el puesto de control y que nos quemarรญan vivos si hablรกbamos con los soldados.โ
Pรฉrez y sus compaรฑeros sobrevivieron; quedaron conmocionados pero no fueron heridos. En 2016, se produjo un rรฉcord de asesinatos de periodistas, con once muertos, y en 2017 fueron trece. Hay publicaciones que han comenzado a introducir protocolos modestos de seguridad para proteger a sus trabajadores, y el gobierno anunciรณ recompensas para quienes proporcionasen informaciรณn sobre los asesinos de periodistas. Pero es poco probable que estas medidas tengan mucho impacto frente a la violencia impune, la corrupciรณn y la falta de justicia. La guerra contra la droga en Mรฉxico ha tenido un rรฉcord de asesinatos en 2017, y como es posible que las elecciones de este aรฑo creen mayor inestabilidad, no parece que los ataques contra periodistas vayan a reducirse pronto.
El nivel de riesgo varรญa considerablemente dentro del paรญs. Los corresponsales extranjeros no suelen ser un objetivo, probablemente porque eso tendrรญa como consecuencia una presiรณn internacional indeseada. Los mexicanos de medios nacionales o de grandes ciudades estรกn tambiรฉn en cierto modo protegidos de la violencia. Son los reporteros locales los que se enfrentan a los mayores riesgos. Segรบn el Comitรฉ para la Protecciรณn de Periodistas, un 95% de los asesinados como represalia directa por su trabajo son reporteros de medios en regiones remotas donde el Estado de Derecho estรก debilitado por el crimen descontrolado y la corrupciรณn. Los estados sureรฑos de Guerrero, Veracruz y Oaxaca son actualmente los mรกs letales: desde 2010 han sido asesinados 31 periodistas.
A pesar de los riesgos a los que se enfrenta, el periodista mexicano medio gana menos de seiscientos cinuenta dรณlares al mes (poco mรกs de quinientos veinte euros) y tiene pocas prestaciones.
โNo tenemos seguro mรฉdico o seguro de vida. Somos vulnerables a esta violenciaโ, dice Pรฉrez. โAunque los que vivimos en grandes ciudades estamos mucho mรกs seguros que en sitios como Guerrero.โ
Al visitar los puntos calientes, Pรฉrez dice que poco pueden hacer mรกs allรก de adoptar los protocolos bรกsicos de seguridad. โCada uno de nosotros intenta estar en contacto constante con los demรกs compaรฑeros en la ciudad, algo que es difรญcil ya que a menudo perdemos la cobertura mรณvil. El protocolo es mantenernos juntos, estar en contacto con periodistas locales y estar alerta ante cualquier seรฑal de peligro.โ
Mientras los periodistas de la capital pueden retirarse hacia lugares relativamente seguros despuรฉs de escribir sobre zonas conflictivas, los periodistas locales estรกn constantemente expuestos a las consecuencias de su trabajo. Un ejemplo brutal de esto se vio cuando Javier Valdez, uno de los periodistas mรกs famosos y respetados de Mรฉxico, fue asesinado en su estado natal de Sinaloa el 15 de mayo de 2017. Valdez acababa de salir de las oficinas de Rรญodoce, un semanario de noticias que รฉl mismo fundรณ, cuando hombres armados lo sacaron de su coche y lo obligaron a ponerse de rodillas. Le dispararon doce veces a bocajarro y se llevaron su mรณvil y su ordenador, dejรกndolo boca abajo en la calle. Su caracterรญstico sombrero Panamรก quedรณ manchado de sangre.
Valdez era una autoridad en el submundo del crimen de Sinaloa, el lugar de nacimiento del trรกfico de drogas en Mรฉxico. Y es uno de los periodistas asesinados con el perfil mรกs alto. Cuando Index for Censorship lo entrevistรณ pocos meses antes de su asesinato, hablรณ de amenazas contra su periรณdico y se lamentรณ de la falta de protecciรณn gubernamental: โLo mejor serรญa irme con mi familia fuera del paรญs.โ
En las semanas previas a su muerte, Valdez estaba inmerso en los efectos colaterales de una sangrienta batalla por el poder dentro del poderoso cartel de Sinaloa. La violencia en la regiรณn se ha disparado desde que el famoso rey del cartel, Joaquรญn โEl Chapoโ Guzmรกn, fue extraditado el aรฑo pasado a Estados Unidos, dejando a sus hijos, Ivรกn y Alfredo, en una lucha contra su antigua mano derecha, Dรกmaso Lรณpez, por el control del cartel.
Cuando Valdez entrevistรณ a un intermediario enviado por Lรณpez en febrero de 2017, los hijos de Guzmรกn llamaron a la redacciรณn de Rรญodoce y les amenazaron para que no publicaran el artรญculo. Les ofrecieron comprar toda la tirada, pero Valdez se mantuvo firme. Cuando el periรณdico saliรณ, hombres armados del cartel siguieron a los camiones de reparto alrededor de Culiacรกn y compraron todos los ejemplares. Los compaรฑeros de Valdez sospechan que la decisiรณn de publicar la entrevista fue lo que le costรณ la vida.
Adriรกn Lรณpez, editor de Noroeste, otro periรณdico de Sinaloa, contรณ a Index for Censorship que la muerte de Valdez provocรณ โmucha indignaciรณn, enfado y miedoโ en la comunidad local. Al atacar a una figura tan conocida los asesinos enviaron un fuerte mensaje a periodistas, activistas y la sociedad mexicana: โSi podemos matar a Javier, podemos matar a quien sea.โ
Lรณpez tambiรฉn ha experimentado intromisiones editoriales de narcotraficantes. En 2010, las oficinas de Noroeste, en la ciudad costera de Mazatlรกn, recibieron 64 rรกfagas de tiros. Los asaltantes habรญan amenazado al equipo por telรฉfono horas antes, obligรกndoles a atribuir la violencia reciente a un cartel rival. โDecidimos no publicar lo que querรญan porque creemos que no se puede decir que sรญ a este tipo de demandasโ, dice Lรณpez. โSi dices que sรญ una vez ya no puedes volver a decir no nunca mรกs.โ
Lรณpez fue blanco de intimidaciones en circunstancias similares a las de Valdez en 2014, cuando hombres armados detuvieron su coche en la capital del estado, Culiacรกn. Los asaltantes le robaron el vehรญculo, la cartera, el mรณvil y el ordenador y le dispararon en la pierna. Semanas antes, los periodistas de Noroeste fueron amenazados y golpeados mientras informaban sobre el cartel de Sinaloa y Guzmรกn.
Lรณpez dice que su periรณdico estรก constantemente trabajando para diseรฑar mejores protocolos de seguridad. Noroeste tiene abogados que denuncian cada amenaza contra ellos a las autoridades pertinentes, y han contratado terapeutas para ayudar psicolรณgicamente a la redacciรณn. โLa violencia que cubrimos cada dรญa no es normalโ, explica Lรณpez. โNecesitamos ayuda profesional para entender y para hablar mรกs de estas cosas y del trauma que la violencia puede causarnos.โ
Mรกs de cien periodistas mexicanos han sido asesinados desde el 2000 y al menos otros veintitrรฉs han desaparecido. En los รบltimos tres aรฑos, cada nuevo aรฑo ha aumentado el nรบmero de asesinatos. Las autoridades mexicanas estรกn a menudo implicadas en los ataques. El artรญculo 19 de la comisiรณn de libertad de prensa ha registrado 426 ataques contra los medios en 2016, un incremento del 7% desde 2015. Se estima que los funcionarios y las fuerzas de seguridad fueron responsables de un 53% de esos ataques.
El analista de seguridad Alejandro Hope afirma que โlas autoridades federales han fallado a la hora de investigar y procesar estos casos. Han creado un clima de impunidad que ha permitido que los ataques a la prensa crezcanโ.
En julio de 2010, el gobierno estableciรณ la feadle, la Fiscalรญa Especial para la Atenciรณn de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresiรณn. La agencia, que no ha respondido a las peticiones de entrevista de Index for Censorship, ha proporcionado a periodistas en peligro botones de pรกnico, ha instalado cรกmaras de seguridad en sus casas y en casos extremos les ha asignado guardaespaldas. Pero a finales de 2016, del total de 798 investigaciones, solo ha dictado condena contra tres perpetradores de ataques a periodistas.
Como consecuencia del recrudecimiento de la violencia contra la prensa, el presidente Enrique Peรฑa Nieto nombrรณ, en mayo de 2017, un nuevo director para revitalizar la feadle. El mes siguiente su gobierno anunciรณ una recompensa de un millรณn y medio de pesos (unos 65.000 euros) por aportar informaciรณn sobre los asesinos de periodistas.
Hope afirma que Mรฉxico ha hecho avances en relaciรณn a la libertad de prensa en las รบltimas dรฉcadas gracias al crecimiento de los medios de noticias independientes y crรญticos, y tambiรฉn gracias al mejor acceso pรบblico a datos oficiales. Sin embargo, estos progresos son a menudo a nivel nacional, mientras que periodistas de algunas regiones trabajan en โun clima mucho mรกs exigenteโ.
Las mayores dificultades tienen que ver con abrirse camino entre la relaciones que tienen las autoridades locales con los grupos de narcotraficantes, dice Hope. Cita el caso de Miroslava Breach, una prestigiosa periodista que fue asesinada en Chihuaha en abril de 2017 despuรฉs de investigar los vรญnculos entre polรญticos locales y el crimen organizado.
Hay poco lugar para el optimismo. Mรฉxico celebra elecciones este aรฑo, pero los comicios anteriores han estado repletos de acusaciones de fraude electoral e intimidaciones. Hope avisa de que las elecciones pueden romper los pactos que hay entre los criminales y los cargos pรบblicos, lo que harรญa que el trabajo de los periodistas sea mรกs difรญcil aรบn. Espera que la ola reciente de violencia continรบe durante el ciclo electoral โporque habrรก mรกs gente sobre el terreno haciendo reportajes en regiones conflictivasโ.
Pรฉrez cree que la situaciรณn no mejorarรก hasta que Mรฉxico no ataque su cultura de corrupciรณn e impunidad. Pone como ejemplo a Javier Duarte, el exgobernador de Veracruz y amigo del presidente, que fue detenido en Guatemala en abril de 2017 despuรฉs de seis meses a la fuga. Al menos diecisiete periodistas locales fueron asesinados y tres desaparecieron durante el mandato de seis aรฑos de Duarte, pero no fue perseguido por la justicia hasta que se descubriรณ que habรญa malversado alrededor de 3.000 millones de dรณlares de fondos pรบblicos.
โยฟCuรกntos de nuestros compaรฑeros han sido asesinados y la oficina del fiscal no ha hecho nada?โ, pregunta Pรฉrez. โLo mรกs importante que hay que hacer es encarcelar a todos los corruptos. Si no hay repercusiones por robar fondos pรบblicos, ยฟcรณmo esperas que los enemigos de la libertad de expresiรณn se preocupen de las consecuencias?โ ~
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Este reportaje se publicรณ originalmente en Index on Censorship.
A travรฉs de Eurozine.
Traducciรณn del inglรฉs de Ricardo Dudda.
es periodista en Guadalajara (Meฬxico).