En su larga y brillante carrera de compositor, Federico Ibarra se ha distinguido por tender puentes entre la mรบsica y la literatura. Suspendidos en el aire, los puentes que dibuja en el pentagrama transitan de una frontera a otra sin tocar tierra y descubren armonรญas secretas en los confines de ambos lenguajes. Lezama Lima decรญa que โa un puente, a un gran puente no se le veโ, y de esa รญndole son los puentes musicales de Federico Ibarra. Nadie sabe dรณnde empiezan ni dรณnde terminan, pero al oรญrlos nos queda la certeza de que han unido reinos de la sensibilidad previamente incomunicados. En sus versiones operรญsticas de grandes obras literarias, Ibarra no se ha propuesto la misiรณn imposible de traducirlas al lenguaje musical: mรกs bien las ha reinventado a partir de las resonancias afectivas que le dejรณ su lectura, como si adivinara la partitura secreta insinuada por debajo de las palabras, el vuelo que podrรญan emprender si no les pesara el significado.
En el caso de El principito, uno de los cuentos filosรณficos mรกs populares de la literatura universal, esa reinvenciรณn entraรฑaba una complejidad mayor que la musicalizaciรณn de una tragedia o un melodrama, porque la atmรณsfera de quietud casi ultraterrena en donde Saint-Exupรฉry coloca a sus protagonistas parecerรญa incompatible con los arrebatos emocionales de la รณpera. ยฟCรณmo musicalizar las iluminaciones serenas, los hallazgos de la imaginaciรณn poรฉtica, el descubrimiento de la verdad oculta detrรกs de las apariencias? Se trata, en todo caso, de una experiencia mรกs apolรญnea que dionisiaca, de un rito de iniciaciรณn que Ibarra envuelve en una atmรณsfera de misterio. La รณpera sugiere que, en su bรบsqueda de la verdad, el piloto y el prรญncipe van librando escollos, peligros, trampas ocultas en los recodos del camino a la revelaciรณn. La รบnica brรบjula que los orienta es su anhelo de crear una realidad paralela, libre de las mezquindades que oprimen el alma. Declaraciรณn de guerra contra el concepto de normalidad, el cuento de Saint-Exupรฉry y la รณpera de Ibarra nos elevan de la miseria terrenal para verla desde las nubes con un fervor libertario.
El principito es un cuento infantil para adultos, que podrรญa inscribirse en el gรฉnero de la literatura sapiencial, como los proverbios de la Biblia. Pero el tipo de sabidurรญa que contiene desconfรญa tanto de la razรณn que prรกcticamente nos incita a suplirla por la fantasรญa. โEntre las ideas y la mรบsicaโ, decรญa Nietzsche, โhay una relaciรณn idรฉntica a la que existe entre las ideas y las cosas concretasโ. La mรบsica tiene sobre los conceptos la ventaja de iluminar los enigmas de la vida sin la mediaciรณn del signo lingรผรญstico y por eso cala mรกs hondo, aunque nunca exprese verdades unรญvocas. Segรบn el principito, โlo esencial es invisible para los ojosโ. Agregarรญa yo que las esencias tampoco se pueden verbalizar, pero la mรบsica nos ha demostrado que sรญ son audibles. En el caso de Ibarra, esa tentativa estรก ligada al vuelo imaginativo de la niรฑez. Como en Alicia, su รณpera basada en la obra clรกsica de Lewis Carroll, en El principito ha liberado al niรฑo que lleva dentro para asomarse con una mezcla de inocencia y fascinaciรณn al mundo oculto detrรกs de los espejos, al subsuelo de la conciencia que la edad adulta quiere negar por una mezcla de pragmatismo y ceguera. Con una fidelidad a la atmรณsfera de los sueรฑos que recuerda por momentos los ballets de Chaikovski o las bandas sonoras de John Williams, el aprendizaje del piloto a quien el principito abre los ojos y previene contra los peligros de la estupidez humana cobra la forma musical de un viaje a lo desconocido.
La apariciรณn de este disco es una gran noticia para los melรณmanos que no vieron la รณpera cuando se estrenรณ hace dos aรฑos en el Palacio de Bellas Artes, pues ahora podrรกn disfrutarla quizรก con un grado mayor de concentraciรณn. Los millones de niรฑos que han gozado la lectura de El principito no tendrรกn ningรบn obstรกculo para emocionarse con esta รณpera, pues Ibarra les habla en su propio idioma. Homenaje a la creatividad en estado de gracia, al juego como estilo de vida, a la capacidad de ver semejanzas inusitadas entre las cosas, la รณpera que ahora cobra una vida nueva refrenda la fidelidad de su autor al mundo encantado de las intuiciones puras, que son tambiรฉn las fuentes de la mรบsica. ~
(ciudad de Mรฉxico, 1959) es narrador y ensayista. Alfaguara acaba de publicar su novela mรกs reciente, El vendedor de silencio.ย