Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron
que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias
del Sol y los Inviernos.
Jorge Luis Borges
En el coche desplegamos uno por uno los mapas hasta que alguien dice eh ahí
está mamá y está ahí verifiquemos todos hola ma la llamamos hola
ma entre los mapas desplegados y el de mamá lo abrimos más
y más hasta que lo sostienen todas las manos hasta que rodeados de mapa ya no
[vemos las ventanillas
y cuando todos los dedos como una rosa señalan nuestra casa en nuestra calle a
[escala todos decimos
ahí vivo yo y yo también y también yo decimos todos y seguimos desplegando el
[mapa
hasta que el barrio todo a nuestro alrededor todo entre nosotros y apenas
[alcanzamos a ver
el coche en el que estamos pero sí cómo sale mamá y mira a su alrededor y hacia
[arriba aquí
aquí aquí estamos gritamos pero ella no nos ve ya que está oscuro ya y lo peor es
que sabemos lo que piensa y cada vez más desesperados agarramos por todos
[lados el mapa
tiramos de él lo desplegamos aún más aquí aquí aquí gritamos mientras mamá
vuelve a entrar y nosotros seguimos desplegando el mapa por donde
[caminábamos
con los dedos por donde circulábamos con las narices hacia este lado y en el
[coche
nos enredamos cada vez más en los pliegues cada uno sigue un camino distinto
[separado
del resto cada cual por un trozo distinto de papel arrugado perdido en la red
[viaria
con el volante clavado en una de nuestras espaldas como única referencia
y hace cada vez más frío y más desplegamos el mapa hasta que en él despunta
el alba y uno de nosotros de pronto nos ve ahí aquí en el coche ahí
ahí ahí estamos somos y estuvimos dice y el papel está tan metido entre
[nosotros que sofoca lo que
ahí ahí ahí mamá porque otro grita que mamá volvió a salir mira a su alrededor
y hacia arriba y sabemos lo que piensa hasta que otro más dice toca la bocina
sí tócala decimos todos y el del volante clavado en la espalda se inclina hacia
[atrás
y suena un bocinazo y el que ve a mamá en el mapa nos dice levantó la vista
oyó algo toca otra vez ahí ahí ahí estamos y tocamos otra vez la bocina y ella
[levanta la vista
hacia donde está el coche en el mapa y aunque ya no nos vemos gritamos de
[alegría
juntos gritamos de alegría como si nada y enmudecemos poco después y
[empezamos de nuevo
a plegar el mapa y estamos horas hasta que todo el país el barrio la casa mamá
el coche e incluso uno de nosotros desaparece y queda plegado porque al final
[somos
uno menos que antes el del volante dice uno de nosotros
estás seguro sí me parece que sí y mirando a nuestro alrededor y hacia arriba
como si alguien nos observara oímos muy bajito a lo lejos una bocina y todos
[gritamos ahí
ahí ahí y miramos a ese lado y pensamos ahí ahí ahí y damos golpecitos en el
[mapa aquí y mañana
volveremos a desplegar el otro seguiremos sus pasos y cuando lo encontremos
nos pondremos a gritar de alegría descorcharemos una botella y también
[nosotros creeremos en una salida .~
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Versión del holandés de Diego J. Puls.
(Elsloo, 1979) es poeta en holandés y en limburgués, su dialecto local. Ha traducido además a varios
escritores latinoamericanos, entre ellos, Luis Felipe Fabre, Valeria Luiselli, Brenda Navarro y Alberto Chimal.
Divide su tiempo entre Holanda y Colombia.