No me cabe la menor duda de que, en los รบltimos treinta aรฑos, estas han sido las elecciones mรกs inequitativas de las que yo tenga memoria. En 1994, Ernesto Zedillo saliรณ en pรบblico a decir: โQuiero reconocer que ha sido una victoria en condiciones inequitativas.โ Hemos tenido, por tanto, una gran regresiรณn en ese sentido, sobre todo por la intromisiรณn ilegal del presidente de la repรบblica en el proceso electoral. No podrรญa decir que esta y el resto de las irregularidades que en su momento se han seรฑalado habrรญan cambiado drรกsticamente el resultado. Pero si de algo estoy seguro es de que la conducta de Lรณpez Obrador no corresponde a la de un gobernante democrรกtico.
Aunque datos preliminares apuntan a una supermayorรญa en las cรกmaras, no debemos perder de vista la sobrerrepresentaciรณn que, interpretando a modo las leyes mexicanas, pretenden Morena y sus aliados. Yo espero que el partido oficial no logre esa sobrerrepresentaciรณn, en primer lugar porque no la obtuvo en las urnas y, en segundo, porque no es sano para el paรญs. Morena ya ha amenazado con aprovechar sus mayorรญas para llevar a cabo el llamado โPlan Cโ, con el que busca desmantelar la estructura de nuestra repรบblica. Una estructura que, para tener una idea de la magnitud del despropรณsito, creรณ la generaciรณn de Benito Juรกrez y que se vio tambiรฉn reflejada en las Constituciones de 1857 y 1917.
El legado de Juรกrez supuso libertades, garantรญas individuales, el juicio de amparo y la divisiรณn de poderes. En tiempos de Juรกrez y Lerdo, los ministros de la Corte eran absolutamente independientes, al grado de que escribรญan cosas que, si se publicaran hoy dรญa, ya habrรญan merecido no sรฉ cuรกntas diatribas presidenciales. Los ministros atacaban a Juรกrez y a Lerdo porque, en palabras de Daniel Cosรญo Villegas, eran fiera, altanera, irracional e insensatamente independientes. Y figuras como Juรกrez y Lerdo aceptaban que asรญ fuera. Dรฉcadas mรกs tarde, la Constituciรณn del 17 introdujo reformas sociales fundamentales a la tierra, al trabajo, a la propiedad del petrรณleo y del subsuelo, pero refrendรณ la divisiรณn de poderes. Y ese espรญritu republicano es el que la reforma al poder judicial, impulsada por Lรณpez Obrador, quiere poner en entredicho.
Otro peligro del mencionado paquete de reformas involucra la desapariciรณn del ine. Las elecciones de junio nos demostraron que es una instituciรณn fundamental, una conquista del Mรฉxico moderno que serรญa muy costoso perder. Eso no significa que no deban hacerse cambios en el panorama polรญtico a la luz de los resultados del 2 de junio. Los partidos de oposiciรณn tienen que entender que su ciclo ha entrado en una crisis muy seria, en algunos casos terminal, y que estรกn obligados a hacer un profundo examen de conciencia, porque cometieron errores muy graves. No obstante, Xรณchitl Gรกlvez merece un reconocimiento a su valentรญa, lo mismo la denominada Marea Rosa, cuya inmensa presencia ciudadana a favor de la democracia y el ine no habรญamos visto en la historia reciente del paรญs.
Como nos demostrรณ el episodio del vasconcelismo en 1929, serรญa un terrible error abandonar este movimiento y no aprovecharlo para crear una nueva instituciรณn polรญtica. Partidos como el pan y Movimiento Ciudadano deberรญan considerar cรณmo articular una opciรณn civil, no para ser la enemiga, sino para conquistar al electorado en las prรณximas elecciones. Otra gran lecciรณn del siglo XX mexicano fue en 1976, cuando, despuรฉs del triunfo arrollador de Josรฉ Lรณpez Portillo โen virtud de que era el รบnico candidatoโ, su secretario de Gobernaciรณn Jesรบs Reyes Heroles entendiรณ que no podรญan gobernar solos, que el poder absoluto terminarรญa por carcomerlos y abriรณ el sistema de representaciรณn a otras opciones a travรฉs de las plurinominales.
Sobre la participaciรณn de Lรณpez Obrador en el siguiente sexenio conviene no especular. Desde 1934 hemos tenido un presidente cada seis aรฑos y ese presidente no se ha peleado con el anterior salvo excepciones. Cada nuevo mandatario ha tomado su distancia y ha gobernado bajo un estilo propio una vez que ha recibido la banda presidencial. Pocos paรญses en el mundo han tenido nueve dรฉcadas de esa continuidad. Yo espero que esa regla continรบe, que el presidente Lรณpez Obrador salga y no le haga, a pesar de su enorme popularidad, el camino difรญcil a su sucesora.
Sobre el presente y el futuro del paรญs hay dos palabras clave: libertad y democracia. La libertad de expresiรณn es un derecho humano natural inalienable y, sin embargo, esa misma libertad ha sufrido acoso durante el actual sexenio. Yo quiero tomarle la palabra a Claudia Sheinbaum cuando, en su discurso como ganadora de las elecciones, hablรณ de concordia, paz y armonรญa, cuando hablรณ de gobernar para todos, pero sobre todo cuando hablรณ de garantizar la libertad, la libertad de expresiรณn, de manifestaciรณn, etcรฉtera. Abogo porque ese compromiso prevalezca. Los mexicanos tenemos que ser libres de poder expresarnos. Eso significa que, si decimos lo que pensamos, podemos ser criticados con severidad, pero nunca ser blancos de una calumnia, de un insulto o estar en la mira del crimen organizado, para el que la vida โcomo dice la canciรณn de Josรฉ Alfredo Jimรฉnezโ โno vale nadaโ.
La segunda idea que no debemos olvidar es que la democracia, desde los griegos, es una instituciรณn frรกgil. A pesar de haberla inventado, los antiguos griegos vivieron solo unos pocos aรฑos en democracia; la perdieron y luego pasaron varios siglos antes de recuperarla. La democracia es frรกgil porque no solamente se traduce como el gobierno de la mayorรญa sino tambiรฉn como el respeto a las minorรญas. La democracia significa negociaciรณn, debate, capacidad de escuchar al otro, de sentir empatรญa por el otro. La democracia es una lucha continua. A la democracia no se le conquista nunca de manera definitiva.
Estoy convencido de que la democracia ha sido vulnerada en este sexenio. Quienes por dรฉcadas hemos sido crรญticos lo seguiremos siendo en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, es necesario afianzar un clima de tolerancia a la opiniรณn, al disenso y a la crรญtica. Los votantes de cualquier signo polรญtico debemos coincidir en nuestra convicciรณn de cuidar de nuestra joven democracia. ~
Este artรญculo se basa en la conversaciรณn sostenida entre Enrique Krauze y Carlos Loret de Mola, el 5 de junio, para Latinus.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.