Nuevos planos del laberinto sexual

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Pablo de Lora

Lo sexual es polรญtico (y jurรญdico)

Madrid, Alianza, 2019, 352 pp.

 

ยกAรบn hay filรณsofos en Madrid! Tal es la principal conclusiรณn que, parafraseando la cรฉlebre frase del molinero prusiano que se enfrentรณ a Federico el Grande, cabe extraer de la lectura de este libro: existen todavรญa pensadores capaces de poner en entredicho las corrientes dominantes de su รฉpoca. Es lo que ha hecho Pablo de Lora, filรณsofo del derecho y profesor en la Universidad Autรณnoma de Madrid, con los principales dogmas del feminismo contemporรกneo: someterlos a un anรกlisis riguroso con objeto de discernir cuรกn sรณlidos โ€“o dรฉbilesโ€“ son. Para ello ha atendido a los argumentos filosรณficos tanto como a las normas jurรญdicas, sin descuidar en ningรบn momento la dimensiรณn polรญtica de los temas aquรญ abordados. Por desgracia, su valioso esfuerzo no servirรก para hacer mรกs rica la conversaciรณn en torno a ellos, sino mรกs bien para confirmar la imposibilidad de mantener conversaciรณn alguna fuera de los parรกmetros mayoritariamente aceptados dentro de la llamada โ€œteorรญa de gรฉneroโ€. Dada la popularidad que esta ha alcanzado fuera de la academia, ese intercambio epistรฉmico serรญa mรกs necesario que nunca; sigue siendo, sin embargo, tan raro como siempre.

De Lora no esconde su preferencia por un diseรฑo liberal, en la lรญnea rawlsiana, de las relaciones entre Estado y sociedad. O sea, uno donde la intervenciรณn pรบblica en el รกmbito de las libertades individuales haya de justificarse debidamente, en lugar de orientarse hacia un paternalismo que busca perfeccionar la vida moral de los ciudadanos. De ahรญ que el autor explicite principios metodolรณgicos tales como la elecciรณn del sujeto como unidad de imputaciรณn moral (por oposiciรณn a posturas esencialistas que cargan al individuo con la mochila de las clases o especies en los que se inscriben) y la primacรญa del criterio del daรฑo para evaluar si una conducta debe ser castigada o no, sin olvidarnos de un universalismo que exige del observador la adopciรณn de un punto de vista imparcial. Pese a esas cautelas, De Lora acepta sin ambages que lo sexual es polรญtico y, en consecuencia, tambiรฉn jurรญdico: de lo que se trata es de elucidar cรณmo debe el poder pรบblico regularlo e invocando quรฉ razones. No es lo mismo castigar el adulterio que restringir el derecho al aborto; igual que catรณlicos y feministas presentan argumentos muy distintos contra la prostituciรณn.

El libro se divide en dos partes, una dedicada al โ€œsexoโ€ y otra al โ€œgรฉneroโ€, antes de cerrarse con un epรญlogo dedicado al โ€œfin del feminismoโ€. La secciรณn dedicada al sexo se ocupa de los problemas asociados al tratamiento filosรณfico y jurรญdico de la relaciones sexuales: la violaciรณn y el consentimiento; la prostituciรณn y su aboliciรณn; el matrimonio y la reproducciรณn. En cuanto al gรฉnero, sucesivos capรญtulos se encargan de explorar sus controvertidas derivaciones: la identidad, la violencia y la perspectiva de gรฉnero. Como puede comprobarse, no falta nada: el autor no esquiva ningรบn asunto ni vacila a la hora de presentar sus crรญticas contra ideas recibidas aparentemente como incuestionables. Su conocimiento de la literatura y el respeto con que trata los distintos argumentos en juego traslucen un genuino propรณsito de ilustraciรณn.

Ese propรณsito se cumple con creces, para empezar, en el anรกlisis del intrincado problema del consentimiento. De Lora empieza por contraponer dos formas de concebir el sexo, una actividad biolรณgica plagada de significados culturales e implicaciones para la autocomprensiรณn individual, de las que resultan dos aproximaciones jurรญdicas diferentes. Una es liberal o โ€œcasualโ€: entiende que el consentimiento opera como un โ€œtransformador normativoโ€ que convierte en justificable aquello que de otro modo serรญa inadmisible o discutible, dejando asรญ el campo abierto para que los adultos se conduzcan en el dormitorio como mejor les plazca. Frente a ella se sitรบan quienes โ€“como el filรณsofo conservador Roger Scruton y no pocas feministas de cuarta olaโ€“ rechazan esta desacralizaciรณn del sexo y prefieren otorgar a este un significado moral que abre la puerta a una mayor interferencia pรบblica en la vida รญntima de los ciudadanos. Curiosamente, nuestras sociedades liberales parecen situarse en una posiciรณn intermedia: vendemos revistas erรณticas, pero las situamos en el estante menos visible de la gasolinera. Para De Lora, una completa desacralizaciรณn puede conducir a la relativizaciรณn de los delitos sexuales; su contrario, en cambio, amenaza con privar a las relaciones sexuales de toda espontaneidad y con vulnerar las libertades individuales.

De ahรญ que su apuesta sea exigir del liberalismo mayor compromiso con una concepciรณn mรกs densa del bien, que vincule la sexualidad del individuo a su dignidad en sentido kantiano. Eso no se traduce en una โ€œsubjetivizaciรณnโ€ de la ofensa que avale cualquier denuncia, pero sรญ exige un mayor escrรบpulo a la hora de identificar relaciones de dependencia o vulnerabilidad antaรฑo desatendidas. Si estas no concurren, concluye De Lora, la proposiciรณn y el flirteo habrรกn de ser tolerados de acuerdo con las reglas del trato social imperantes en cada lugar: probado que el sexo no puede desacralizarse del todo, su contractualizaciรณn tampoco resulta aconsejable. En el debate sobre la prostituciรณn, empero, De Lora se muestra contrario a la prohibiciรณn: nada hay de moralmente reprochable en que pueda pagarse por tener relaciones sexuales si no media coerciรณn, y por ello una โ€œlegalizaciรณn vigilanteโ€, como ha defendido Agustรญ Vicente, serรญa la soluciรณn mรกs equilibrada.

ยฟY el gรฉnero? Su punto de partida es la conocida distinciรณn entre sexo y gรฉnero, segรบn la cual el gรฉnero serรญa una construcciรณn social sin base biolรณgica. De Lora discute esta premisa, pues el dimorfismo sexual โ€“o diferenciaciรณn entre los sexosโ€“ es un hecho biolรณgico constatable que no depende de nuestros estados mentales ni se ve refutado por la existencia de un hermafroditismo estadรญsticamente insignificante. ยฟAcaso no es necesario nacer mujer para llegar a ser mujer? De Lora alude asรญ a la influyente formulaciรณn de Simone de Beauvoir, quien no obstante insistรญa en que el gรฉnero es una construcciรณn social anclada al dato biolรณgico del sexo. O sea: si bien en promedio existen diferencias naturales entre los sexos, estas no pueden servir para discriminar entre sujetos concretos ni para juzgarlos con arreglo a presuntas esencias colectivas. Sobre esta base, De Lora discute asuntos como la disforia sexual, la regulaciรณn de los baรฑos pรบblicos, el uso de los pronombres o el fenรณmeno โ€œtransgรฉneroโ€. Insiste asรญ en la necesidad de evitar las falacias moralistas, atendiendo a la ciencia en aquello para lo que la ciencia sea competente: que puedan reconocerse derechos a las personas transgรฉnero no neutraliza la diferencia sexual de origen biolรณgico. Tambiรฉn para el estudio de la llamada โ€œviolencia de gรฉneroโ€ es de ayuda la ciencia, pues los datos sugieren que la violencia dentro de la pareja es simรฉtrica, a pesar de que la masculina tenga peores consecuencias. Aquella tendrรญa mรกs que ver con la convivencia que con la dominaciรณn estructural: no se ejerce violencia contra la mujer โ€œpor el mero hecho de ser mujerโ€. Justo lo contrario de lo que figura en los programas electorales de nuestros partidos polรญticos.

Tras someter a crรญtica el โ€œsolipsismo epistรฉmicoโ€ de la perspectiva de gรฉnero, De Lora termina su trabajo con un diรกlogo imaginario sobre el โ€œfin del feminismoโ€ entre las feministas histรณricas Betty Friedan y Simone de Beauvoir. Es un epรญgrafe ambiguo, pues hablar de โ€œfinโ€ es hacerlo de propรณsito tanto como de terminaciรณn; terminaciรณn que, a su vez, puede producirse porque aquel propรณsito se ha cumplido. Para que esto fuera posible, sin embargo, serรญa necesario alcanzar un acuerdo sobre cuรกl sea el objetivo del feminismo. Y como muestra la conversaciรณn que sirve de colofรณn a este excelente trabajo, ese acuerdo es hoy imposible. De ahรญ que haya de saludarse la apuesta del autor por un feminismo que se orienta hacia la igualdad legal de oportunidades, que no pretende agotar en sรญ mismo la justicia social y que sitรบa el individualismo moral por delante de un esencialismo fantasmagรณrico. No solo hay una alternativa al paradigma dominante, sino que este libro ha sabido presentarla de manera rigurosa y accesible. ~

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(Mรกlaga, 1974) es catedrรกtico de ciencia polรญtica en la Universidad de Mรกlaga. Su libro mรกs reciente es 'Ficciรณn fatal. Ensayo sobre Vรฉrtigo' (Taurus, 2024).


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