El siglo de las EspaƱas

Una historia atlĆ”ntica de los orĆ­genes de la naciĆ³n y el Estado. EspaƱa y las EspaƱas en el siglo XIX

JosƩ Marƭa Portillo ValdƩs

Alianza Editorial

Madrid, 2022, 368 pp.

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JosĆ© MarĆ­a Portillo ValdĆ©s es uno de los estudiosos de la historia jurĆ­dica, polĆ­tica y constitucional del mundo hispĆ”nico mĆ”s leĆ­dos y debatidos en las dos Ćŗltimas dĆ©cadas. Sus investigaciones sobre las independencias hispanoamericanas, el constitucionalismo en AmĆ©rica Latina y el autonomismo vasco lo han convertido en interlocutor obligado de las nuevas generaciones de historiadores a ambos lados del AtlĆ”ntico.

Su Ćŗltimo libro encara uno de los fenĆ³menos mĆ”s intrigantes de la historia moderna: el colapso del imperio espaƱol en AmĆ©rica, durante el siglo XIX, y la reconstituciĆ³n de la naciĆ³n y los nacionalismos en la penĆ­nsula, en aquella misma centuria. El concepto que guĆ­a el ambicioso estudio es ā€œemancipaciĆ³nā€, palabra que, como registra el temprano Diccionario (1768) del jurista valenciano Gregorio Mayans y Siscar, se atribuĆ­a fundamentalmente a la liberaciĆ³n de los hijos y los esclavos de sus padres o amos.

La modernidad, dice Portillo, puede ser definida como ā€œun complejo proceso de emancipacionesā€. Desde las primeras dĆ©cadas del siglo XIX, en los antiguos virreinatos del imperio borbĆ³nico, el tĆ©rmino comenzĆ³ a ser aplicado a las corporaciones e individuos, antes sĆŗbditos de la corona, luego a los propios reinos y, ya en medio de la guerra separatista, a las nuevas naciones que surgĆ­an de aquellas posesiones coloniales.

Una exposiciĆ³n de los diputados de las provincias de Ultramar, en las Cortes de Madrid, en junio de 1821, redactada por Lucas AlamĆ”n, a nombre de los diputados americanos, aseguraba que ā€œBuenos Aires, Chile, Santa Fe (Nueva Granada) y una gran parte de Venezuela estaban emancipados de hechoā€. El posicionamiento de los diputados era contrario a que la ā€œtemible revoluciĆ³nā€ avanzara mĆ”s en la AmĆ©rica hispana, y llegara a MĆ©xico, para lo cual proponĆ­an crear tres cortes y ventajas comerciales y arancelarias. El uso del participio ā€œemancipadosā€ en aquel documento ilustra a la perfecciĆ³n el proceso que describe Portillo en su libro.

Las independencias crearon un ā€œuniverso de emancipados, como ciudadanos y como nacionesā€, pero ā€œreprodujeron antiguas y generaron nuevas dependencias, como la femenina o la colonialā€, dice el historiador. A estas habrĆ­a que agregar, especialmente en el Caribe, la persistencia de la dominaciĆ³n esclavista hasta fines del siglo XIX. En el Caribe hispano emergerĆ­an corrientes reformistas, autonomistas, anexionistas e incluso separatistas, que con mucha determinaciĆ³n defendĆ­an la libertad de la naciĆ³n, mientras preservaban la instituciĆ³n esclavista.

La declaraciĆ³n de naciones o estados ā€œlibres e independientesā€ se convirtiĆ³ en un ā€œsintagmaā€ que recorrerĆ­a todas las constituciones, desde las monĆ”rquicas parlamentarias como la de CĆ”diz en 1812 hasta las republicanas y federales como las de HaitĆ­ en 1805, las de las Provincias del RĆ­o de la Plata en 1813 o la mexicana de 1824. Argumenta Portillo que, al fracturarse el imperio, la vieja monarquĆ­a catĆ³lica quedĆ³ en una suerte de orfandad, que ralentizĆ³ su proceso de reconstituciĆ³n nacional.

Si para los liberales gaditanos, que al fin y al cabo libraban su propia guerra de independencia, eran centrales la naciĆ³n y su soberanĆ­a, para los reformistas de la regencia de MarĆ­a Cristina y la primera etapa del reinado de Isabel II, lo fundamental serĆ” la jurisprudencia y administraciĆ³n del reino. La percepciĆ³n, entre las Ć©lites dominantes, parecĆ­a ser que ā€œal sistema de CĆ”diz le sobraba naciĆ³n y le faltaba Estadoā€. Pero, como ha seƱalado TomĆ”s PĆ©rez Vejo, la vieja monarquĆ­a catĆ³lica de ā€œlas EspaƱasā€ no transitaba hacia un nuevo Estado nacional, como en AmĆ©rica, sino hacia un imperio colonial disminuido.

Un mapa de 1852, inserto en un tratado cartogrĆ”fico de Francisco Jorge Torres Villegas, desglosaba las diversas EspaƱas de aquel imperio: Castilla, LeĆ³n, Navarra, Vizcaya, Ɓlava, GuipĆŗzcoa, Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Marianas, Palaos, Fernando Poo, AnnobĆ³n… Aquella multiplicidad podĆ­a subdividirse, a su vez, en cuatro tipos de EspaƱas: ā€œla foral, la uniforme, la asimilada y la colonialā€. Las emancipaciones de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, en 1898, a pesar de sus nuevas soberanĆ­as intervenidas por Estados Unidos, mermaron aĆŗn mĆ”s la dimensiĆ³n colonial del imperio y avivaron el conflicto de las diversas nacionalidades dentro del territorio peninsular.

Escrito en diĆ”logo permanente con otros constitucionalistas, como BartolomĆ© Clavero, Marta Lorente y Carlos Garriga, y con historiadores del nacionalismo espaƱol como JosĆ© Ɓlvarez Junco, Gregorio de la Fuente y Angel Smith, el libro de Portillo ValdĆ©s evoca varias veces al ideal federalista de Francisco Pi y Margall en el siglo XIX. La ConstituciĆ³n republicana de 1931 y los primeros ensayos de autonomĆ­a en CataluƱa, PaĆ­s Vasco y Galicia intentaron saldar aquella deuda histĆ³rica. La vigente de 1978 y los estatutos de autonomĆ­a, reformados en las Ćŗltimas dĆ©cadas, han logrado la reconstituciĆ³n de EspaƱa como una naciĆ³n de nacionalidades, un dilema heredado por aquella modernidad decimonĆ³nica. ~

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(Santa Clara, Cuba, 1965) es historiador y crĆ­tico literario.


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