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Cien aรฑos despuรฉs de su nacimiento, estamos en la segunda dรฉ cada del milenio que Italo Calvino (1923-1985) no conociรณ. ยฟQuรฉ queda de sus valores literarios? ยฟDe sus amores? ยฟDe sus cartas enviadas a los amigos desconocidos que somos nosotros?
En 1984 la Universidad de Harvard lo invita a dar seis conferencias para el aรฑo acadรฉmico siguiente. Calvino se pone a trabajar. El tema es libre. ยกGran problema el de la libertad en el arte! Sobre todo para Calvino quien desde hace mucho tiempo ha aprendido la importancia de las contraintes. La literatura es un juego que tiene sus reglas. Mejor: que tiene que inventar cada vez sus reglas. Me pregunto: ยฟlas reglas por inventar son formales o afectan tambiรฉn a los temas? ยฟSe puede inventar un tema? Depende de lo que entendamos con la palabra tema. A Calvino no le hace falta buscar muy lejos. Quiere hablar de literatura y, en particular, de algunos valores literarios que deberรญan ser conservados en el prรณximo milenio. Escribe cinco conferencias (โLevedadโ, โRapidezโ, โExactitudโ, โVisibilidadโ, โMultiplicidadโ), mientras que la sexta (โConsistenciaโ) se queda inacabada. La muerte le sobreviene en septiembre de 1985, un mes antes de salir hacia los Estados Unidos. Las โlecciones americanasโ se publicarรกn pรณstumamente en 1988.
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En el libro Seis propuestas para el prรณximo milenio hay un breve prรณlogo. Ni siquiera ocupa una pรกgina. El nuevo milenio se acerca. Nadie parece estar muy preocupado. ยฟQuรฉ ha caracterizado al milenio que estรก por terminar? Calvino: a) el nacimiento y el desarrollo de las lenguas modernas de Occidente y de las literaturas โque han explorado las posibilidades expresivas, cognoscitivas e imaginativas de esas lenguasโ; b) el libro que, durante siglos, ha adquirido โla forma que nos es familiarโ. Luego, pone el dedo en la llaga: la seรฑal de que el milenio estรก por concluir tal vez es โla frecuencia con que nos interrogamos sobre la suerte de la literatura y del libro en la era tecnolรณgica llamada postindustrialโ.
A lo largo de los รบltimos cuarenta aรฑos que nos separan de la muerte de Calvino, ยฟcuรกntas veces nos hemos hecho la misma pregunta? Abriendo todavรญa hoy los periรณdicos, tengo la sensaciรณn de que no hemos hecho otra cosa. La tรฉcnica progresa, se acelera cada vez mรกs. โLa forma del libro que nos es familiarโ ha prรกcticamente desaparecido. Y con ella las formas literarias que aprendimos a conocer y a valorar (desde la muerte de Calvino se ha pasado de la nociรณn de forma a la de formato). Pero seguimos interrogรกndonos sobre su destino. ยฟPor quรฉ? ยฟTiene el hombre miedo de que ya no pueda explorar, a travรฉs de los medios no literarios, sus โposibilidades expresivas, cognoscitivas e imaginativasโ? ยฟO bien ha sido secuestrado por una especie de frenesรญ nostรกlgico ocasionado por un sรญndrome de abandono? La tรฉcnica ha excedido su voluntad individual y รฉl ya no se siente responsable de nada: es el pasado que lo abandona, es el libro que se transforma en algo extraรฑo, es la literatura que le parece como un tesoro inรบtil. El hombre se ha vuelto invulnerable, es decir desprovisto de ese vulnus que se llama herida histรณrica. Este niรฑo abandonado por el pasado y a merced del presente no tiene ninguna culpa. Y al no tener culpa no puede ni siquiera tener una fe. Fe que Calvino, aunque su habitus estoico-humorรญstico no le permite aventurarse en fรกciles previsiones, todavรญa mantiene: โMi fe en el futuro de la literatura consiste en saber que hay cosas que solo la literatura, con sus medios especรญficos, puede dar.โ
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En el curso de las conferencias Calvino no harรก mรกs que repetirlo: la literatura es un conocimiento especรญfico que no puede ser reemplazado por ningรบn otro. Su fe en el porvenir de la literatura se funda en el pasado de la literatura que es, afirma en la primera conferencia (โLevedadโ), โun universo infinitoโ precisamente porque en รฉl โse abren siempre otras vรญas que explorar, novรญsimas o muy antiguas, estilos y formas que pueden cambiar nuestra imagen del mundoโ. Aรบn mรกs: โnuestra imagen del mundoโ la podemos interpretar gracias a lo que habรญa antes del nacimiento de la literatura: el mito. Si convoca a Ovidio, a Lucrecio, a Cavalcanti, a Dante, al Rostand del Cyrano de Bergerac, a Galileo, a Leopardi, a Montale, a Kafka, a Kundera y a otros para ejemplificar la โlevedad del pensarโ, son los mitos de Perseo y de Medusa los que encarnan su situaciรณn de hombre y de escritor.
Calvino nunca logrรณ escribir una novela realista. En los aรฑos cuarenta y cincuenta, empujado por la experiencia de la guerra, por los amigos del Partido Comunista, por su fidelidad al cรฉlebre proceso histรณrico, lo intentรณ varias veces. Siempre fallรณ. Nunca consiguiรณ mostrar el drama del mundo sin recurrir al juego, a la ironรญa, a esa โlevedad del pensarโ que anula toda gravedad sin por ello ceder a la frivolidad. El caso de su primera novela, El sendero de los nidos de araรฑa, es paradigmรกtico.
El realismo social, triunfante en la รฉpoca, para รฉl era un tabรบ:
En ciertos momentos me parecรญa que el mundo se iba volviendo de piedra: una lenta petrificaciรณn, mรกs o menos avanzada segรบn las personas y los lugares, pero de la que no se salvaba ningรบn aspecto de la vida. Era como si nadie pudiera esquivar la mirada inexorable de la Medusa.
El รบnico hรฉroe capaz de cortar la cabeza a la Medusa es Perseo, el de las sandalias aladas. Perseo no mira directamente al monstruo, solo su imagen reflejada en el escudo: โLa fuerza de Perseo estรก siempre en un rechazo de la visiรณn directa, pero no en un rechazo de la realidad del mundo de los monstruos en el que le ha tocado vivir, una realidad que lleva consigo, que asume como carga personal.โ La realidad no es un espejo, sino lo que nuestro espejo-escudo captura de ella. Por esta razรณn hace falta quedarse a una cierta distancia y dotarse de un par de sandalias aladas. Eso nos permitirรก movernos con mรกs rapidez, precisar mejor los contornos de las cosas, hacerlos mรกs visibles y revelarlos en toda su multiplicidad, es decir en todas sus posibles combinaciones.
En el gesto de Perseo ya se encuentran todos los valores que Calvino ha querido transmitir a sus futuros lectores. Y que nosotros, lectores del siglo XXI, no somos capaces de entender. Tengo la impresiรณn de que nos convertimos todos en Perseos que, olvidado nuestro escudo de bronce, nos creemos mรกs ligeros. Y tambiรฉn mรกs valientes, ya que nos sentimos libres de afrontar directamente a la Medusa. Pero de ese modo no es su cabeza la que cortamos, sino el nudo milenario con la civilizaciรณn de la visiรณn indirecta del mundo.
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Calvino, escritor de la forma breve, poeta de la prosa por su bรบsqueda de la palabra exacta, autor โfantรกsticoโ, como enseguida lo han definido los crรญticos italianos, sobre todo sus amigos marxistas devotos del realismo social, adoraba la prosa de las leyendas y de los cuentos de hadas: su ritmo, su capacidad de captar lo esencial, su tiempo musical: allegro, vivace, presto. De aquรญ su elogio, en la segunda conferencia, a la โRapidezโ.
Todos los valores que Calvino querรญa transmitir a sus lectores desconocidos se entrecruzan. En la primera conferencia, con el fin de aclarar mejor lo que para รฉl significa โlevedadโ, ofrece tres acepciones: a) un lenguaje cuya sintaxis verbal carece de peso; b) una narraciรณn o una descripciรณn donde hay un โalto grado de abstracciรณnโ; c) โuna imagen figurada que cobre un valor emblemรกticoโ. Estas tres acepciones de la โlevedadโ se pueden integrar a la nociรณn de โrapidezโ. No es casual que โuna imagen figuradaโ aparezca varias veces en el curso de esta conferencia: la del caballo, que Calvino retoma en primer lugar de Boccaccio para darle mรกs tarde, gracias a la obra de Galileo, una significaciรณn mรกs profunda. Elige el episodio de doรฑa Oretta que, harta de un jinete torpe, le ruega que la deje bajar โdel caballo del cuentoโ para ir caminando. โEl cuento โafirma Calvinoโ es un caballoโ: tiene una forma de avanzar que se mantiene dependiendo de la ruta. Tambiรฉn las palabras tienen que adaptarse. Todo eso necesita de la agilidad del pensamiento y de la expresiรณn. Eso es lo que importa y lo que Calvino subraya todavรญa mรกs cuando introduce el Galileo del Saggiatore. Contra su adversario, que argumenta su tesis apoyรกndose sobre un gran nรบmero de referencias antiguas, Galileo dice que โdiscurrir es como correr, y no como cargar pesos, y un solo caballo berberisco correrรก mรกs que cien frisonesโ. Esta explicaciรณn, aรฑade Calvino, es โcomo el programa estilรญstico de Galileo, estilo como mรฉtodo de pensamiento y como gusto literarioโ. El programa de Calvino estรก muy cerca del de su maestro: โDesde que empecรฉ a escribir he tratado de seguir el recorrido fulmรญneo de los circuitos mentales que capturan y vinculan puntos alejados en el espacio y en el tiempo.โ
Calvino, que vive el comienzo de nuestra รฉpoca de la aceleraciรณn tรฉcnica y del triunfo de la comunicaciรณn mediรกtica en tiempo real, mira hacia atrรกs casi cuatro siglos para atrapar su vocaciรณn por la rapidez. ยฟPor quรฉ se aleja tanto de nuestro presente? Porque la rapidez de la comunicaciรณn es un valor mensurable por el progreso tรฉcnico, mientras que la rapidez mental โno se puede medir y no permite confrontaciones o competiciones, ni puede disponer los propios resultados en una perspectiva histรณrica. La rapidez mental vale por sรญ misma, por el placer que provoca en quien es sensible a este placerโ. Al progreso y a sus rรฉcords, que marcan sus etapas hacia el aplanamiento final de toda comunicaciรณn, Calvino opone la รบnica fuerza capaz de exaltar la diferencia en cuanto tal: el placer que, como la carrera del โcaballo berberiscoโ de Galileo, no necesita ser cronometrado para comunicar la belleza de su forma de andar.
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Calvino no era un hombre muy locuaz. A veces, cuando tenรญa que tomar la palabra en pรบblico, le sucedรญa que empezaba a tartamudear. Era fรญsicamente alรฉrgico a los tรณpicos. Hacia el final de su vida le parecรญa que el lenguaje estuviera infectado por la โpesteโ. Hasta ese punto sus manifestaciones le resultaban carentes de fuerza cognitiva y expresiva. Habla de eso en la tercera conferencia, โExactitudโ. A la pรฉrdida de forma, Calvino opone una vez mรกs la especificidad de los medios de la literatura, que llega a llamar โla Tierra Prometida en donde el lenguaje llega a ser lo que realmente deberรญa serโ. Para explicar la exactitud, Calvino vuelve a declinar las tres acepciones de la levedad. Asรญ la exactitud significa: a) un plan de la obra bien calculado; b) la creaciรณn de imรกgenes visuales claras, contundentes, memorables; c) un lenguaje lo mรกs preciso posible en el lรฉxico y en la descripciรณn de los matices del pensamiento y de la imaginaciรณn. Pone algunos ejemplos. Hay autores ya citados: Valรฉry, Borges, Leopardi, Montale, Mallarmรฉ, Poe, Lucrecio. Y otros: Ponge, William Carlos Williams, Musil, Leonardo. La presencia de Leonardo es todavรญa mรกs considerable que la de Galileo en la conferencia dedicada a la rapidez. Y todavรญa mรกs รญntimamente ligada a la estรฉtica de Calvino.
Calvino destaca a los que creen que la palabra se conoce solo a sรญ misma y que fuera de ella ningรบn conocimiento del mundo es posible; y los que conciben โel uso de la palabra como un incesante seguimiento de las cosas, una aproximaciรณn no a su sustancia sino a su infinita variedadโ. Es entonces cuando Leonardo aparece. ยฟLeonardo? No conocรญa el latรญn y la gramรกtica no era precisamente su fuerte. Sin embargo, hacia el final de sus dรญas, no dejaba de someterse a la tortura de la palabra escrita. Entre sus estudios cientรญficos se encuentran fragmentos, cuentos de hadas, ocurrencias, anรฉcdotas ejemplares: un pequeรฑo catรกlogo de formas breves. Todo este material testimonia, siempre segรบn Calvino, la necesidad de Leonardo de describir de manera detallada la forma fรญsica del objeto y de captar al mismo tiempo todas sus variantes. Para llevar a cabo esta tarea las matemรกticas y la geometrรญa no parecen ser suficientes. Leonardo necesi- ta recurrir a la prosa. Para รฉl, como para Calvino, la prosa se convierte asรญ en un enfoque continuo, a travรฉs del pensamiento y de la imaginaciรณn, a fin de encontrar la palabra y la imagen mรกs cercanas posibles a la cosa en la conciencia de no poder nunca recoger su sustancia invisible.
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La cuarta conferencia, โVisibilidadโ, es un elogio de la imaginaciรณn, mejor, de la โalta fantasรญaโ, como la define Dante en el โPurgatorioโ, que, en contraste con la imaginaciรณn corporal que se manifiesta a travรฉs del caos onรญrico, funciona como una cรกmara que proyecta sus imรกgenes en una pantalla separada de la realidad objetiva. Calvino la llama tambiรฉn โimaginaciรณn visualโ o โfiguralโ. Puede proceder de la palabra y llegar a la imagen o, al contrario, salir de la imagen y llegar a la palabra.
Como siempre, la elecciรณn de Calvino, cuando vislumbra en el horizonte un sendero que se bifurca, es la de tomar las dos direcciones. Su mรกs grande obsesiรณn en cuanto escritor es: ยฟpor quรฉ esto y no aquello? ยฟPor quรฉ los hechos ocurrieron de esta manera y no de otra? Por eso escribe que su ideal de la imaginaciรณn es lo que la concibe โcomo repertorio de lo potencial, de lo hipotรฉtico, de lo que no es, no ha sido ni tal vez serรก, pero que hubiera podido serโ. Y, como en el caso de Galileo y de Leonardo, encuentra este ideal en la nociรณn de spiritus phantasticus de Giordano Bruno, otro antiguo maestro del Renacimiento. Para Bruno, la imaginaciรณn es โun golfo, nunca saturable, de formas y de imรกgenesโ y Calvino, mezclando una vez mรกs sus valores-amuleto, afirma que la mente del escritor (y a menudo tambiรฉn la del cientรญfico y la del filรณsofo) funciona como una โmรกquina electrรณnicaโ capaz de aprovechar este golfo de imรกgenes con rapidez, exactitud y tomando en cuenta la multiplicidad de todas sus posibles combinaciones.
La mente de cada hombre es una โmรกquina electrรณnicaโ capaz de aprovechar un golfo infinito de imรกgenes… No se puede comprender el gran homenaje hecho a la imaginaciรณn, el amor de Calvino por esta โfacultad humana fundamental de enfocar imรกgenes visuales con los ojos cerradosโ en la soledad, en la ausencia, en la cรกmara oscura de nuestros ejercicios espirituales, sin temblar de inquietud.
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Calvino no era un novelista. Lo sabรญa:
En esta predilecciรณn por las formas breves no hago sino seguir la verdadera vocaciรณn de la literatura italiana, pobre en novelistas, pero siempre rica en poetas, que cuando escriben en prosa dan lo mejor de sรญ mismos en textos en los que el mรกximo de invenciรณn y de pensamiento estรก contenido en pocas pรกginas, como ese libro sin igual en otras literaturas que son las Operette morali de Leopardi.
Aquรญ estรก el ideal estรฉtico de Calvino: la concentraciรณn extrema de la poesรญa y del pensamiento en una operetta de unas pocas pรกginas… O, como escribe en su รบltima conferencia, โMultiplicidadโ, en la prosa del poeta Valรฉry.
Solo que el alumno de Leopardi y de Valรฉry se ve obligado a rendir tributo a la grande forma, a la novela. Ofrece, como siempre, algunos ejemplos: Flaubert, Gadda, Musil, Proust, Thomas Mann, artistas muy diferentes y alejados de รฉl. Y, por primera vez, cae en la trampa en la que un artista no tendrรญa nunca que caer: el espรญritu de su tiempo. Define la novela, en cuanto lugar privilegiado de la multiplicidad, como โenciclopedia abiertaโ, como โred de conexiones entre los hechos, entre las personas, entre las cosas del mundoโ. Convierte la novela en el espejo de la realidad de la comunicaciรณn en tiempo real que รฉl mismo habรญa criticado cuando habรญa concebido la rapidez mental (Galileo) y el spiritus phantasticus (Giordano Bruno) como bastiones de otro tiempo, de otra imaginaciรณn, fundados en el placer individual, inconmensurable e inconectable, capaces de crear un mundo hipotรฉtico, experimental, en el que un joven barรณn arborรญcola muestra calidades mucho mรกs humanas que todos los bรญpedos orgullosos de marchar al encuentro de la Historia.
El Calvino mรกs cercano de su verdadera naturaleza artรญstica lo encontramos al final de la conferencia, donde vuelven los nombres de Ovidio y Lucrecio, los antiguos maestros de la โpoesรญa de las potencialidades infinitasโ, con los cuales habรญa empezado en la primera conferencia sobre la levedad. Al final de su operetta es en ellos, demiurgos y destructores del universo en los que todas las formas tienen el mismo valor, que Calvino confรญa para afirmar, una vez mรกs, su vocaciรณn antipsicolรณgica y cosmolรณgica:
Ojalรก fuese posible una obra concebida fuera delย self, una obra que permitiese salir de la perspectiva limitada de un yo individual, no solo para entrar en otros yoes semejantes al nuestro, sino para hacer hablar a lo que no tiene palabra, al pรกjaro que se posa en el canalรณn, al รกrbol en primavera y al รกrbol en otoรฑo, a la piedra, al cemento, al plรกstico… ~
Massimo Rizzante (1963) es poeta, ensayista y traductor. Ha formado parte desde 1992 a 1997 del Seminario sobre la Novela Europea dirigido en Paris por Milan Kundera.