Esta pequeรฑa bestia,
ataviada a la usanza del lecho submarino,
toda ella nervio y piel,
toda mรบsculo y carnes barnizadas
con las mismas tinturas
que el limo y el sargazo, que peรฑas, atolones
y cuantas formas tejen el paisaje del mar,
se aglutina, serpea, flota como un fantasma,
como un lienzo en el bรณreas
feroz de la corriente.
Se sabe por su especie, por su taxonomรญa
โAnimalia, Mollusca, Cephalopodaโ,
que es un animal; pero su trazo,
su engaรฑoso perfil cuando relaja
los nervudos cordajes de su cuerpo,
lo vuelve mรกs oscuro, lo coloca en el linde
de lo inclasificable:
podrรญa ser una planta,
un blando mineral,
un ser de otra galaxia,
un cielo constelado que palpita
al ritmo vigoroso de sus tres corazones.
Al verlo interactuar
y advertir cรณmo encrespa
la revuelta espiral de sus tentรกculos,
se llega a comprender que los antiguos
encontraran en รฉl un monstruo aterrador
โoctopus giganteus, rezaba el buen latรญnโ
capaz de sumergir grandes navรญos,
de aventurarse a tierra y devorar,
como contaba Plinio,
las salmueras del cรณnsul con sus dientes
de trescientas sesenta pulgadas de espesor.
Tan sombrรญo y misterioso
como la densa noche
en que suele envolverse si hay peligro,
el pulpo vive siempre entre dos mundos,
habitando lo mismo nuestros mares
que el agua fabulosa de la mitologรญa.
Lo demuestran asรญ: la realidad tangible
y aquel pintor de Edo
que lo soรฑรณ abrazado
a la bella mujer del pescador. ~
(Xalapa, Veracruz, 1988). Poemas suyos han aparecido en revistas como Sibila, Palimpsesto. Revista de creaciรณn y Literal. Latin American Voices. Es autor de El revรฉs de esta luz (Taller Ditoria, 2015).ย ย ย ย
