En el ignorante siglo XX los cรณmics se consideraban basura semialfabetizada para niรฑos y adultos con problemas mentales: mal escritos, dibujados a toda prisa y espantosamente impresos. Martin Goodman, el fundador y editor de lo que ahora se llama Marvel Comics, le dijo a Stan Lee que no tenรญa sentido hacer las historias mรกs literarias o preocuparse por el desarrollo de los personajes: โDales mucha acciรณn y no utilices demasiadas palabras.โ Es una verdadera maravilla que esta fรณrmula produjera obras tan evocadoras y vitales.
El formato del cรณmic en libro se puede atribuir a un impresor, Maxwell Gaines, que buscรณ una forma de mantener las prensas de los periรณdicos en 1933 reimprimiendo colecciones de tiras cรณmicas populares en formato de medio tabloide. A modo de experimento, puso una pegatina de diez centavos en un puรฑado de los panfletos que se distribuรญan gratis y vio que se vendรญan rรกpidamente en una papelerรญa. Pronto un puรฑado de editores empezรณ a reunir la mayor parte de las famosas viรฑetas en libro y se necesitaba contenido nuevo para las tarifas baratas de la reimpresiรณn. Este nuevo material estaba generalmente hecho a partir de imitaciones de tercera de tiras cรณmicas existentes, o historias de gรฉnero que recordaban a pulps de temรกtica de aventuras, detectives, western o correrรญas en la selva. Como seรฑalรณ Marshall McLuhan, cada medio subsume el contenido del medio que lo precede antes de encontrar su propia voz.
En ese momento aparecieron Jerry Siegel, un adolescente que querรญa ser escritor, y Joe Shuster, un joven deseoso de ser artista: dos jรณvenes judรญos empollones y perdidos dรฉcadas antes de que eso fuera remotamente cool. Soรฑaban con la fama, la riqueza y las miradas de admiraciรณn de las chicas que podรญa atraer una tira sindicada, y desarrollaron la idea de un extraterrestre sobrehumano venido de un planeta moribundo que luchaba por la verdad, la justicia y los valores del New Deal del presidente Roosevelt. Apenas salidos de la niรฑez, las agencias periodรญsticas rechazaron la idea de los chicos como ingenua, juvenil y tosca, antes de que Gaines comprara sus trece hojas de muestras de Superman para Action Comics por diez dรณlares por pรกgina, una tarifa que incluรญa todos los derechos del personaje. La creaciรณn de Siegel y Shuster no solo fue el modelo para el nuevo gรฉnero que acabarรญa definiendo el medio, sino que sus vidas se transformaron en el paradigma trรกgico de los creadores privados de las grandes recompensas que sus creaciones daban a sus editores.
Se acepta en general que Superman iniciรณ la edad dorada de los cรณmics en junio de 1938 con su debut en Action Comics #1, publicado por lo que ahora se conoce como DC Comics. Siegel y Shuster habรญan creado un nuevo arquetipo โo quizรก serรญa mรกs preciso describirlo como un nuevo estereotipoโ y en 1940, una vez que el gรฉnero naciente habรญa demostrado que podรญa hacer que los niรฑos se gastaran millones de monedas de diez cรฉntimos al mes, montones de imitadores catapultaron a hordas de hรฉroes a cuatro tintas por los cielos, todos persiguiendo el oro de la edad dorada. La ingenuidad juvenil de Superman era, parece, un rasgo y no un fallo, que invitaba a un tipo de historia especialmente apta para chavales cuyas fantasรญas estaban todavรญa menos sujetas a la lรณgica que la mayor parte de la prosa de la ficciรณn pulp, presentadas con un estilo visual diagramรกtico de colores primarios y secundarios que podรญan hacer de cada pรกgina un telรณn de teatro que se levantaba para mostrar a nuevos ojos patadas y… acciรณn.
Goodman, editor de algunos pulps estridentes que surfeaba tendencias, fue uno de los primeros en subirse a la ola de superhรฉroes, armando un tsunami con su primer nรบmero de Marvel Comics en octubre de 1939. (La primera tirada de ochenta mil ejemplares fue seguida de un reimpresiรณn de ochocientos mil o mรกs.) El contenido provenรญa de Funnies, Inc., una agencia de libros de cรณmics que podรญa producir cรณmics completos desde el concepto a la forma acabada para editores incipientes que quisieran tener los costes a raya. Estos โtalleresโ tenรญan algo que ver con los talleres de costura de rรฉgimen esclavista donde laboraban los familiares de muchos de los artistas. Se trabajaba a destajo y con muchas manos (guionistas, dibujantes, entintadores, rotulistas) que atacaban las pรกginas casi a la vez: era mรกs una pequeรฑa industria que una forma de arte.
Reclutaba a jรณvenes inexpertos, gacetilleros derrotados e incluso โcuando llegรณ la Segunda Guerra Mundial y se llevรณ a muchos de los jรณvenes que satisfacรญan la creciente demanda de cรณmicsโ mujeres, gente de color y otros intrusos. (Esos intrusos, por cierto, todavรญa debรญan aportar los estereotipos racistas y sexistas que fueron durante mucho tiempo una piedra angular del medio.)
En este momento quizรก merezca la pena seรฑalar (no por orgullo รฉtnico, sino porque puede arrojar algo de luz sobre la crudeza y los temas concretos de los primeros cรณmics) que los pioneros tras este medio embrionario neoyorquino eran en su mayorรญa judรญos y de orรญgenes รฉtnicamente minoritarios. No eran solo Siegel y Shuster, sino toda una generaciรณn de inmigrantes recientes y sus hijos โlos mรกs vulnerables a los estragos de la Gran Depresiรณnโ que estaban especialmente sintonizados con el ascenso del virulento antisemitismo de Alemania. Crearon los รbermenschen estadounidenses que luchaban por un paรญs que, al menos en teorรญa, darรญa la bienvenida a โvuestras masas cansadas, pobres, apiรฑadas, que ansรญan respirar libremente…โ
Por mencionar solo algunos de estos judรญos laicos que habรญan adoptado identidades secretas: Gaines naciรณ como Max Ginzberg; los padres de Goodman inmigraron desde Vilna, Lituania; Jack Kirby (nacido Jacob Kurtzberg), la fuerza motriz que cocreรณ al Capitรกn Amรฉrica junto a su compatriota Joe Simon, naciรณ en las barriadas del Lower East Side de Nueva York; y Stan Lee, que se convertirรญa en la cara de Marvel Comics, era primo de la esposa de Goodman, contratado al mรกs puro estilo nepotista como chico de oficina a los diecisiete aรฑos, cuando se llamaba Stanley Lieber. Aunque no eran bienvenidos en los cรญrculos mรกs elevados de la publicidad y la ediciรณn, todos lograron hacerse un hueco al fondo del barril.
Los artistas poco experimentados de esas factorรญas de cรณmics descubrieron las posibilidades de una nueva forma mientras sufrรญan terribles presiones con las fechas de entrega. Adquirieron sus habilidades copiรกndose entre sรญ y robando directamente a los maestros de los cรณmics de aventuras que publicaban los periรณdicos: Alex Raymond (Flash Gordon, el agente secreto X-9), Hal Foster (Tarzรกn, el Prรญncipe Valiente) y Milton Caniff (Terry y los piratas). Por otro lado, Carl Burgos (nacido Max Finkelstein), que creรณ la historia principal del nรบmero uno de Marvel Comics, dijo orgullosamente: โSi querรญan a Raymond o Caniff podรญan mirar a Raymond o Caniff. Los dibujos lamentables eran cosa mรญa.โ Escritor y artista, sus entonces rudimentarias habilidades como dibujante se veรญan reforzadas por una intuitiva capacidad de narraciรณn visual y se aplicaron a un personaje brillante: la Antorcha Humana. El personaje โuna mancha antropomorfizada de llamas rojas y amarillasโ tenรญa una intensidad grรกfica que se abrรญa paso ardiendo hasta los ojos de los lectores y personificaba la energรญa cruda y crujiente de los primeros cรณmics, antes de ser domesticados.
William Blake โBillโ Everett, el camarada de Burgos en Funnies, Inc., era una rareza en el cรณmic. Para empezar, no era judรญo. Everett venรญa de una familia patricia de Massachusetts, con mรกs de trescientos aรฑos de antigรผedad, y era un descendiente directo del poeta homรณnimo. Alcanzรณ el estatus de outsider que lo atrajo al cรณmic a travรฉs de una personalidad adictiva โbebรญa profusamente desde los doce aรฑos y fumaba tres paquetes al dรญaโ o quizรก su sensibilidad de outsider lo llevรณ a la bebida. Fue uno de los artistas mรกs dotados que ha habido en el mundo del cรณmic. Dibujaba con fluidez, se sentรญa cรณmodo en muchos gรฉneros y tenรญa un sentido de la puesta en pรกgina que permite que el ojo del lector encuentre tesoros visuales enterrados mientras nada sin esfuerzo por una historia.
Su alienado antihรฉroe, Namor, el Sub-Marinero, fue el antecesor de una larga lรญnea de personajes atormentados que poblarรญan el universo Marvel un par de decenios mรกs tarde. En la dรฉcada de 1940 el Sub-Marinero era singular: representaba un claro contraste con los rectos bienhechores vigilantes de mandรญbula cuadrada que vivรญan en el mรกs ordenado vecindario de DC Comics. Namor nunca se sentรญa en casa en el ocรฉano o en el aire, era orgulloso, arrogante y mรกs volรกtil que la Antorcha Humana, su complementario opuesto. Pero el agua y el fuego se combinaban para llevar a Marvel Comics a una ebulliciรณn elemental.
A finales de 1940, algo mรกs de un aรฑo antes de Pearl Harbor, cuando los nazis estaban bombardeando Londres, Simon, un emprendedor colaborador freelance de Funnies, Inc., fue contratado por Goodman para que escribiera, dibujara y editara para รฉl directamente. Simon le enseรฑรณ el concepto de portada para un nuevo superhรฉroe que habรญan soรฑado รฉl y Kirby: un hรฉroe vestido como una bandera estadounidense con bรญceps gigantes y abdominales de acero habรญa irrumpido en el cuartel general nazi y habรญa noqueado a Hitler con un puรฑetazo en la mandรญbula. Goodman empezรณ a temblar, consciente del impacto que este libro tendrรญa, y estuvo ansioso hasta que el primer nรบmero del Capitรกn Amรฉrica, que se publicรณ en marzo de 1941, llegรณ a los kioscos. ยกGoodman estaba aterrorizado de que alguien asesinara a Hitler antes de que saliera el libro!
El Capitรกn Amรฉrica era un pรณster de reclutamiento: peleaba contra los verdaderos supervillanos nazis mientras Superman seguรญa luchando contra pistoleros de poca monta, rompehuelgas, caseros avariciosos y Lex Luthor, y mientras Estados Unidos dudaba sobre si debรญa entrar en el conflicto. No fue raro que el cรณmic de Simon y Kirby se convirtiera en un รฉxito enorme, vendiendo casi un millรณn de ejemplares al mes durante la guerra. Pero no todo el mundo era fan en 1941: segรบn Simon, el German American Bund y America First bombardearon las oficinas del editor con cartas cargadas de odio y llamadas telefรณnicas obscenas que gritaban: โยกMuerte a los judรญos!โ El alcalde Fiorello La Guardia, un superhรฉroe de la vida real, llamรณ para tranquilizarlo, diciendo: โLa ciudad de Nueva York se encargarรก de que no te pase nada malo.โ
Las hipercinรฉticas figuras de Kirby, con sus mรบsculos hipertrofiados, iban mucho mรกs allรก de la anatomรญa humana. Sus personajes eran belicosos, faltos de humor, pertinaces y airados cuando salรญan de paneles de contornos dentados y dobles pรกginas. Su arte estableciรณ el tono de la acciรณn de los superhรฉroes, no solo durante la guerra, sino para siempre.
Sรฉ que Kirby era un creador de cรณmics original y proteico, asรญ como un autรฉntico hรฉroe de guerra, pero confieso que tengo un punto ciego con respecto al gรฉnero de superhรฉroes que naciรณ de sus plantillas. Cuando yo tenรญa doce aรฑos, los superhรฉroes eran mi metadona โtenรญa una profunda adicciรณn a las revistas satรญricas como Mad, y a los viejos cรณmics de periรณdicos que descubrรญ en los volรบmenes encuadernados de la biblioteca pรบblicaโ. Preferรญa cosas mรกs maduras como el Pato Donald y la Pequeรฑa Lulรบ. Me encanta la forma de los cรณmics: las pรกginas llenas de palabras e imรกgenes mezcladas y chocando entre sรญ, todas esas pequeรฑas cajas que tienes que comparar y contrastar para extraer el jugo narrativo; y me encantan las extraรฑas idiosincrasias de la lengua de las viรฑetas en todos sus acentos.
Los que consideran que los superhรฉroes son el alfa y omega de los cรณmics sitรบan el final de la edad dorada en un momento de la segunda mitad de los aรฑos cuarenta, cuando el interรฉs por el gรฉnero se desvaneciรณ.
Veteranos desencantados, que ya no eran un pรบblico impaciente y cautivo, podrรญan haberse dado cuenta de que no era el Capitรกn Amรฉrica quien habรญa ganado la guerra. ยกQuizรก fueron los rusos! En todo caso, los soldados desmovilizados abandonaron el hรกbito de los cรณmics o empezaron a prestar atenciรณn a otros gรฉneros. Florecieron los cรณmics de crรญmenes, vaqueros, romances, terror y temas bรฉlicos, a menudo con un contenido mรกs maduro โe incluso escabrosoโ diseรฑado para lectores de mรกs edad.
Yo sitรบo el final de la edad dorada en 1954. Un pรกnico moral basado en la falsa asunciรณn de que el medio era solo para jรณvenes y que los estaba convirtiendo en delincuentes habรญa llevado a quemas de cรณmics y a audiencias del Senado estadounidense que en รบltimo tรฉrmino echaron a muchos editores y castigaron a los demรกs. En 1956, superhรฉroes desinfectados rescataron al medio de la respiraciรณn asistida (lo que ahora se aclama como el comienzo de la edad de plata), pero el medio nunca recobrรณ la ubicuidad que tuvo en su apogeo: en el terreno del cรณmic. Como pelรญculas, han conquistado el mundo.
En la edad dorada, si querรญas ver a un tipo con capa volando por encima de un rascacielos o convirtiendo a Nueva York en un montรณn de escombros, las viรฑetas de los cรณmics eran el sistema mรกs satisfactorio. En el siglo XXI, gracias al milagro de las imรกgenes generadas por ordenador, muchos millones de personas de todo el mundo que nunca han leรญdo un cรณmic u oรญdo hablar de novelas grรกficas van a sus multicines para adorar a las nuevas deidades que encarnan el adn de los cรณmics.
Los jรณvenes creadores judรญos de los primeros superhรฉroes convocaron a mรญticos salvadores laicos โde cualidades casi divinasโ para que afrontaran amenazantes transformaciones econรณmicas que los rodeaban en la Gran Depresiรณn y dieran forma a sus premoniciones de una inminente guerra global. Los cรณmics permitรญan a los lectores escapar hacia una fantasรญa donde se proyectaban en hรฉroes invulnerables.
Auschwitz e Hiroshima se entendรญan mejor como oscuros cataclismas de cรณmic que como acontecimientos en el mundo real. En el mundo demasiado real de nuestra รฉpoca, el peor villano del Capitรกn Amรฉrica, el Crรกneo Rojo, estรก vivo en la pantalla y un Crรกneo Naranja atormenta a Estados Unidos. El fascismo internacional se alza imponente (ยกquรฉ rรกpido olvidamos los humanos! Niรฑos y niรฑas: estudien bien los cรณmics de la edad dorada) y los trastornos que han seguido a la crisis econรณmica global de 2008 han contribuido a llevarnos a un punto en el que el planeta parece colapsar. El Armagedรณn se ve como algo plausible y todos nos hemos convertido en niรฑos impotentes asustados por fuerzas mรกs grandes de lo que podemos imaginar, buscando un respiro y respuestas en superhรฉroes que vuelan en las pantallas de nuestra capilla de sueรฑos.
Mientras el contenido de los cรณmics secuestraba el cine, la forma de los cรณmics โhรกbilmente disfrazada de novela grรกficaโ ha infiltrado lo que queda de nuestra cultura literaria. Cuando la Folio Society, vieja editora de lujosos libros ilustrados desde 1947, lanzรณ una recopilaciรณn bien cuidada de cรณmics de la edad dorada de Marvel, me invitaron, como novelista grรกfico y estudioso del cรณmic, a escribir una introducciรณn al libro. Quizรก creyeron, equivocadamente, que darรญa al asunto un barniz de respetabilidad.
Entreguรฉ el ensayo a finales de junio, esencialmente como lo que aparece aquรญ. Un apenado editor de la Folio Society me dijo que Marvel Comics (como es obvio, coeditora del libro) pretende ahora ser โapolรญticaโ y no permite que las publicaciones tomen una postura en ese sentido. Me pidieron que cambiase o eliminase la frase que habla del Crรกneo Rojo; en caso contrario, la introducciรณn no podrรญa publicarse. Yo no pensaba en mรญ como alguien especialmente polรญtico, en comparaciรณn con algunos de mis compaรฑeros de viaje, pero cuando me pidieron que quitase una referencia relativamente anodina a un Crรกneo Naranja me di cuenta de que quizรก habรญa sido irresponsable al adoptar un tono lรบdico frente a la sombrรญa amenaza existencial con la que vivimos, y retirรฉ mi introducciรณn.
Entonces una historia reveladora apareciรณ por azar entre las noticias. Me enterรฉ de que el millonario presidente y anterior ceo de Marvel Entertainment, Isaac โIkeโ Perlmutter, es desde hace mucho amigo de Donald Trump, un asesor oficioso e influyente y miembro de la รฉlite del presidente en el club Mar-a-Lago de Palm Beach, Florida. Y Perlmutter y su mujer han donado hace poco 360,000 dรณlares (el mรกximo permitido) al โComitรฉ Conjunto de Recaudaciรณn de Fondos para la Victoria de Trumpโ que ha montado Crรกneo Naranja para 2020. Tambiรฉn he tenido que aprender, de nuevo, que todo es polรญtico… como el Capitรกn Amรฉrica dรกndole un puรฑetazo a Hitler. ~
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Traducciรณn del inglรฉs de Daniel Gascรณn.
ยฉ Art Spiegelman, 2019.
(Estocolmo, 1948) es un historietista estadounidense. En 1992 su obra Maus se convirtiรณ en la primera novela grรกfica en ganar un premio Pulitzer.